5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
30 de diciembre de 2024 / 14 Comentarios
En los talleres de escritura que imparto incluyo teoría, como es natural. Hay dos autores clásicos: Propp y Vogler. Propp definió como función la acción de cada personaje dentro de la trama y estableció lo que se conoce como las 31 funciones de Propp.
Vogler, por su parte, planteó que todas las historias devienen de un arquetipo: El viaje del héroe. Él afirma que en el fondo todas las historias tratan sobre un héroe que es llamado a realizar una hazaña y para ello ha de superar pruebas. Da igual que se trate de El Mago de Oz, Moby Dick, Alicia en el país de las Maravillas, Cumbres borrascosas o Diario de una buena vecina. En realidad, las hazañas pueden ser múltiples: Desde encontrar el camino de baldosas amarillas para regresar a casa, matar a una ballena, vengarse o convertirse en mejor persona gracias a una anciana con síndrome de Diógenes.
El otro día leí La vía de la narración de Alessandro Baricco, el autor del famoso libro Seda. En ese ensayo, Baricco hace una crítica a Vogler que me ha dado que pensar. Dice el italiano que el sistema por el que los humanos producimos historias es mucho más complejo que el planteamiento de Vogler. Y añade que lo peor de su método es que contiene veneno: La creencia de que todos debemos ser héroes y de que tenemos un viaje que realizar y del que regresar con un feliz desenlace.
El viaje del héroe esconde, según Baricco, la obsesión por el individualismo, el culto incuestionable a un cierto progreso y la idea de que superar pruebas es lo que lo genera. También la necesidad estructural de un enemigo y, por último, la tiranía del optimismo. E incluso la convicción de que las cosas suceden de forma lineal y según una arquitectura ordenada y racional.
Se pregunta Baricco: ¿Quién no reconoce las señas de identidad de una determinada civilización? Una que construye trabajadores mansos y soldados convencidos. Capitalismo canalla, de César Rendueles y Manual de literatura para caníbales, de Rafael Reig ahondan magistralmente en esta idea.
Y contra este arquetipo que a través de la ficción orienta como debemos vivir, Baricco se rebela en un párrafo precioso, que resumo así:
Las pruebas no son obstáculos que hay que superar, son escenarios que hay que habitar. Nadie es un individuo, sino todos una parte del todo. La mayor parte de las experiencias no producen un aumento del saber y del poder. Quien necesita un enemigo para existir está sembrando destrucción. Los acontecimientos de una vida ni respetan un orden ni lo generan.
La vida no es un viaje del punto A al punto B. No es una carrera con una meta que atravesar al final. Vivimos etapas con pareja y puede que otras en soledad. A veces tenemos dinero, otras no. Unos pocos, siempre. Experimentamos momentos de felicidad que dan paso a etapas de melancolía, también quienes nacen bien parados y en procurarse lo que anhelan no tienen que invertir salud. El otro día lo hablábamos un grupo de amigos en nuestras cervezas del viernes.
El amor puede dañar y la soledad puede curar. El fracaso y el éxito se dirimen, en la mayoría de las ocasiones, con una moneda al aire. La enfermedad aparece y se lleva la salud sin que podamos hacer nada por evitarlo, por eso es tan perverso el mensaje de que el cáncer es una guerra que se gana o se pierde. Ante una enfermedad no somos guerreros, somos enfermos. ¿Qué sociedad es esta que impulsa a las personas a luchar contra una patología sobre la que no se puede ejercer ninguna influencia? Que alguien me lo explique.
No está mal marcarse propósitos para el año nuevo, por supuesto que no. Sin embargo a veces el universo hace sus propios planes y eso no debería frustrarnos porque nuestra vida no tendría que consistir en una lista que chequear: Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, visitar Japón, alcanzar un cuerpo fit...
