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15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
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El blog de Belén Navarro
20 de octubre de 2025 / 0 Comentarios
Quienes me conocen saben que me encanta reírme de cualquier cosa, comenzando por mí misma. El humor forma parte de mi desempeño profesional, antes como trabajadora social, ahora como directora. Es refrescante y subversivo, casi siempre. Digo casi siempre porque el humor no debería usarse para cosificar, humillar ni oprimir. Eso es precisamente lo que ocurre cuando lo utilizamos para burlarnos de personas que se encuentran en una posición de inferioridad, sea la que sea.
Afortunadamente el humor ha evolucionado. Gracias a paradigmas como la interseccionalidad, nos hemos vuelto más sensibles hacia las personas que por su color de piel, su orientación sexual, su identidad, sus diversidades funcionales o cualquier otra circunstancia viven opresiones diversas. Nos hemos sensibilizado, entre otras cosas, porque algunas de nosotras sufrimos esas opresiones (en mayor o menor medida). También por las lecciones de la gente joven a las generaciones como la mía. Por eso me llama tanto la atención ver videos y memes, elaborados por profesionales de lo social, que se ríen de los usuarios (un término que detesto). Me sorprende tanta sensibilidad para unas cosas y tan poca para otras por parte de quienes los suben, sobre todo si son jóvenes.
En este sentido, me maravilla la rapidez con que muchas personas en posiciones de privilegio (especialmente hombres) echan mano del término ofendidito cuando son reprendidas por ese o aquel chiste. La ultraderecha va más allá. Ha conseguido ridiculizar un término como woke, que se refiere a tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras impuestas históricamente por la sociedad.
Contar anécdotas sobre usuarios es algo que todas hacemos, comenzando por mí. Yo creía ser respetuosa hasta el otro día. Me topé con uno de estos videos de humor y me puse a darle vueltas a la cabeza. Recordé entonces este post de instagram. Es de Desireé Bela Lobedde, una escritora, ponente y activista afrofeminista y antirracista. Ella hizo replantearme la forma de contar anécdotas. Lo resumiré, aunque es mejor que lo leas en el enlace.
En el post explica que con frecuencia le piden que cuente anécdotas en las que ha vivido racismo. Dice que ha decidido no hacerlo más y expone las razones. Al leerlas, caí en la cuenta de que mis anécdotas sobre usuarios podían incurrir en aquello que detesto. Así pues, me propuse tomarme en serio el asunto de las anécdotas. Además, decidí elaborar un test. Su propósito es valorar si una anécdota, un video o un meme sobre usuarios discrimina. He tomado como referencia la reflexión de Bela y también el famoso test de Bechdel. Este es el resultado: Test MLG. Debo advertir que se encuentra en fase de pilotaje...
Como dije al principio de la entrada, me encanta bromear y me encanta reírme de cualquier cosa, siempre y cuando no contribuya a cosificar, humillar u oprimir. Y a quienes justifican una salida de pata de banco con el clásico es una broma, les suelo recomendar que lean esto. Ya lo dijo Churchill, el humor es una cosa muy seria.
¿Tú que opinas?