Escribir, entonces, se convierte en una forma de supervivencia, en una vÃa de escape para liberar aquello que nos consume por dentro. Escribir y compartir nuestras emociones es un acto de valentÃa que nos sana, que nos recuerda que no estamos solas ante el caos.
Deiane Vázquez GarcÃa.
A mi pequeño hogar llegó su fuego
Y toda mi casa encendida
sopló y meció, con repentina luz
Era amanecer, era el Cielo
Poema 703. Emily Dickinson
He sido precoz en muchos aspectos de mi vida, como por ejemplo en el amor a la lectura o en mi identificación como lesbiana. En cambio hay dos cosas a las que he llegado tarde, lo confieso: El feminismo y la poesÃa.
Cada tema en el que pienso —desde la economÃa hasta la meteorologÃa, desde la anatomÃa hasta la geografÃa o la historia— parece dar vueltas sobre sà mismo, conducirme de forma inevitable otra vez al ahora, al aquÃ, al hoy.
En el corazón del bosque. Jean Hegland.
La revista digital Sin permiso acaba de publicar un interesante artÃculo de LluÃs Torrens un economista miembro de la Red renta bÃ...
...cuando regresaba, tal cual, el AzarÃas ya está de vuelta, señorito, y el señorito esbozaba una media sonrisa y en paz, que al señorito sólo le exasperaba que el AzarÃas afirmase que tenÃa un año más que el señorito, porque, en realidad, el AzarÃas ya era mozo cuando el señorito nació, pero el AzarÃas ni se recordaba de esto y, si, en ocasiones, afirmaba que tenÃa un año más que el señorito era ...
Cada cierto tiempo escribo una entrada de servicio público, que consiste en detallar la relación de revistas de trabajo social en España. Ya va tocando, asà que, por pr...