5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
10 de noviembre de 2012 / 6 Comentarios
Hola de nuevo:
Lo prometido es deuda, pública y soberana. Y como yo soy muy de pagar que para eso soy españolita y proletaria, aquí va mi entrada sobre el modelo transteórico. Disculpa
el retras
o, tengo a mi madre (que solo ha
y una) enfermilla y he ten
ido que compaginar rutina diaria con hospital
, así que estoy como unas castañuelas.
Debo comenzar aclarando la diferencia entre Modelo Trasteórico y Entrevista Motivacional. Como todos sabemos, los modelos o paradigmas son interpretaciones de la realidad que nos guían para la acción profesional. Yo siempre pongo el ejemplo de que actuar según un modelo u otro es como colocarse unas gafas que nos permiten ver la realidad desde una óptica determinada.
¡Ojo! ¡Que nadie piense que no tengo una definición completa de lo que es un modelo, eh! Mira que tengo el libro de Viscarret y el de Du Ranquet, ambos muy clarificadores en lo que a modelos se refiere, pero es que soy muy vaga y además la entrada se me va a hacer interminable.
El modelo transteórico, de Prochaska y DiClemente es, pues, la herramienta que vamos a utilizar para comprender y abordar el cambio de conductas, sobre todo en conductas adictivas, con o sin sustancia. La Entrevista Motivacional, por otra parte, es la herramienta que nos ayuda a través de la técnica de la entrevista propiamente dicha a motivar a la persona hacia el cambio que ella se dispone a emprender. Resumiendo:
-
Enfoque: transteórico
-
Estilo: motivacional.
Dicho esto, vayamos al meollo. El proceso de cambio realizado intencionalmente por una persona desde conductas menos saludables a otras más saludables, se ha comprendido en ocasiones, como si de un movimiento de estado estable a otro se tratara. Esta conceptualización dicotómica, no tiene en cuenta la dinámica previa y posterior del proceso, lo que conlleva una pobre comprensión del fenómeno y serias dificultades a la hora de intervenir en su optimización.
A partir de sus estudios sobre los procesos esenciales del cambio utilizados en las distintas escuelas psicoterapéuticas, Prochaska y Diclemente proponen el denominado "modelo transteórico del cambio de las conductas adictivas" que pretenden satisfacer las demandas citadas. Dicho modelo en su versión más actualizada se articula tridemensionalmente integrando estadíos, procesos, y niveles de cambio, fundamentando lo que algunos autores denominan metaparadigma de la recuperación de las conductas adictivas.
Hablando en plata: cuando decidimos abandonar una conducta adictiva, por ejemplo, el tabaco, las personas no pasamos de la dependencia a la abstinencia, así, sin más, sino que realizamos intentos y nos posicionamos en diferentes momentos
; a estos momentos o fases es a lo que los autores denominan estadíos del cambio.
Los estadíos del cambio, según los autores son:
·
Precontemplación: En este estadío los adictos no se plantean modificar su conducta ya que no son consciente (o lo son mínimamente), de que dicha conducta representa un problema. No se trata pues, de que no puedan hallar una solución, sino de que no pueden ver el problema, por lo que no acuden a tratamiento o si lo hacen es presionados por circunstancias ambientales, abandonando el cambio en cuanto disminuyen dichas presiones.
·
Contemplación: En este estadío los adictos son consciente de que existe un problema considerando seriamente la posibilidad de cambiar, pero sin haber desarrollado un compromiso firme de cambio. Aunque su actitud ante la adicción es ambivalente, se encuentran más abiertos a la información sobre su comportamiento adictivo.
·
Preparación: Este estadío se caracteriza por ser la etapa en la que el adicto toma la decisión y se compromete a abandonar su conducta adictiva, así como por ser la fase en la que se realizan algunos pequeños cambios conductuales (disminución de dosis, por ejemplo) aunque dichos cambios no cumplan el criterio (abstinencia, por ejemplo) para considerar que se encuentra en la fase de actuación.
