Nuevo libro sobre creatividad y acción social

Un importante estadista estaba trabajando muy concentrado en el despacho de su residencia, analizando los problemas de su país y valorando las propuestas de solución que le habian hecho sus asesores aquel día, cuando le interrumpió su hija pequeña de seis años. Él intentó que fuera a jugar y le dejara tranquilo, pero al no conseguirlo empezó a pensar cómo podría entretenerla para que le dejara continuar trabajando. Así que arrancó la página de una revista que tenía a mano y en la que había una imagen de un mapamundi. La cortó con unas tijeras en gran cantidad de trozos y se los entregó a la niña diciéndole que, como le gustaban tanto los rompecabezas, intentara arreglar aquel mundo roto.

Aunque todo parecía indicar que la niña tendría entretenimiento para varios días, apenas pasadas un par de horas había conseguido recomponer la imagen. Atónito, el padre comprobó que cada uno de los trozos del mapa estaba correctamente colocado en su sitio. Al preguntarle a la niña cómo lo había hecho, esta le explicó que cuando le vio arrancar la revista para cortarla en trozos se dio cuenta de que detrás estaba la figura de una persona. Al comprobar que era muy difícil arreglar el mundo encajando tal cantidad de pedazos, que para ella tenían una geografía desconocida, se acordó de la foto de la persona, le dio la vuelta a los recortes y empezó a recomponer la figura humana, lo cual le era mucho más fácil. Una vez arreglada la persona, le dio la vuelta a la hoja y se encontró con que así había conseguido recomponer el mundo.

Esta historia pertenece al libro Pensamiento creativo y acción social innovadora, que acaba de publicar Silvia Navarro, trabajadora social y socióloga. Es su tercera obra, un nuevo libro sobre creatividad y acción social que ha tardado años en escribir. Los libros de Silvia son el producto de un proceso pausado y concienzudo de análisis y producción de conocimiento y asimismo requieren una lectura reposada. Las continuas referencias a otros autores y la gran cantidad de ideas que propone son fruto del buceo intelectual que realiza para escribir cada uno de ellos. Su escritura, sensible y poética, nos traslada a la emoción, al sentir, siempre presentes en sus textos.

Silvia nos invita a construir otra acción social posible, que será crítica, creativa, innovadora y transformadora o no será. La creatividad y la innovación son, resumidamente, las dos herramientas para alcanzarla. Es importante subrayar que los conceptos se abordan alejados de las tesis neoliberales. Tal y como los conocemos a la postre fulminan la posibilidad de crear otras formas de organización social, en palabras de la propia autora.

La obra se estructura en cinco bloques:

1. Conceptos
2. Razones
3. Actores
4. Procesos
5. Contextos

El texto viene a llenar un vacío existente en intervención social. Es un nuevo libro sobre creatividad y acción social pensado específicamente para nosotras. Como tal, ofrece muchas claves y herramientas pues combina su propia reflexión con ejercicios prácticos para realizar la nuestra, juntas o en equipo.

Por mi parte he ido anotando muchas ideas que irán siendo desgranadas más adelante en este blog. Algunas, el síndrome de Herodes o La receta del pastel de chocolate. Por el momento recomiendo este libro, de gran utilidad para aquellas personas inmersas en el diseño de proyectos y, muy especialmente, a quienes tienen responsabilidades directivas. Me despido, por último, con otro párrafo que me ha gustado mucho.

Los que trabajamos en la acción social solo podremos hacer propuestas que conecten con la vida de las personas con las que trabajamos si empezamos a considerarlas alguien. Si nos esforzamos en comprender sus vidas sin juzgarlas, si sentimos curiosidad por descubrirlas.

PD. El próximo viernes realizaré un directo en instagram, para hablar sobre renta básica, ingreso mínimo vital y resolver todas tus dudas existenciales sobre estos asuntos. Moderará la compañera Patricia Castellano, Podrás seguirlo en su cuenta @pcastellanoper o en la mía @trabajosocialytal

Os confieso un secretillo: A Silvia y a mí nos encanta Mayte Martín.