5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
15 de mayo de 2023 / 14 Comentarios
No me gusta mi nombre. De chica, cada navidad la misma verraquera cuando otros niños me cantaban villancicos o directamente me llamaban Belén campanas de Belén. Acabo de descubrir que no se dice barraquera (que era lo que iba a poner) y estoy flipando. Ventajas de consultar el diccionario.
Con el paso de los años me he ido acostumbrando. Eso sí, no soporto la versión completa: María Belén, hasta el punto de que trato por todos los medios de ocultarla. De hecho he estado sopesando confesarlo en esta entrada...
He telefoneado a mi madre para que me recuerde de donde sacó la ocurrencia y la verdad es que, al contrario de como yo lo recordaba, mis padres no fueron del todo responsables. Digamos que mi nacimiento fue accidentado incluyendo la inscripción en el registro civil. En fin... A lo hecho, pecho.
O quizás podría haber cambiado mi nombre por cualquier otro que me gustase más. Hay gente que lo hace: Un día se levantan y proclaman al mundo ya no me llamo Faustina, ahora me llamo Paloma. Y dejan de responder por Faustina. Sé de varias personas que lo han hecho.
También conozco a una chica que tenía un nombre exótico tipo Dulceida y al cumplir la mayoría de edad lo cambió en el registro civil por el de su madre, que es de lo más común. Me pareció un gesto de amor precioso y es que esa madre luchó mucho por esta hija. Bravo por ellas.
He sido trabajadora social en Berja durante veinte años. Al regresar como directora del centro hace dos años —después de tres años en Almería capital— la gente que había atendido en aquellos años se asombraba de que recordase sus nombres. Lo cierto es que tengo buena memoria, pero además trato de aprenderme los nombres de la gente lo más rápido posible porque pienso que es una forma de mostrar respeto.
En mis interacciones profesionales solía preguntar por el nombre propio. No debemos fiarnos del DNI, sentencio a las alumnas de prácticas. No siempre coincide. En algunas entrevistas en las que no conseguía establecer un clima adecuado, una vez preguntado el nombre preguntaba por su origen sobre todo si era un nombre poco común y las personas se abrían.
En Berja, por cierto, los nombres típicos son Gádor para las mujeres y Tesifón para los hombres porque son los patrones del municipio. Lanzo como idea un programa de televisión que se llame El nombre y la tierra y dé a conocer los nombres característicos en cada territorio del país. Sería curiosísimo ¿A que sí?
El nombre es importante. No es casual que una de las primeras frases que aprendemos al estudiar idiomas sea ¿Cómo te llamas? Al respecto hay escenas de cine memorables; recuerdo la famosa escena de La princesa prometida en la que un joven Mandy Patinkin (sí, el de Mentes criminales) pronuncia la frase: Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir. Yo tenía 15 años cuando la película se estrenó en 1987. Madre mía...
Porque el nombre es importante me enerva la maldita costumbre que tienen muchos agricultores de la zona de cambiárselo a sus jornaleros africanos ¿Que se llama Hamid? Pues Jaime. ¿Para qué molestarse en aprender el nombre por extraño que suene?
Menos mal que cada vez más agricultores jóvenes, como mi amigo Paco, llaman correctamente a sus trabajadores. Nua, se llama Nua, repite Paco cuando se le pregunta. Qué casualidad, esos mismos pagan escrupulosamente a sus trabajadores y respetan sus derechos laborales, que de todo hay en el Poniente almeriense —por favor tengámoslo presente—.
La auxiliar de ayuda a domicilio de mi madre es marroquí y se llama Naima. Mi madre comenzó llamándola Maima hasta que una tarde le hice repetir NA-I-MA, NA-I-MA, no es tan difícil, mamá, NA-I-MA. Porque el respeto comienza por el nombre.
14 Comentarios
yo siempre tengo presente que una persona deja de ser un tu para convertirse en alguien si la nombras por su nombre. Que importante. A mi tampoco me gustaba mi nombre. Saludos
Qué bonito, África, dejar de ser un tú…
Por cierto, a mí me encanta tu nombre…
Comparto tu reflexión Belén, gracias por tus aportaciones que nos invitan a calibrar nuestra actuación profesional.
La identidad es fundamental en el desarrollo de las personas, y por supuesto en nuestra praxis profesional , nos permite como bien dices iniciar una adecuada interacción que establezca la relación de ayuda.
¡Hola, Ana! Gracias por comentar, efectivamente, la identidad es tan importante…
Tienes toda la razón, Belén. Es una cuestión de respeto básico. Muchas veces quienes no son capaces de respetar ni el nombre es difícil que sean capaces de respetar a esas otras personas en el resto de los ámbitos. De hecho, creo que es una forma de detectar a personas que ejercen abiertamente el racismo. Por cierto, no es lo mismo cambiarle el nombre a alguien porque no tienes intención de aprendértelo, a que esa persona se lo quiera cambiar y prefiera que le llamen de otra manera (aunque habría que indagar en el motivo de esta elección).
El nombre es una parte importante de la identidad de las personas. Muchas de ellas han sufrido mucho para llegar aquí y tienen todo demasiado lejos como para no querer conservar al menos su nombre intacto. Respetar lo más básico es importante.
Gracias de nuevo por la entrada, camarada.
«El nombre es una parte importante de la identidad de las personas. Muchas de ellas han sufrido mucho para llegar aquí y tienen todo demasiado lejos como para no querer conservar al menos su nombre intacto».
¡Qué bonito, camarada!
me encanta esta entrada Belén y comparto tu opinión… es una señal de respeto…
y exacto, en ocasiones el como te llaman, es más importante q lo que pone el DNI …
Esta reflexión me reafirma en que, una persona como yo con especial dificultad para memorizar los nombres de las personas( por compensación no las caras) , debe esforzarse para atender a algún otro aspecto de la identidad de la persona y hacerla sentir cercana a su identidad y sus orígenes
La reacción de las personas cuando las llamas por su nombre sin apenas conocerlas merece el esfuerzo. Un abrazo.
¡Gracias, Enma! Besos…
Interesante reflexión, Belén
https://www.google.com/amp/s/www.diariodepontevedra.es/articulo/vigo/quiere-seguir-siendo-nahir/202201261216341182418.amp.html
Esta es la historia de Nahir y como los prejuicios y las» interpretaciones» de quien tiene el poder de decidir un nombre afectan a la vida de las personas.
La casualidad y algun conta to de esos que las tt.ss. tenemos guardadoa en la chistera, me llevó a tras leer la noticia poder facilitarles un informe de un profesor de arameo de la Universidad de Salamanca en el que se argumentaba el origen y su uso tanto en hombres como en mujeres, informe que usaron en su recurso al Registro Central y permitió a Nahir seguir usando su nombre, aquel con el que se identifica y quiere usar. Hoy Nahir, gracias a este informe y con una resolucion favorable ya ha podido hacer su transición legal y que en su dni figure su nombre tal y como el ha decidido. La importancia de los nombres. Queria compartirlo.
¡Bravo, María Xosé! Gracias por compartirlo. Un abrazo.
Gracias, Teresa ¡Nos vemos muy pronto! 🙂