5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
17 de febrero de 2025 / 42 Comentarios
Trabajar en servicios sociales es un desafío emocional. Vivimos trayectorias atravesadas por problemas, situaciones injustas y dolores ajenos que algunas veces se nos agarran al pecho. Nuestros fracasos profesionales se quedan grabados a fuego. Es difícil mantener el equilibrio emocional necesario para poder acompañar a las personas en sus malestares. Ahora encima toca manejar un encargo institucional cada vez más implacable, más inhumano, más violento. No contribuir al daño es parte de nuestra acción profesional y es una tarea más difícil de lo que parece. En este sentido me viene a la cabeza una frase de George Orwell: Ver lo que se tiene delante requiere un esfuerzo constante.
El otro día llegó una hoja SIMIA acompañada de un informe de un centro escolar. La tutora narraba el comportamiento de una pequeña de corta edad. La lectura del informe me dolió y me duele todavía al recordarlo. Entre las muchas situaciones que describía, la maestra contaba que estaban haciendo un ejercicio en clase sobre las emociones. Explicaba al alumnado que cuando insultamos o dañamos a los demás nuestro corazón se arruga. Les pidió que cogiesen un folio y lo arrugaran. Después les indicó que tratasen de dejarlo como estaba antes de arrugarlo para visualizar el concepto. La niña del informe levantó la mano y dijo "mi mamá tiene el corazón arrugado porque siempre está llorando". Al leer este párrafo experimenté una profunda tristeza al imaginar lo que esta niña debe de estar sufriendo, tan pequeña como es. Me dolió y también me indignó.
Reflexionando sobre el dolor de la lectura de ese informe recordé algunas situaciones que me habían arrugado el corazón a lo largo de mi carrera profesional. Me acordé de una familia vietnamita que atendí cuando, jovencísima, coordinaba un centro de acogida para personas refugiadas. Habían llegado hasta Almería desplazados, grosso modo, a causa de la cesión de Hong Kong por parte del Reino Unido a China. Recogí a la familia en la estación de tren de Almería y me impresionó el terror en sus caras. Durante su estancia en el piso logré que esa expresión de terror desapareciese una sola vez el día de navidad. Únicamente podía comunicarme con ellos por señas. La fiesta fue, digamos, particular: Un iraní copto, un congoleño, una familia rusa, otra familia vietnamita y yo. Nadie lograba entenderse con nadie. Aún así cantamos y bailamos con un karaoke que monté.
Recuerdo asimismo la desesperación de una persona con trastorno mental y consumos de drogas que venía a mi despacho en servicios sociales a decirme que se iba a quitar la vida. Yo llamaba insistentemente al centro de salud, a salud mental y al centro de drogas tratando de que alguien hiciese caso a sus llamadas de atención. Yo, todavía jovencísima, inexperta y sola no supe qué más hacer. Un día esta persona cumplió su palabra y al enterarme me metí en el despacho, cerré la puerta, apoyé la cabeza sobre la mesa y lloré.
Coordinando el Instituto Almeriense de Tutela viví el grito desgarrador de una persona sin hogar que había perdido a su perra Ratita. Deambulaba por la ciudad llamándola a gritos y parando a los viandantes para preguntarles, histérico, si la habían visto. La describía dando voces una y otra vez, una y otra vez a quién lo quisiera escuchar. Por respuesta la gente se apartaba mirándolo con desdén. Yo pensé en como viviría la pérdida de uno de mis perros. Por desgracia después he tenido ocasión de comprobarlo, aunque afortunadamente mi final fue distinto.
Recuerdo mi amarga sensación de fracaso durante el regreso de una mujer, con la que fui incapaz de conectar, al domicilio de su agresor, muy violento. Recuerdo la ira que me atravesó el cuerpo pocas semanas después al enterarme de que otra mujer a la que había atendido muchas veces por otros temas había sido cosida a puñaladas por su ex pareja. Había interpuesto denuncia, había ido al juzgado a enseñar los WhatsApp, había contado reiteradamente que temía por su vida, pero el juez no la creyó.
Ahora no atiendo a personas, pero se me sigue arrugando el corazón con algunos casos que atienden mis compañeras y sobre todo con la deriva del sistema andaluz de servicios sociales. Lo estoy llevando mal, francamente mal. Por primera vez en cinco años como directora del centro me eché a llorar de indignación el otro día.
Pero estoy bien. Soy consciente de que la culpa no es mía, de que lo hago lo mejor que puedo. Intento desde mi modesta posición hacer del sistema un lugar mejor. Las profesionales a las que se nos arruga el corazón somos hoy más necesarias que nunca. Tengo el corazón arrugado, sí, pero no estoy sola. Mis compañeras, las importantes, las que acompañan a la ciudadanía, dan cada día lo mejor de sí mismas, como en cada oficina de servicios sociales, en cada centro de salud, en cada ONG, cada prisión... Porque en cada lugar habitado por profesionales de ayuda late brillando en la oscuridad un corazón tendido al sol.
Esta es mi entrada número 500. ¡Quién me lo iba a decir cuando empecé a escribir un día de junio de 2011! Sin vosotras, sin vosotros, no habría llegado hasta aquí. Gracias infinitas...
