5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
10 de febrero de 2025 / 10 Comentarios
Cierro hoy la trilogía sobre los tres escenarios deseables para el trabajo social del futuro que planteaba Josefa Fombuena. Aquí va el tercero: Un trabajo social holístico.
Dice Josefa: El escenario para los próximos años ha de ser holístico, generalista en sentido amplio porque los fenómenos sociales y sus cambios requieren de profesionales con una base científica y técnica rigurosa, amplia y sólida, que les permita adaptarse a nuevas formas de pobreza, de exclusión y de infelicidad.
Y añade, párrafos después, citando a la profesora Alonso: El desarrollo de la perspectiva genérica hay que situarlo en el continuum de lo macro-micro social. En este sentido opino que el tránsito de los métodos a los niveles en trabajo social de la reconceptualización (que todas estudiamos durante la carrera) no ha sido lo suficientemente valorado ni, por ende, lo bastante reivindicado como un hallazgo epistemológico de nuestra profesión.
No es posible trabajar acompañando a las personas y los grupos en el abordaje de sus malestares sin tener en cuenta la influencia que ejerce el entorno en el que se desenvuelven, como tampoco podemos desdeñar la influencia de las personas y los grupos que éstas ejercen sobre sus entornos. Y además, todo lo anterior es inútil sin la imprescindible perspectiva política sobre la realidad. Me explico.
En cualquier foro profesional se escuchan repetidamente una serie de demandas. Una de ellas es el retorno al trabajo social comunitario, al que suele aludirse como una especie de mito de Arcadia. Yo me pregunto en qué momento ha existido ese trabajo social comunitario que tanto se evoca.
Me pregunto también de qué trabajo social comunitario hablamos si no se sustenta sobre un enfoque político, porque un trabajo social comunitario despolitizado no es ni más ni menos que un trabajo social comunitario neoliberal. Que nadie se engañe.
Todo lo que he dicho me lleva a concluir que el trabajo social holístico debería sostenerse sobre la tríada ciencia, ética y política. Fombuena se refiere a esto último en un párrafo que me ha gustado especialmente:
Esta perspectiva holística debe permitir a las trabajadoras sociales tejer su actividad cotidiana teniendo una perspectiva interna y profesional acerca de cómo es el mundo, qué es la necesidad, en qué consiste el cambio, quién es el otro, cómo es la vida.
Y acaba señalando la necesidad de buscar, investigar e insistir en los factores necesarios para entrar en relación con el otro desde la alegría y el entusiasmo y no desde la desesperación y la rabia. Nada que añadir.
10 Comentarios
Hola, Belén:
Esta semana voy con retraso, hace ya algunos años, cuando no había recursos de ningún tipo. Te hablo del 1987, cuando se estaban creando los servicios sociales de atención primaria, no nos quedaba más remedio, si queríamos prestar algún tipo de ayuda, que tener un buen conocimiento del entorno en el que estábamos trabajando y de coordinarnos, lo que ahora llamamos trabajo en red, con todos los recursos que teníamos en las zonas (colegios, centros de salud, asociaciones, comercios, farmacias…), y a nuestros responsables aburrirlos con el tole, tole de que era necesario implementar prestaciones sociales… era aquello trabajo comunitario, no lo sé, después de un tiempo cuando los servicios sociales fueron creciendo, llegaron las prestaciones y entonces se cambió el discurso… solo hacemos gestión y no hacemos trabajo social, hay que volver a lo comunitario y con este discurso seguimos.
Mi impresión es que perdemos mucho tiempo quejándonos. Quejarse es gratis, la queja es un sistema de alarma, pero no somos conscientes de los tóxicas que somos cuando la queja se cronifica.
Marisa, comentaba que «el trabajo social actual responde al encargo neoliberal que es el sistema en el que estamos inmersos». El trabajo social que prestamos puede responder o no a ese encargo neoliberal, dependerá de dónde pongamos la mirada cuando ejercemos. Tenemos la responsabilidad de hacer abogacía por las personas que atendemos, porque nadie conoce el sistema de servicios sociales mejor que nosotras. Un concepto, el de la abogacía social, poco manejado en la actualidad, pero necesario para garantizar una ética de mínimos en nuestra práctica social diaria.
Estoy totalmente de acuerdo con «la necesidad de buscar, investigar e insistir en los factores necesarios para entrar en relación con el otro desde la alegría y el entusiasmo y no desde la desesperación y la rabia»
Un abrazo. Cheli
¡Hola, Cheli! Esto que dices de la «abogacía» Malcolm Payne lo denomina «defensa» y coincido contigo, de hecho yo vengo dando mi particular tole tole con este tema (me encanta el término tole tole).