·
Acción: Se trata de la etapa en la que el individuo cambia, con o sin ayuda especializada, su conducta y el estilo de vida asociado con el objetivo de superar su adicción. Esta etapa requiere un compromiso importante, además de una considerable dedicación de tiempo y energía, implicando los cambios conductuales más manifiestos.
·
Mantenimiento: En este estadío, el individuo trata de conservar y consolidar los cambios realizados en la etapa anterior, intentando prevenir una posible recaída en el comportamiento problemático, por lo que no consiste en una ausencia de cambio sino en una continuación activa del mismo.
La cuestión, según el modelo, estriba en saber ubicar correctamente en qué estadío se encuentra la persona y a través de la entrevista motivacional, acompañarla hacia la siguiente fase del proceso terapéutico.
Los estadíos del cambio, por tanto, se refieren a la dimensión temporal del proceso, pero el modelo baraja otras tres variables más: las estrategias o procesos, los niveles del cambio y los marcadores del cambio. Te lo explico en este gráfico y así no me pongo pesada:
No te agobies por el tamaño del gráfico, si pulsas sobre la imagen se hace más grande.
¿Por qué me parece tan interesante este modelo? Te preguntarás. Pues me parece muy interesante la noción de estadíos del cambio y creo que no es solo aplicable a las conductas adictivas, sino a otras problemáticas, como por ejemplo, la violencia de género. De hecho el modelo se está probando con mujeres víctimas de violencia.
Los autores del libro en el que aparece el modelo tal y como yo te lo he contado son Juan Díaz Salabert, Carlos Liébana Molina y Francisco Luque García, del Centro de Drogodependencias de Málaga. De ellos son los textos en cursiva y como son gente muy competente me van a enviar el libro en PDF, yo, con su permiso, lo colgaré y podrás profundizar en la materia, ya que un blog no da para tanto.
Por mi parte, si quieres que te aclare algo, no tienes más que insertar tu comentario y yo trataré de responder ¡no me lo pongas muy difícil que no soy una experta!
Espero que al menos esta entrada tan asperísima haya suscitado tu interés. Lamento comunicarte que la siguiente se la dedicaré a la entrevista motivacional, que no solo de criticar al PP vive el hombre (y la mujer)
Con una pena muy honda porque hay un suicidio más, derivado de los desahucios, me despido. ¡Espero verte por aquí que me lo estoy currando, eh!
Hasta la semana que viene.
6 Comentarios
Buceando sobre este modelo para aplicarlo en la observacion y diagnòstico del servicio de primera acogida de servicios sociales del ayuntamiento donde trabajo, llego a tu post.
Gracias Belén, ya ves que lo escribes es valisoso; y dura y dura m´ás que el conocido anuncio de pilas. Este es tu pequeño legado.
¡Hola, Aratza! Ahora he tenido tiempo de contestar ¡Muchas gracias por tus palabras, son reconfortantes!
Un abrazo.
hola , gracias por todos tus aportes, mi consulta es como relaciono este modelo con problemáticas de personas privadas de libertad, como por ejemplo hurto o micro trafico de drogas.
muchas gracias.
Hola, es difícil contestar desde el blog. Yo te diría que buceases en la parte del modelo de Proschaska y DiClemente y en la entrevista motivacional de Miller y Rollnick.
También te recomiendo que enfoques el delito igual que los consumos, es decir tratando de averiguar qué actitud tienen las personas con su «ocupación» ¿Tienen conciencia de que está mal, quieren hacer otra cosa…?
Enhorabuena colega por tus aportaciones, análisis y pensamientos en voz alta sobre el desconocido mundo del Trabajo Social. Seguiré tu blog con interés doble, como diplomado en TS y como Gestor de comunidades virtuales. Por cierto, yo también ten go el libro de Viscarret y dedicado además, ha sido profesor mío en cuatro asignaturas. Para mi es Txetxu, cuantas horas hemos departido juntos sobre modelos de intervención y sobre trabjo comunitario. Saludos desde Pamlona. Txema Hernández Galán
Gracias, José María y perdona mi tardanza en contestarte. Un abrazo.