5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
20 de febrero de 2023 / 4 Comentarios
Mi jornada diaria comienza con el programa Hoy por hoy, de la Cadena Ser. El programa me acompaña hasta que llego al trabajo. Hay algunas cuñas publicitarias que me desagradan, pero hay una que directamente me pone de muy mala baba. En realidad son dos cuñas de ING direct; ambas publicitan una hipoteca que debe de ser la repanocha para los hombres pues es evidente que la publicidad va dirigida a ellos —como si las mujeres españolas no firmásemos hipotecas, vivamos solas o acompañadas—.
En una de las cuñas una chica confiesa a un chico que lo quiere y el chico responde que él también, pero como amiga. Después se escucha una voz en off que sentencia: la quieres, pero no tanto, como la hipoteca de ING, una hipoteca libre de cargas o algo así, la segunda parte no me la sé de memoria.
Aunque el anuncio es machista (como tantos otros) no me habría llamado la atención si no fuera por la otra cuña. En esta segunda cuña se escucha a una abuela besando repetidamente a su nieto mientras éste, visiblemente molesto, se queja por el besuqueo con un ¡ay, abuela! Y, de nuevo, se escucha la voz en off con el puñetero la quieres, pero no tanto. Es que cada vez que la escucho se me revuelven las tripas.
Las dos cuñas constituyen una llamada a la libertad del hombre. Esa que las mujeres nos empeñamos en arrebatar empujándoles a firmar compromisos tales como bodas a las que novios graciosísimos se presentan con mensajes de socorro en las plantas de los zapatos o protestas si se van de putas. Lo digo porque esta mañana he visto a una pareja veinteañera en Cabronazi en la que el chico se queja de que a su novia le moleste que haya ido a un prostíbulo. Ojo, que la chica no se enfada, simplemente le molesta. Esto es para hacérselo ver. Lo digo por ambos.
Sin embargo, la cuña de la abuela es cruel. Las abuelas españolas han levantado, levantan y mucho me temo que seguirán levantando cada día este país. Lo veo a diario en servicios sociales. Pegas una patada a una piedra y aparecen mil historias de lucha, de cuidado, de amor y de sacrificio por parte de abuelas andaluzas, extremeñas, gallegas, canarias, catalanas... Tengo pendiente leer Vozdevieja, una novela que lo narra, según dicen, de maravilla.
Mujeres que en el anonimato más clamoroso han sacado adelante familias enteras, que se han dejado la piel por los suyos, que son las artífices de que otras mujeres como tú y yo nos hayamos incorporado al mercado laboral y tantos ejemplos de abnegación que no merece la pena extenderse en enumerarlos.
Mujeres que no han dudado en avalar a sus hijos para que pudiesen alcanzar sus proyectos soñados... Es la única subtrama, por cierto, que me conmovió de la película En los márgenes. Maravillosa Adelfa Calvo, que representa magistralmente ese sacrificio. El hijo, mientras tanto, se niega a cogerle el teléfono, porque el caballero está avergonzado de que la jugada haya salido mal. Bien ahí también Botto, todo hay que decirlo.
Después de haberte cambiado los pañales, sonarte los mocos, prepararte con todo el amor tus comidas favoritas, defenderte ante tus padres, consolarte en tus fracasos, alegrarse de tus triunfos y estar siempre ahí vas a venir tú, publicista de ING, a mofarte de los besos de tu abuela. A ti, que has ideado esas cuñas infames que lo único que muestran son niñatos consentidos ¿Sabes lo que te digo? Que eres imbécil.
4 Comentarios
Simplemente maravillosa reflexión, como todo el blog. En serio, lo que escribes en mi opinión es una genialidad.
Gracias
Es terrible como por un lado el sistema aprovecha todo por codicia económica. Y por otro como de esta manera siguen lanzando los mensajes machistas. Si no tienes puestas las gafas violetas no te das cuenta de los mismos. Mucho por lo que seguir luchando.
Toma ya por ese final, ojalá lo leyese el guionista que lo ha escrito. Yo veo un contraanuncio con esta idea y… como soy optimista voy a creer que estaría mucha más gente a favor de éste que del otro. Parece que es lo que interesa a la mayoría por el hecho de salir del televisión, peligrosa manipulación.
Efectivamente, las gafas violentas son molestas a veces, pero taaaan necesarias. Ellas nos demuestran que hay mucho por luchar ¡Gracias por comentar!