Mi historia no es ni de lejos la más dura en el mundo de la prostitución. Está claro que para quien ha sufrido la violencia extrema es duro de contar y revivir. Pero me pregunto ¿realmente queremos escuchar? ¿de verdad tenemos el valor de afrontar el horror y abrazar con empatía y admiración a quien después de sufrirlo lo comparte? El día que hagamos nuestro el dolor de las niñas y mujeres prostituidas, es...
Lo primero que deseo plantear es que cuando en nuestro trabajo nos situamos delante de una persona necesitamos mantener una mirada sin juicio. Esa debe ser nuestra primera premisa. Necesitamos saber y sentir que esa persona que tenemos enfrente hace lo que hace porque, interna y externamente, está condicionada por unas circunstancias creencias o habilidades que la llevan a comportarse como lo hace. Sus...
La tía Em acababa de salir de la casa para regar los repollos cuando levantó la vista y vio a Dorothy que corría hacia ella.
—¡Querida mía! —exclamó, tomándola en sus brazos y cubriéndola de besos— ¿De dónde vienes?
—Del País de Oz— contestó Dorothy con gravedad—. Y aquí está Toto también… Y, ¡oh, tía Em, cuánto me alegro de estar de nuevo en casa!
El fantasma se aproximó despacio, solemne y silenciosamente. Cuando estuvo cerca, Scrooge cayó de rodillas porque hasta el mismo aire en que el espíritu se movía parecía emanar desolación y misterio.
Iba envuelto en un ropaje de profunda negrura que le ocultaba la cabeza, el rostro, las formas, y sólo dejaba a la vista una mano extendida; de no ser por ella, habría sido difícil vislumbrar su figura en la...
«¡Entra!», exclamó el fantasma. «¡Entra y me reconocerás mejor!»
Scrooge avanzó tímidamente e inclinó la cabeza ante el espíritu. Ya no era el obstinado Scrooge de antes, y aunque los ojos del espíritu eran francos y amables, no le gustó encontrarse con aquella mirada.
«Soy el fantasma de la Navidad del Presente», dijo el espíritu.
«¡Mírame!»
Cuento de Navidad. Charles Dickens.
...
—¿Sois, señor, el Espíritu cuya venida me han predicho? —preguntó Scrooge.
—Lo soy. La voz era suave y dulce, pero extraordinariamente baja, como si en vez de estar tan cerca de él, se hallase a gran distancia.
—¿Quién sois, pues?
—Soy el Espectro de la Navidad Pasada.
Cuento de Navidad. Charles Dickens.
La Navidad nos ha traído un regalo en forma de entrevista nada...