5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
26 de septiembre de 2021 / 12 Comentarios
Tenía esta entrada perfectamente estructurada en mi cabeza. Pues va y se me ocurre leer un artículo pendiente de Silvia Navarro antes de empezar a redactarla. Ha sido una mala idea porque en él Silvia explica casi todo lo que quería expresar yo, pero mejor. Haciendo entonces de la necesidad virtud voy a tratar de complementar las ideas de esta insigne y admirada compañera.
Tal y como ella cuenta en su artículo, parece evidente que la pandemia no ha sido la oportunidad de mejorar el funcionamiento de los servicios sociales que muchas esperábamos. Al contrario, ha empeorado algunos problemas que algunas ya veníamos señalando, a saber:
Observo por otra parte —al menos donde trabajo— que, junto con el auge de la atención telefónica, los tiempos se han acelerado hasta tal punto que se ha instaurado una especie de trabajo social taylorista aterrador. Las propias profesionales están atrapadas en una dinámica tan ansiógena que les lleva a intentar atender la demanda (masiva) casi instantáneamente. De hecho, una de mis preocupaciones como directora que soy en estos momentos es hacerlas parar. Ralentizar los tiempos. Detenerlas a pensar. Hacerlas respirar. Es por ello que he titulado mi entrada Elogio de la lentitud.
La propia Silvia cuenta en su artículo: Sin comprender aquello que nos pasa y los motivos por los que nos pasa, nunca podremos hacer nada distinto a lo que ya estamos haciendo. Para construir una sociedad que ponga la vida, los vínculos y el bien común en el centro no sirve cualquier intervención social. Una intervención social que ayude a las personas a caminar hacia su emancipación requiere, en primer lugar reflexión. Para la reflexión es necesario buscar el espacio y el tiempo.
En segundo lugar es necesario cocinar la intervención (sea la que sea y con quienes sea) a fuego lento. El vínculo, nuestra principal herramienta de trabajo, nace y crece al calor de la escucha reflexiva, la mirada cómplice, los silencios y la espera, la risa —también la risa — , los pañuelos de papel arrugados en la manga y, cuando sea posible, el contacto. Todo eso necesita, insisto, tiempo. Calma. Sosiego. Y, en tercer lugar, darnos el permiso para cometer errores que, bien gestionados, acabarán siendo aciertos.
No me gusta hablar de mis éxitos como trabajadora social porque en el cómputo general son mayores los fracasos y mejores profesores. Aún así, por una vez, diré que todas las satisfacciones que viví como trabajadora social resultaron ser fruto de trabajar a la manera que acabo de describir en el párrafo anterior. Se puede.
No son muchas, como digo, estas satisfacciones, sin embargo la vida te da sorpresas y me ha traído de regreso a mi querida Alpujarra, donde ejercí dieciocho años. Ahora, desde la distancia de la dirección, he podido comprobar que hubo un mayor número de aciertos de los que imaginaba cuando me marché. Eso me hace muy feliz.
Esta entrada pretende ser, en la línea de lo escrito por Silvia Navarro, un elogio de la lentitud, una invitación a la calma y la introducción de algunas ideas aquí apuntadas que iré desarrollando las próximas semanas. Porque, parafraseando a la también insigne Teresa Zamanillo Peral, si fuésemos más conscientes del poder de la palabra, no diríamos muchas cosas, pero sí diríamos algunas.
12 Comentarios
Belén, como ves yo voy tan lenta que te leo con retraso. He repetido mil veces, frenar, pensar, desde la pandemia, pero creo que sí hemos aprendido mucho, y la gente con la que trabajamos también. Cuando todo estaba cerrado, en el centro de salud no te respondían, los servicios sociales estábamos disponibles, nosotros no cerramos. Más allá de las ayudas de urgente necesidad, acompañamos, muchas veces por teléfono, fuimos la única comunicación con algunas personas. Hoy precisamente han venido a agradecer que estuviéramos presentes, así que empiezo un buen fin de semana, que comparto contigo y con todas las compañeras que se preocupan de hacer un buen trabajo social.
Me alegro mucho, tocaya, aquí la percepción es diferente. Gracias por leerme, no hay prisa ninguna 😉
Un abrazo.
Yo lo llamo intervenir a “fuego lento” aunque una esté de suplencia, de interinidad ….. una eterna suplente que siempre trabaja como vive el amor. “Eterno mientras dura”
Besos
Qué bonito, África, lo de «eterno mientras dura». Un besote.
Muy inspiradora Belén, como en tantas otras ocasiones me siento reflejada e identificada con tus palabras. Es un tema que me interesa, partiendo de que me considero lenta en casi todos los aspectos de mi vida, quizá buscando una perfección ilusoria, quizá tal vez una manera de dosificar la energía y la eficiencia necesaria, también, como bien dices, para poder comprender, comprenderse, entender y vincularse. Creo que es posible y necesario trabajar con más sosiego, las personas usuarias nos lo agradecerían . Un abrazo
Me alegro mucho de leerte, Marisa. Estoy segura de que, como dice la canción, con valor darás calor a quien lo pida. Espero verte muy pronto (subo a Madrid en diciembre). Un fuerte abrazo.
Déjame que te aplauda con las dos manos, me jubile en Diciembre del 2020, en plena pandemia, y al leerte, no he podido dejer de contestarte, no pares sigue compartiendo con todas, tus reflexiones gracias y totalmente de acuerdo contigo
Iefkine, muchísimas gracias por tus amables palabras y por seguir conectada con la profesión ¡Feliz jubilación!
Entre lo que me rodea, percibo o bien una involución o una huida hacia adelante !A toda ostia! sin ninguna reflexión. sin querer reconocer que todo ha cambiado y que no hay vuelta atrás, ni más de lo mismo. Sin querer reconocer que ya estábamos moribundas y queriendo resucitar a un muerto. Me emocionan vuestra palabras, tanto de Silvia, como tuyas animando a trabajar» de forma inteligente y saludable, dejándonos contagiar por la inspiración, la motivación y del talento de las demás»
Gracias chicas por abrir estas grandes brechas en la hermética coraza de la profesión y del futuro «a crear», no a imaginar. Gracias a las dos, por pensar y compartir.
Gracias a tí por tu brillante comentario y por contribuir a la reflexión. Me ha encantado…
Muy buena Belén. Me ha encantado.
Gracias, maestra, ya sabes que siempre eres fuente de inspiración. Espero verte muy pronto. Mil besos.