42 Comentarios
que digo yo leyendote y leyendo a todas que escribís. Igual hay que organizar quedada TrABAJOSOCIAL Y TAL y desvirtualizarnos. Enhorabuena Belén! un abrazo de este «grupi».
¡Pues me has dado una gran idea! Voy a ponerla en marcha… Gracias, preciosa.
Enhorabuena por las 500 y gracias por ofrecernos la posibilidad de aprender, reflexionar, indignarnos… a través de tu mirada de trabajadora social. Para mi ya eres un ritual ineludible y procuro que lo seas también para mis alumnas. Un abrazo
No sabes la alegría que me da ser de utilidad en la Uni…
Un abrazo para el alumnado y para tí, Triniá
Gracias Belén, felicidades por estás 500 entradas, por este acto de generosidad que es compartir con todas nosotras tus conocimientos, tus reflexiones, con ese gran sentido del humor que te caracteriza. Te imagino en el Karaoke del que hablas, dándolo todo. Tener la capacidad de hacer reír, de arrancar una carcajada, como poco una sonrisa, es un signo de inteligencia que no nos ha sido dado, por desgracia, a todas. Un abrazo grande en este aniversario.
Feliz aniversario Belén, es un gran aniversario. 500 entradas de tanto bueno escrito es mucho. Este es un espacio reflexivo, crítico, profundo, libre, referente, honesto….y tanto más gracias a tu profesionalidad tú buen hacer y tu perseverancia que se merece una buena celebración con o sin karaoke. Los corazones arrugados te acompañarán. Un abrazo
¡Hola, Ana! Muchas gracias. Pues mira, a raíz del comentario de la compañera África me estoy planteando hacer un encuentro en Madrid, así que os iré contando.
Muchas gracias por tus amables palabras.
Gracias a ti, amiga, por tus palabras y tus comentarios siempre atinados.
Un abrazo.
querida Belén ¡¡¡Enhorabuena por las 500!!! Y gracias, gracias, gracias por tus entradas presentes y futuras.. Un fuerte abrazo de tu amiga y compañera que vive con su corazón permanentemente arrugado.
Felicidades por las 500 entradas. Le das un valor especial a la profesión. Ojalá un día lo lleves a unas aulas y las generaciones de ts se especialicé con tu experiencia.
Gracias, Luis, colaboro con la Universidad habitualmente… Creo que es una obligación de las profesionales. Un abrazo.
Gracias a ti por tu incansable activismo y por gozar de tu amistad.
Un abrazo.
Querida Belén, enhorabuena para todas por tus 500 entradas!!! Gracias !!!
Y gracias por tu grandísimo corazón del que me siento parte…
Machado:
Dice la razón: busquemos la verdad.
Y el corazón: vanidad,
la verdad ya la tenemos.
La razón: ¡ay, quién alcanza la verdad!
El corazón: vanidad;
la verdad es la esperanza.
Dice la razón: tú mientes.
Y contesta el corazón: quien miente
eres tú, razón, que dices
lo que no sientes.
La razón: jamás podremos entendernos,
corazón. El corazón: lo veremos.
Eso, lo que dice tu corazón…, lo veremos!!!
Esperanzas!!!
¡Gracias, India, por tus palabras, por este precioso poema de Machado y por ser referente!
Duras vivencias y mucha honestidad en tu texto. Gracias por compartir tus aprendizajes, Belén. Preciosa oda a una mirada humanista y dignificante para las personas y procesos que acompañamos en nuestra profesión. Invitando a la responsabilidad y sin perder el foco en lo estructural.
Gracias, Asier… Un fuerte abrazo
¡ Hola, Belen¡
👏👏👏👏500 entradas, que maravilla. Muchas gracias por tu tiempo y tus reflexiones que, en bastantes ocasiones, me han ayudado a ordenar ideas, a leer escritoras y escritores que no conocía y en épocas de bajón a reconciliarme con la profesión.
Es importante que sigamos arrugándonos y indignándonos es muestra de que estamos vivas.
Un abrazo y gracias de nuevo. Cheli
Si hay algo que me emociona del blog es convivir con lectoras fieles como tú. Ojalá pudiéramos conocernos. Debo pensar en la forma de desvirtualizar… Cheli, gracias, mil gracias.
Querida Belén, lo primero felicitarte por esas 500 entradas y las que quedan por venir. Yo te conocí y te leo hace un año y me encanta. Con tus entradas te abres en cuerpo y alma y eso es lo que me gusta de tí y lo que me hace querer más y más una entrada tuya. Eres una persona a la que admiro profundamente. A mí también se me arruga el corazón, con tantas historias de vida, pero siempre hay que seguir en la lucha y no confirmarse y desde cada posición hacer todo lo que se pueda, dentro de tanta injusticia e indignación. GRACIAS. UN ABRAZO MUY FUERTE 😘
¡Pero qué bonica eres, Isa! ¡Un abrazo enorme!
