5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
11 de abril de 2022 / 11 Comentarios
Me ha llegado un interesante artículo procedente de Macroscopio sistémico. Lleva por título Genograma profesional: La influencia de los formadores en la construcción del estilo terapéutico. Su autor, Sandro Giovanazzi, comienza diciendo:
Mucho se ha hablado de la utilización del genograma personal en el trabajo conpacientes y sus familias. También se ha escrito acerca de la importancia de lautilización del genograma personal en la formación de los psicoterapeutas. Sinembargo, poco o casi nada se he dicho de acerca de la utilización del Genograma Profesional en la formación de los psicoterapeutas.
Hoy quiero reflexionar sobre el estilo profesional al hilo del artículo de Giovanazzi, que define el estilo del terapeuta como todas aquellas condiciones idiosincráticas del terapeuta que se materializan en la forma específica individual, habitual y particular de hacer terapia, que viene dada por una influencia relativa de su familia de origen y por la relación con sus formadores. Asimismo, el estilo del terapeuta también viene influenciado por los modelos teóricos en los cuales se ha formado, por las características de su familia de origen, el ciclo vital del terapeuta, por los sucesos vitales significativos, por su cultura, personalidad y otros elementos. Por esto, el estilo del terapeuta es dinámico y flexible.
La formación en psicoterapia y la supervisión son en mi opinión dos imperativos en el trabajo social en particular y la intervención social en general. Dentro de los sistemas públicos de servicios sociales actuales es indispensable si buscamos trascender el odioso binomio necesidad-recurso. Se puede. Vaya si se puede, solo es proponérselo. De esto he hablado en otras entradas y volveré a hacerlo porque el manejo del encargo es un tema que me obsesiona.
Giovanazzi analiza la influencia de quienes nos forman (nada más y nada menos). A mí como trabajadora social me han influido mucho las personas que me formaron en terapia sistémica, pero también el desempeño con compañeras de las que he aprendido mucho.
Los lugares más relevantes en este sentido fueron el centro de servicios sociales Bajo Andarax y después el centro de tratamiento ambulatorio de Adicciones de El Ejido. Allí tomé contacto con la terapia sistémica y comencé esa formación. Corría el año 2002. Madre mía, lo que ha llovido...
Como dice el autor del artículo, el estilo profesional está formado por los modelos teóricos, familia de origen y todo lo demás que he citado textualmente unos párrafos más arriba. Sin embargo opino que la propia ideología asimismo juega un papel fundamental porque modela la mirada ante los problemas.
En mi caso, las tesis del trabajo social crítico han sido fundamentales para apuntalar mi estilo profesional, combinado con ciertas dosis de humor y el empeño por anteponer la relación a la tarea. En este sentido creo que cada una de nosotras debe encontrar su propio estilo profesional, personal e intransferible. Esto es importante. Siempre se lo he recordado al alumnado en prácticas.
La formación en psicoterapia, como decía, es básica. El dinero no es un obstáculo hoy, hay tanto material en internet que se puede aprender mucho sin apenas gastar. Además de la formación en psicoterapia para poder desplegar un buen estilo profesional hay que leer, hacerse preguntas continuamente, auto evaluarse y ser capaces de identificar y gestionar nuestras propias emociones. Como dice la maestra Zamanillo, el arte de la distancia y del control de uno mismo. Tan fácil y tan difícil ¿Verdad?
11 Comentarios
Me pregunto si estas opciones o estilos funcionalistas en la práctica (sistémico, psicoterapia, etc.) no son una especie de disonancia cognitiva con nuestra crítica estructural…
Pues fíjate, Maribel, yo a esto le he dado muchas vueltas y creo que, dentro de un eclecticismo que se sostenga sobre un fuerte andamiaje ideológico, estas perspectivas funcionan. Yo me sitúo dentro del trabajo social crítico, sí, pero la opresión no lo explica todo y hay familias en las que hay que toquetear el engranaje interno. Espero haberme explicado.
Un abrazo.
Comparto totalmente contigo la necesidad de dotarnos de «una especie de eclecticismo» para disponernos… y más importante que podamos debatir sobre estilos/modelos/estrategias/valores profesionales heterogéneos y complementarios (que mucha falta nos hace en España). Mi preocupación tiene que ver con un estilo crítico que pocas veces transciende el discurso y la hegemonía de los estilos funcionalistas (que sé que funcionan, valga la redundancia, y ayudan en el proceso de adaptación). Abrazos!!
Buenos días, Belen
Voy leyendo con retraso…pero leo.
“El manejo del encargo” a mí también me obsesiona, pero pienso que se puede manejar y poner en el centro la relación y que “la gestión” que es el encargo se quede en lo accesorio, pero, como tú dices, para poder hacerlo es importante la formación, la reflexión y la autocrítica.
Un abrazo.
Ya te echaba de menos. Sabia reflexión…
Cuánta razón!! Y como de necesaria es la FORMACIÓN, pero también la autoevalución y practicar mucho la escucha (la interna y la externa). La revisión constante, las preguntas continuas y en mi caso, la supervisión, han sido de mucha ayuda. Más en un contexto de evaluación , que requiere una manejo de conceptos, teorías y del arte de entrevistar.
Amén, compañera.
Gracias Belen
Gracias a ti. Un abrazo desde el sur.
Que cierto, mi formación en sistémica, psicoterapia y supervisión, ha hecho que me conozca y reconozca más a mi mi misma. Creo, de verdad, que si a mí me ha ayudado a mis usuarios/as todavía más. Más que de acuerdo con esta entrada compañera, porque nuestro estilo personal puede ser una herramienta muy útil si la manejas correctamente 💗
…a mis usuarios/as todavía más. Efectivamente, esa es la clave.
Un fuerte abrazo.