5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
14 de enero de 2024 / 6 Comentarios
Lo que planteo en el fondo es que toda intervención social o psicosocial (entendida como el conjunto de acciones diseñadas profesionalmente para dar respuesta a una problemática social detectada), ha de contemplar fundamentalmente y prioritariamente, es decir, de forma nuclear y central, la reparación relacional.
El porqué no se implementan en estas políticas esa dimensión relacional con la suficiente relevancia, de modo nuclear y central, tiene que ver con varias cosas que vamos a analizar.
Una de ellas es la confusión entre pobreza y exclusión social. En muchas ocasiones se tratan como entidades indiferenciadas, olvidando que son dos realidades distintas. Relacionadas, obviamente, como lo están todos los fenómenos sociales complejos que envuelven al ser humano, pero distintas.
En la pobreza lo único que está comprometido son los recursos económicos. Es la falta de dinero. En la exclusión social están comprometidos un buen número de factores, como la vivienda, la salud, el empleo, las relaciones familiares y sociales… En ese sentido podríamos considerar que la pobreza es un factor de riesgo para la exclusión social. Pero no todas las personas en situación de pobreza están excluidas, ni siquiera en riesgo de estarlo.
Por otro lado, tampoco todas las personas en situación de exclusión social están en situación de pobreza. Con frecuencia encontramos personas con niveles económicos superiores al umbral de la pobreza que se encuentran en situación de exclusión social. La exclusión social es un fenómeno multifactorial que no se explica, en contra de lo que habitualmente se cree, por una sola causa. Generalmente hacen falta varias de ellas en mutua interrelación para explicar la situación de exclusión social de alguien.
Las políticas de las que hablamos no suelen diferenciar entre unas situaciones u otras y habitualmente contienen errores diagnósticos importantes en los destinatarios de sus actuaciones, lo que, a la postre, explica el fracaso de las mismas.
Diseñar medidas para combatir la exclusión social para personas que únicamente se encuentran en situación de pobreza es tan inadecuado como pensar que combatir la pobreza de las personas o familias es suficiente para evitar que caigan en la exclusión social.
Dentro de estos errores diagnósticos el más frecuente es el de atribuir las causas de la situación a la responsabilidad individual o a la social-estructural. Esto es, la persona en situación de exclusión social lo está, bien porque carece de actitudes y aptitudes fundamentales para desarrollarse normalmente en sociedad (es un vago o aprovechado, consume drogas, es violento…) o bien se trata de una persona sin ningún tipo de problema a la cual la mala suerte o unas circunstancias adversas (el mercado de trabajo, el alto precio de las viviendas, la crisis económica….) le ha llevado. O sea, demonios o ángeles.
En lugar de pensar en la situación de este modo dicotómico propongo hacerlo como en un continuo. En un extremo estarían esos demonios, cuya exclusiva responsabilidad individual les ha llevado a estar en esa situación. Hacemos un diagnóstico de atribución interna y los culpabilizamos.
En el extremo opuesto estarían los ángeles, que no tienen ninguna responsabilidad en su situación y que lo único que tienen que hacer es esperar a que la sociedad les indemnice y repare el daño.
Probablemente la población en situación de exclusión social responda a esta curva que he dibujado, en la que la mayoría de las personas se encuentran distribuidas de manera proporcional en dicha situación por una combinación de factores internos, externos, intrapersonales, relacionales y estructurales.
En función de en qué lugar de la curva se encuentre la persona, unas medidas serán más efectivas que otras. Lo que para una persona situada hacia el extremo derecho puede tener sentido y serle de ayuda, para otra persona situada hacia el extremo izquierdo significará lo mismo que el dinero tirado a la basura.
En lugar de diseñar las políticas sociales fundamentadas en un previo diagnóstico del lugar de la curva donde si sitúan los destinatarios, esto es, las razones por las que se encuentran en situación de exclusión, se diseñan por prejuicios ideológicos. Se implementan para la población de los extremos, como si todos fueran ángeles, o todos demonios. O héroes o villanos. Es difícil así que puedan servir para algo más que aliviar o paliar mínimamente las situaciones que pretenden solucionar y a las que, paradójicamente, contribuyen a cronificar.
El tema se complica por tanto porque en este continuo tenemos, al menos, tres actores. El primero de ellos es el propio destinatario, que estará situado en un determinado punto del mismo.
El segundo son los profesionales encargados del diagnóstico, gestión e implementación de la política. En función de donde se sitúen, esto es, de sus paradigmas, de su modo de comprensión de las problemáticas que deben atender, aplicarán las medidas de un modo u otro.
Y en tercer lugar, las normativas. Depende de qué valores las inspiren, el diseño de las medidas será de un modo u otro.
La combinación de todos ellos es de lo que dependerá por tanto la eficacia de las medidas.
Continuará...
6 Comentarios
y digo yo….. Pedro que sencillo explicas algo que se hace/hacemos tan complicado y que fácil es dejarse llevar por una inercia del agotamiento en el estar atenta y la pelea.. Mi querido Pedro y mi querida Belén, llevo aquí un rato pensando y pensando por donde empieza el cambio ….. y sólo quiero salir corriendo …. Estuve en barbecho un pequeño tiempo. Parece que al coger distancia y oxígeno y volver al dia a dia, me encuentro con que no entiendo nada del funcionamiento del sistema, del ritmo, del mandato institucional ni siquiera del ejercicio profesional dentro de todo este lío. Es como tener una piedra en el zapato. Estos dias me molesta y pronto iré cambiando la pisada para que no me moleste tanto en vez de parar,sacarme la piedra y andar con gusto. Todo este rollo para deciros que estos escritos vuestros me suelen ayudar a no necesitar coger distancia por imposición médica como esta vez. Parar y al menos ser consciente.
abrazo a ambos
Suscribo vuestras palabras, amigos… Un abrazo muy fuerte a ambos.
Hola Africa. Transmites muy bien la sensación que tenemos muchos. Opino que la configuración y estructura del Sistema de Servicios Sociales (por razones de las que he hablado en otras ocasiones) ha desaparecido tal y como la construimos en las últimas décadas. Ahora estamos atravesando un desierto lleno de confusiones, incertidumbres e indefiniciones, en el que se hace muy duro trabajar. Creo que falta mucha travesía aún por este desierto, y no sé muy bien qué habrá cuando lo crucemos. De momento no se atisban caminos claros, los oasis son escasos y las brújulas son contradictorias. Ya veremos. Mientras, a sobrevivir como podamos. Un abrazo.
¡ Hola, Belen! ¡ Hola, Pedro!
Belén, todo un lujo contar con este colaborador. Pedro siempre invita a reflexionar y pone el dedo en la llaga.
Espero que en la tercera entrada intervenga Wang, nunca hubo un chino con un sentido del humor tan maño.
Un abrazo. Cheli
,
Efectivamente, es un lujo… Me temo que Wang está en período de letargo por el momento…
Otro abrazo de vuelta
Nada de lujos. Encantado de la oportunidad de compartir. En cuanto a Wang, está disfrutando de una más que merecida jubilación, dedicado a viajar, a la jardinería y a cultivar familia y amistades. Os manda un fuerte abrazo.