Muchas gracias por compartir tus arrugas, Belén. A ciertas edades y según qué profesiones es difícil no llegar con arrugas. Y mejor así. Un corazón sin arrugas supone haber mirado demasiadas veces para otro lado. Y enhorabuena por tu entrada 500! Todo un ejemplo de disciplina, amor por tu trabajo y lealtad con los que a lo largo de estos casi 15 años te han venido leyendo. A por otras quinientas entradas! Un abrazo
«Un corazón sin arrugas supone haber mirado demasiadas veces para otro lado»
👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Aquí, tan pronto después de mis recientes 80 años, me han llegado tus palabras como aires de confianza en que hay profesionales que se conmueven al acompañar a las personas.
Maestra… Tú nos conmueves con tu ejemplo.
¡Felicidades 500 entradas!
¡Bravas!
¡Hey, gracias!
Hola, Belén.
Por supuesto que no estás sola con ese corazón arrugado. Creo que es importante que siga siendo así (significaría que seguimos «vivas» en esta profesión) y, si deja de arrugarse, que sea porque mejore el sistema y no porque se nos haya endurecido.
Enhorabuena por esas 500 entradas que tanto inspiran y hacen pensar. Creo que te sigo desde tus inicios y nunca dejo de leerlas. Que sean muchas más y que sigas compartiendo tus reflexiones con quienes te seguimos. Felicidades.
Me da tanta alegría que me sigas desde hace tanto tiempo que me emociono…
¡500 entradas como 500 soles! ¡Habrá que celebrarlo! Un abrazo y gracias.
Vino tengo, es cuestión de quedar para abrirlo…
Querida Belén,
gracias por compartir y por tu generosidad.
A mí también se me sigue arrugando el corazón con las historias de vida que escuchamos o que nos cuentan…
Si no se nos arrugara el corazón dejaríamos de indignarnos ante tantas vulneraciones de derechos y dejaríamos de luchar por una vida digna. Y eso si sería preocupante!
No sé cuántas de las 500 entradas tuyas he leído, pero todas las que recuerdo me han dejado huella y, a veces también una sonrisa.
Aquí, otro corazón mirando al sol
Abrazos
¡Ay, Boni, me alegra ser de utilidad! Tengo muchas ganas de subir a Euskadi… Sois inspiración.
En primer lugar, Felicidades por tus 500 entradas!! Que gusto seguirte y compartir tan buenos momentos leyendo y releyendote del q siempre se aprende algo.
Pero sobre todo gracias por estos post donde conectas con una parte emocional de la profesión, tan importante y poco reconocida o hablada en el día a día!
No sabes como te lo agradece este corazón, tantas veces, arrugado xon experiencias profesionales como las q describes, pero q sigue intentando estirarse y extenderse para brillar al sol, siempre!
Miña Terra Galega
Donde el cielo es siempre gris
Miña Terra Galega
Es duro estar lejos de ti
Donde se quejan los pinos
Y se escuchan alalás
Donde la lluvia es arte
Y Dios se echó a descansar
Las Zanfoñas de Ortigueira
Los Kafkianos del Jaján
La Liga Armada Galega
Y el pazo de Meirás
Hola Belén,
Yo quiero darte las gracias por tu indignación. ¡Menos mal que todavía nos indignamos y no nos conformamos! Que no se dan por válidas, por aceptables, por normales, tantas cosas.
Justamente a eso, Pere Casaldaliga y Gustavo Gutiérrez lo llamaban «indignación ética».
La pena es que duela tanto, que arrugue tanto el alma.
No sirve de bálsamo, pero yo te envío mi agradecimiento y mi reconocimiento.
Gracias por esta entrada, por las 500, y por las que vendrán. Y gracias por permitirte tener el corazón indignado, por tenderlo al sol. Un abrazo
¡Buah, qué bonito lo de la indignación ética! Tengo lectoras con una cultura por encima de mis posibilidades.
¡Un abrazo!
Belén, reconforta lo que escribes, cada profesional de ayuda, cada trabajador social desde nuestros ámbitos y espacios profesionales somos faros de luz. No dejemos de cuidar nuestros destellos.
Enhorabuena por tus 500 entradas. Por esa simbiosis, de teoría, práctica, reflexión del TS., con la literatura y la música, que nunca deja indiferente.
Vuestros comentarios son la luz que me guía y me anima a seguir. Un abrazo!!!
Gracias Belen.
Nos ayudas a que el corazón arrugado se estire un poco y coja fuerzas para dar lo mejor. Seguir reclamando que las instituciones deben ser responsables de dar respuestas a las necesidades de una sociedad
¡A por ello!
Un abrazo
Apreciada Belén, hoy es la primera vez que te escribo, pero no la primera que te leo. He querido esta vez darte las gracias por tus reflexiones tan acertadas y tan llenas de tanta humanidad. Cuentas con un don especial, ese que al leerte uno quisiera tomarse un café contigo. Además, sabes enmarcar tu trabajo literario con un tema musical tan ocurrente como tan bien intencionado. Yo también, como tú soy un corazón al sol. Un abrazo
Te agradezco mucho que te hayas animado a comentar, aquí estamos, amiga Carmen.
Un abrazo