Hola de nuevo:
La semana pasada dediqué este espacio de reflexión a abordar el fenómeno de lo sociosanitario, ofreciendo algunas pinceladas introductorias (puedes leer la entrada
aquí).
A continuación trataré de desglosar los argumentos que sostienen este NO tan rotundo con el que ilustro la entrada. Algunos argumentos son míos pero la mayoría se han extraído directamente de dos documentos de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales: El engaño de un pacto sociosanitario, que puedes consultar
aquí y El fenómeno de lo sociosanitario cuyo enlace no he conseguido encontrar. Los argumentos son, pues, los siguientes:
- Atención sociosanitaria no es lo mismo que coordinación sociosanitaria: La atención sociosanitaria o espacio sociosanitario implica la creación de un sistema híbrido, tipo SAAD, para la atención de determinadas problemáticas. La coordinación sociosanitaria, en cambio, supone la cooperación de dos sistemas públicos con legislación, estructura y presupuestos diferenciados.
- Recordemos que la coordinación sociosanitaria no debería impulsarse solo con personas en situación de dependencia o diversidad funcional, existen ciudadanos con muchas otras problemáticas que también piden a gritos una mayor coordinación entre ambos sistemas y que actualmente están siendo olvidados por las distintas administraciones (por ejemplo, las personas sin hogar que padecen algún trastorno mental)
- La integración genérica de sistemas no mejora la atención a la ciudadanía: Prueba de ello es la fusión en España del Ministerio de Sanidad y el de Asuntos Sociales o la fusión entre las dos consejerías en las CC.AA. Estas fusiones no mejoran la atención a la ciudadanía, baste observar si la coordinación entre ambos sistemas ha mejorado en Andalucía (pareciera que esto iba a suceder por arte de magia). No se han elaborado planes o programas para mejorar la atención, siendo estos instrumentos concretos los que constituyen la herramienta necesaria para la mejora de la coordinación entre salud y servicios sociales, sin necesidad alguna de fusionar organismos en aras de un supuesto ahorro que en la realidad no es tal porque ambas estructuras orgánicas hay que mantenerlas.
- No solamente no mejora la atención a la ciudadanía sino que supone un gravísimo retroceso para el sistema de servicios sociales que una vez más es víctima, en este caso de la voracidad del monstruoso (afortunadamente lo de monstruoso) sistema sanitario, que engulle presupuestos y esfuerzos sin fin por parte del Ministerio o la Consejería, en detrimento de las partidas presupuestarias y esfuerzos destinados a servicios sociales. Para muestra, valga esta noticia en prensa en la que, al final, se explica la brillante gestión de la consejera, María Jesús Montero, subrayando sus logros en materia sanitaria y farmacéutica. Por cierto ¿sabes cual es la profesión de nuestra consejera? Médica. ¿Y la de la mayoría de portavoces, parlamentarios, diputadas... que representan a sus partidos en comisiones sectoriales institucionales? Pues médicos también. Es fácil imaginar qué porcentaje de su tiempo dedicarán a pelear entre temas sanitarios y temas sociales. Este apunte debería servir de reflexión a los profesionales de los servicios sociales, es decir, a nosotros, que nos da tanta grima la implicación política. Pues eso.
- Pero lo peor del argumento sociosanitario es su malvada utilización por parte de algunos sectores sanitarios, políticos y empresariales para emprender una nueva operación de expolio de lo público. Porque ¿a qué se refieren los grandes lobbies sanitarios cuando hablan de lo sociosanitario? De residencias de mayores y personas con discapacidad, negocios muy jugosos para llevárselo calentito. ¿Por qué se construyen macro-residencias faraónicas de 120 plazas?¿Para que los ancianos se sientan como en casa? ¿Para que le sea más rentable la externalización a la empresa del amigo financiador del partido del presidente de la diputación de Jamematen? Dejo aquí la cuestión que me caliento y termino la entrada hecha una borágine.
Hasta aquí mis argumentos. No quiero extenderme más para no resultar pesada. Te dejo con una artista maravillosa que hoy tendría que estar cantando por los escenarios de todo el mundo pero no, no, no...
PD. En almeriense profundo, borágine (que no vorágine) se refiere a aborigen, en el sentido de persona muy enfadada.
2 Comentarios
De acuerdo totalmente en diferenciar coordinación entre sistemas manteniéndolos independientes . La integración de lo social a modo de asimilación supondría perder la identidad como sistema ! Que no suceda !
Ma claro el agua…por cierto, muy bueno lo de "borágine", no lo había escuchado nunca.