Visualizar el éxito no te conduce a lograrlo: Si, como parece, estamos abandonando el pensamiento científico y abrazando ídolos de barro mi consejo es menos Ilia Topuria y más Estopa. También en nuestro desempeño profesional. Lo vemos a diario: Muchas vidas han sido golpeadas por una combinación de infortunios y a pesar de ello, como diría Ulrick Beck, seguimos aplicando soluciones biográficas a contradicciones sistémicas.
Así las cosas, solo formulo un deseo para 2025: Seguir viviendo abierta a la incertidumbre y el desconcierto pues, tal y como escribe Alessandro Baricco, la recompensa de ese desconcierto es la libertad.
Gracias de corazón por acompañarme durante 2024. Estas 37 canciones también lo han hecho: Aquí las tienes. Por mi parte, daré la bienvenida a 2025 de la mejor manera que se me ocurre: Bailando.
Que el 2025 traiga los recursos necesarios para la reconstrucción de las vidas de quienes lo han perdido todo, especialmente las valencianas y valencianos, con los que me une un vínculo de amor.
Os llevo en el corazón.
14 Comentarios
Como siempre interesante y acertada reflexiòn Belèn. Te deseo un 2025 lleno de momentos «vividos» y seguirè aqui esperando cada semana tus entradas que tantas veces me incitan a reflexionar, a cuestionarme…a medrar.
Gracias Belén por esta enorme entrada. Gracias por los momentos compartidos en Vitoria este verano… y mas gracias por compartir temas relacionadas con la profesión, pero sobre todo por prestar generosamente pensamiento y vida con banda sonora.
Desearía que el 2025 fuera un año bueno para todos, pero navegaremos con lo que haya. UN ABRAZO
Qué alegría es comprobar que contaré con vosotras en 2025. Si no estáis, esto no tiene ningún sentido. Un fuerte abrazo, compañera.
Eskerrik asko Belén. Un artículo muy sugerente. Te deseo un 2025 lleno de deseos. Abrazos y reflexión desde Bilbao!
¡Gracias, Txema! ¡Feliz 2025, un abrazo!
Gracias de nuevo por una entrada que invita a pararse y reflexionar.
Feliz año Belén 😘
Gracias a ti, Emma, por ser parte de todo esto con tus comentarios. Un fuerte abrazo y feliz año…
Gracias por estar en nuestras vidas. Seguiremos bañando de vino o cerveza las noches de los viernes para «arreglar el mundo» o lo que es mas importante para «arreglar el alma», seguiremos luchando por nuestra LIBERTAD que tan bien detallas en esta super entrada llena de verdades como puños. Feliz 2025 y que sigamos coleccionando momentos y experiencias juntas. Te queremos.
Soy porque somos. Os quiero mucho. ¡A por 2025!
Muchas gracias Belén por tus deseos. Revisaré los enlaces que has colgado. De entrada me ha gustado mucho tu artículo. Que también tengas un año cargado de libertad.
Gracias, Daniel, por pasarte a comentar. Te deseo lo mejor para este 2025 que asoma.
Gracias Belén por este año, siempre eres un estímulo para la reflexión rigurosa y sosegada. Caminaremos hacia la libertad aunque se venda bien cara. Que tengas un 2025 tranquilo y con mucha salud, empezar bailando es buena cosa pero bailar todo el año lo mejora todo. Nos encontraremos en la cita semanal. Un abrazo desde Asturias.
Lo mejor de este blog es la conversación, el comentario y sobre todo vuestro cariño.
Un fuerte abrazo, Trini.
Belén, para ser tu última entrada del año la has clavado por cómo se refleja una vez más tu grado de intelectualidad sobre tantos temas. Gracias a tu trabajo y tu generosidad de escribir para que te podamos disfrutar. Me gusta mucho la idea de que en el final o finalidad de los caminos vitales que tengamos que recorrer esté la LIBERTAD. Gracias Belén por este 2024 que nos has dado de invitarnos a la reflexión y a compartir en este foro tan enriquecedor. También a las compañeras por sus aportaciones tan valiosas. Para el 2025 aquí estaremos para lo que quiera traer. Aquí seremos.