5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
5 de diciembre de 2022 / 0 Comentarios
El otro día tuve un encuentro con alumnado de cuarto de trabajo social de la Universidad de Almería. Como en otras muchas ocasiones, me preguntaron como afrontar el desgaste profesional. Recordé entonces el artículo que había mencionado Arantza, una lectora del blog, en la entrada anterior y decidí releerlo para compartirlo aquí.
La cita de la entrada pertenece al artículo en cuestión, que se titula Afrontar el desgaste: Cuidados paliativos de la fatiga por compasión. Lo escriben José Francisco Campos Vidal, Josefa Cardona Cardona y Mª Elena Cuartero Castañer, de la Universidad de Baleares. También puedes encontrar un capítulo de las mismas autoras sobre este tema en el libro Trabajo social: Arte para generar vínculos.
Vincularse, duele —dicen las autoras—. Estar con alguien que sufre nos hace sufrir y, paradójicamente, para comprender lo que le sucede al otro debemos experimentar parte de su sufrimiento. La fatiga por compasión no es lo mismo que el burn out o queme profesional, pero, como siempre digo, no lo explicaré para que acudas a la fuente original.
Me gusta mucho como definen la tensión entre ecpatía y empatía porque es a mi juicio la tarea más difícil del desempeño en trabajo social: La empatía, como elemento imprescindible para comprender, y la ecpatía, como elemento para desarrollar la necesaria distancia emocional, generan una tensión que si no se gestiona adecuadamente puede dar lugar al desgaste profesional (que tampoco es lo mismo que la fatiga).
Por ello, Campos, Cardona y Cuartero recomiendan mantener el equilibrio entre empatía y ecpatía a través de cuatro áreas:
a. Desarrollo de relaciones positivas con los clientes trabajando, de manera consciente, bien.
b. Autocuidado inespecífico a través del mantenimiento de estándares reconocidos como dormir lo suficiente, alimentarnos adecuadamente, etc.
c. Estrategias de manejo del estrés mediante aficiones como el yoga, escritura terapeútica...
d. Autocuidado intencional vinculado a la permanente revisión de la práctica profesional y su impacto sobre sí mismo, recurriendo a la supervisión o participación en foros profesionales. En los casos en que no es posible acceder a la supervisión existe la técnica de la intervisión, que algunas compañeras están poniendo en práctica (y que ya te contaré en otra entrada).
Yo no he tenido grandes problemas para manejar la tensión entre ecpatía y empatía. Opino que para conseguirlo es especialmente importante el área a: Desarrollo de relaciones positivas con las personas que atendemos. Tratar de hacer bien nuestro trabajo, desde la perspectiva de una relación positiva con los demás, contribuye bastante a la desconexión. Al margen de otras ventajas relacionadas con el propio desempeño, como es obvio.
Intentar trabajar bien además facilita tu vida si resides donde trabajas, como es mi caso y el de tantas compañeras y compañeros de cualquier punto del país. Resulta que en la charla de la UAL hubo alumnas que, intrigadas, me preguntaron qué opinaba yo acerca de vivir y trabajar en el mismo municipio porque parte del profesorado lo desaconsejaba.
Con profesorado de trabajo social dando estos consejos solo se me ocurrió una respuesta: Mátame, camión.
¿Tú que opinas?