Lo simple y lo complejo

Nos han enseñado a emplear el pensamiento analítico, nuestra capacidad racional, a relacionar directamente las causas con los efectos, a estudiar los fenómenos descomponiéndolos en partes pequeñas y comprensibles, a resolver problemas interviniendo en el mundo que nos rodea o sometiéndolo a nuestro control. Esa educación, que ha generado una gran cantidad de poder personal y social es la que nos lleva a considerar que los presidentes y las empresas de la competencia, la OPEP y la gripe y las drogas son las causas de nuestros problemas.

Donella Meadows.

El párrafo que acabas de leer pertenece al libro Pensar en sistemas, de Donella Meadows. Era uno de mis libros armarizados hasta que leí la siguiente noticia, aparecida hace unas semanas: Detenidos en Madrid un médico y su mujer acusados de maltratar a sus 8 hijos y tenerlos en desamparo. Quiero compartir algunas reflexiones que me ha suscitado este caso; en unas semanas comentaré el libro pues aún no lo he acabado. Como sabes, lo simple y lo complejo es un asunto que me interesa mucho y los sistemas son, por definición, complejos.

Vaya por delante que lo que sé del caso es lo que he leído en prensa. Así pues mi propósito es analizar el tratamiento de la noticia por parte de los medios, un tratamiento, a mi juicio, curioso. En primer lugar, es significativo que la prensa, por una vez, no nos haya acusado de negligencia. Es como si los medios no esperasen que detectáramos esta problemática en un padre médico. Me da la sensación de que creen que estas familias quedan fuera del control de los servicios sociales. Que solo nos dedicamos a controlar a las familias pobres.

En segundo lugar, me pregunto cuánto habrá pesado el sesgo clasista en la detección de esta situación tan grave ¡Son 8 menores viviendo en condiciones infrahumanas! Es sorprendente el hermetismo en el que esta familia ha logrado vivir todos estos años. ¿Hubieran podido eludir el control institucional (general) de ser una familia con un padre jornalero, chatarrero...? Nunca lo sabremos, sin embargo da que pensar.

De cualquier modo, como decía, carezco de datos más allá de lo que dice la prensa, así que continúo analizando el tratamiento de la noticia. En tercer lugar, llama la atención la atribución de la culpa sobre el maltrato inflingido a las niñas y niños de esa familia. Algunos medios se centran en ellos e incluyen a la mujer como madre en la categoría de agresor. Otros por el contrario otorgan a la mujer como esposa la categoría de víctima. Parece ser que el marido / padre la maltrataba también a ella.

Lo simple y lo complejo: La esposa / madre es percibida o como víctima o como verdugo. Hay medios que la describen como una víctima de un hombre perturbado y maquiavélico. Otros en cambio relatan que ella era una persona huraña que no protegió a sus hijos. En general nos cuesta mucho analizar los fenómenos desde la complejidad, es decir, entendiendo que esta pobre mujer puede ser víctima y verdugo a la vez y no es posible establecer una relación de causalidad entre una cosa y la otra. Entendemos el mundo en términos de bueno o malo. Y depende...

Depende incluso de nosotras las profesionales, o mejor dicho, desde la atalaya en la que nos situemos para observar la realidad. Me explico: Una trabajadora social o profesional de un servicio de menores considerará que la madre es agresora o al menos cómplice. Otra profesional que trabaje en un servicio de ayuda a mujeres tenderá a considerarla otra víctima más del padre / marido.

Lo cierto es que la madre es víctima y victimaria a la vez y quienes aborden esta problemática tendrán que bregar con ello, como ocurre en tantos otros casos donde la violencia marca la dinámica familiar. De nuevo, lo simple y lo complejo. Por eso nuestro trabajo es tan complicado y requiere tanta formación. Bueno, depende...

(Continuará)