«Mi impresión es que perdemos mucho tiempo quejándonos. Quejarse es gratis, la queja es un sistema de alarma, pero no somos conscientes de los tóxicas que somos cuando la queja se cronifica». (Inserten aplausos enlatados)
Un abrazo
Sigo con interés tu blog desde hace un tiempo y hoy, por fin, me animo a comentar. Felicidades por tus reflexiones, me parecen muy necesarias, inspiradoras y me anima a querer profundizar en la dimensión crítica del TS y mi rol como profesional. En mi opinión, incluso lo comunitario está pervertido por lógicas neoliberales, en muchos casos. Por mi experiencia «el monje no hace al hábito». Yo creo que el trabajo social comunitario en el Estado español, aunque se dice en muchos contextos transformador, a menudo reproduce lógicas neoliberales. Se delega en la comunidad la gestión de la precariedad sin cuestionar las estructuras que la generan, como la Ley de Extranjería o la especulación inmobiliaria, por ejemplo. Se usa un discurso radical, pero sin fuerza real para la ruptura, quedando en asistencia social maquillada de participación. Como bien se comenta, coincido en que el marco de la reconceptualización tiene un potencial transformador. El marxismo, los feminismos, el antocolonialismo, el antirracismo, etc. son categorías políticas de análisis y de práctica para la organización que cualquier TS que nos tengamos por crítico deberíamos de utilizar, formarnos, implementar, experimentar… así como explorar alianzas con movimientos sociales críticos, 3° sector social progresista…y ser críticas con las instituciones y con todo aquello que perpetúe los sistemas de dominación. Sé que no digo nada y digo todo, sé que es difícil, que estamos atomizadas, maniatadas, pero creo que hace falta más pasión, actitud y rebeldía en el TS. Abrazos y mucho ánimo.
¡Asier, hijo mío ¿Dónde te has metido todo este tiempo?! No puedo más que aplaudir tu comentario, que suscribo de cabo a rabo. ¡Más pasión, actitud y rebeldía, carajo!
Espero verte por aquí… 😉
El trabajo social actual responde a encargo neoliberal que es el sistema en el que estamos inmersos. Mi percepción es que no se está realizando trabajo social comunitario, tampoco es que antes se hiciese mucho, como bien dices. Desde lo académico se insiste en su importancia, como si dependiera de la voluntad de las profesionales para «retornarlo» . Yo soy de la opinión que, en la actualidad, solo desde un activismo social y político se puede abordar lo comunitario. Nuestra profesión puede aportar mucho a estos movimientos y también aprender de ellos, enriquece y mucho la «perspectiva interna y profesional acerca de cómo es el mundo», a veces desde el cuestionamiento con el que nos perciben los demás.
Hola, amiga: Tu comentario me parece tan acertado y estoy tan de acuerdo que me has dado una próxima entrada de blog.
Un abrazo.
Efectivamente, ¿dónde está el trabajo social comunitario? Alguno TS se dedican a la política,¿ es ahí donde se ejerce con sus banderas? Cada vez es más necesario formarse para comprender como explicar la necesidad y cuáles son las herramientas del cambio.
Totalmente, la formación es clave y sobre todo, como bien dices, para encontrar las herramientas del cambio.
Muchas gracias por comentar.
Gracias por tus reflexiones Belén tan necesarias.
El T.S. comunitario está, a mí entender, ligado con el trabajo en red con otros sistemas que también trabajan en el entorno y que al igual que Servicios Sociales responden a unas directrices políticas.
Cada vez es más difícil la colaboración y comunicación entre profesionales de diferentes recursos. Quizás haya que empezar por cambiar esto El acceso a trabajadores sociales comunitarios cada vez está más blindado, sobre tod en ciudades grandes. Acabo de tener una experiencia en una zona de Servicios Sociales de Sevilla con su coordinadora que ha impedido cualquier coordinación para prestar apoyo a una mujer sola de su zona, enferma, en situación riesgo que ha acabado muriendo. Mal vamos si los Servicios Sociales se declaran no competentes en casos así.
¡Hola, Antonia!
Me entristece mucho tu comentario porque desgraciadamente es real. Coincido contigo en tu análisis de los servicios sociales comunitarios, yo lo vengo observando a partir de la pandemia. A ese blindaje yo lo he denominado «bunkerización» y he escrito sobre el particular.
Impedir la coordinación es una barbaridad, independientemente de lo que desde servicios sociales podamos o no hacer.
Un abrazo y gracias por comentar.