5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
21 de abril de 2025 / 10 Comentarios
El otro día viví una situación de esas que me alegran el día: Una joven colega y alumna, de otra comunidad autónoma, me consultaba toda indignada sobre la nueva orden que acababa de recibir. Consistía en pedir los tickets de compra a las personas que reciben ayudas económicas municipales. Me enorgulleció su indignación porque provenía, tal como me dijo, de una formación que le di.
Pedir los tickets de compra así como así es una estupidez más propia de quienes los solicitan que de quienes los tienen que entregar. No entraré en la dimensión legal-administrativa del asunto, entre otras cosas porque quienes solicitan los tickets no lo hacen por cumplir una supuesta legalidad. Les mueven otras razones.
Una minoría, básicamente compuesta por profesionales, cree que la personas perceptoras de ayudas que atendemos son estúpidas. Cuando llegué a la entidad tutelar de adultos que coordiné durante tres años existía esa costumbre con absolutamente todos y cada uno de los gastos, por pequeños que fueran. Las personas a las que se les solicitaban los tickets de compra, que no son tontas, se iban a Mercadona y recogían de la papelera los que les parecían más adecuados para entregar, cosa que a mí me hacía mucha gracia. En servicios sociales comunitarios otras personas simplemente pagan en dos tandas.
La mayoría de partidarios de pedir los tickets de compra saben que las personas no son estúpidas. ¿Por qué entonces ese empeño? Pues para humillar, simple y llanamente. La gente pobre no debe, no puede recibir dinero sin ningún esfuerzo: Han de ganar el subsidio con el sudor de su frente. Si entras en debatirlo, una vez que se quedan sin argumentos te lo acaban confesando.
Además de lo dicho, pedir los tickets de compra con el argumento de que es la manera de comprobar que las familias se administren adecuadamente es, aparte de ineficaz, incorrecto. Es tomar la parte por el todo. Dicho en otras palabras, es incurrir en el error de que todas las personas con ingresos escasos son negligentes en su organización económica. En mi opinión sucede lo contrario, la mayoría de familias sin recursos se administran milagrosamente. Y los pocos que no lo hacen no van a mejorar con un examen del ticket de marras y una bronca. En todo caso conseguiremos que la relación de ayuda empeore.
¿Qué consejo le di a la compañera? Previamente yo consultaría las implicaciones legales y administrativas de no pedir los tickets. Si el escaqueo es posible yo no los pediría, pero no declararía mi negativa a hacerlo, simplemente no lo haría. La administración castiga con furia la protesta e ignora con indulgencia la pasividad ¡Es alucinante hasta qué punto! En la administración española triunfan los percebes y fracasan los salmones: Seamos percebes. Llegaremos más lejos.
Y si finalmente no quedara más remedio que pedir los tickets, lo de siempre: Manejo del encargo. A menos, claro, que el ticket contenga una tableta de chocolate o una pizza casa Tarradellas, entonces ¡Que el cielo caiga sobre sus cabezas!
10 Comentarios
EN los años que trabajé en ayuntamientos, cuanto hablábamos las compañeras del tema…Había dos equipos diferenciados, los que los pedían y lo veían una forma de control y las que opinábamos que suponía algo desproporcionado y abusivo porque entra dentro del derecho de autonomía y por supuesto del respeto al otro.
Siempre me ha sorprendido que NUNCA se realizasen formaciones sencillas y especificas para control y gestión del dinero para los/las usuarios/as de este tipo de ayuda, que podrían ayudar mucho en la pequeña economía familiar…
Como gallega, el tema del percebe, a veces es importante por salud mental pero en otros ser directos, asertivos pero explicitando la realidad es un gustazo total!
Pero no me atrevo a juzgar porque hay que verse en la situación profesional (y personal) para saber porque nos posicionamos de percebe o salmón. Yo he estado en ambas y lo acepto.
Acertadísima de nuevo tu entrada!!
¡Hola, Emma! Sí, claro, a veces salmón y a veces percebe… ¡Qué ricos ambos! ¡Jjajajjajaja! Gracias por comentar.
Buenas
A mi me indigna que las prestaciones sociales. Sean consideradas Subvenciones y esto sea en el siglo XXI
Como tal desde ahí nos obligan a tener que pedir ese comprobante
Estoy totalmente de acuerdo con Belen
Como siempre queda esta respuesta a manos de cada profesional.
Efectivamente es indignante. Hay interventores más sensibles y otros menos, y al final cada administración hace de su capa un sayo… Gracias por comentar.
Yo me he enterado de estos tickets de la asistenta social pero supuestamente yo no tenía el derecho y esto solo porque en el contrato del piso somos dos personas que prácticamente somos solo amigos y nos hemos ayudado mutuamente y como el compañero de piso ya tenía un sueldo más o menos bueno pues no me ha tocado y ahora estoy desde agosto el año pasado sin ninguna ayuda porque cobraba la RGC y me la han suspendido y mira como en el dia de hoy no tengo ni para comprarme un pan así que esos tickets para personas como yo serían una bendición.
Hola, Simona. En el texto no estoy hablando de la existencia de una ayuda para pagar los tickets de compra, sino a la petición de los tickets de compra a quienes cobran ayudas económicas del ayuntamiento. No sé si me explico.
Gracias.
mmmm….curiosa tu propuesta. Yo siempre fui con la pelea descubierta por delante. Con razones y fundamentos…..Y aunque ne han llovido. golpes. He conseguido cambiar algunas cosas y he dormido bien. Pensaré en esta estrategia. Pero ya te adelanto que esta va con la persona y profesional. un abrazo
Hola, amiga. A ver, depende de las situaciones… Hay momentos en los que hay que alzar la voz y protestar, como por ejemplo nos ocurre aquí con el colapso de la dependencia, entre otras cosas, porque la ciudadanía merece que se sepa que la defendemos, pero hay otros momentos o temas en los que se es más eficaz haciendo el percebe, sobre todo en temas controvertidos que pueden dar lugar a malas interpretaciones, incluso por parte de la propia ciudadanía. A veces percebe, como con los tickets, a veces salmón, pero siempre honestas.
Olé, esa Navarro!!! cuantas veces he pensado esto.. Como si me hubieras leído el pensamiento (pero mejor contado) y hasta con percebes. jejeje. No dejemos de indignarnos, colegas!
¡Esa es la clave, Ana, no dejar de indignarse! ¡Un fuerte abrazo!