5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
9 de marzo de 2022 / 12 Comentarios
Quería escribir sobre el 8 de marzo, anteayer, una tarde de frío en la alpujarra almeriense. Pretendía adelantarme al día en cuestión, sin embargo la casa donde vivo es gélida y no podía pensar en otra cosa que en abrigarme sin poner la calefacción. Encender el radiador me ponía y me pone los pelos de punta con los actuales precios de la luz. No podía concentrarme y articular un texto mínimamente legible sobre el 8M. Máxime con el pollo que hay montado en el seno del feminismo. Maldito pollo. Maldito frío.
Pensé entonces en las familias empobrecidas que acuden a mi centro y eso me entristeció mucho. Ellas ni siquiera pueden plantearse la posibilidad de poner un radiador. Pobrecitas mías. Tapé a mis tres perros, me embutí en un forro polar y me senté al ordenador agradecida por mi buena suerte pues aunque la electricidad está por los aires, vivo en Almería y además de ropa calentita para mí tengo muchas mantas, viejas, sí, pero mitigan el frío de mis perretes. Unas mantas que podrían valer para alguna niña, algún niño ucraniano.
Recordé las imágenes de los miles y miles de pequeñines durmiendo al raso a los menos nosecuantos grados ucranianos y me sentí muy mal por usar estas valiosas mantas para tapar a mis perros. Pensé entonces en hacer un repaso y llevar algunas a protección civil. Allí hay un punto de recogida de ropa de abrigo para Ucrania. Al menos hay solidaridad con esta gente. Los demás refugiados pueden esperar, parece ser.
Todavía no había escrito una sola línea y tocaba la clase de Aquazumba. Me levanté, cogí la bolsa de deporte, previamente preparada, y me fui a la piscina municipal. Me encanta la clase de Aquazumba porque estoy con mis amigas y nos divertimos mucho bailando en el agua.
La clase es mixta, sin embargo acudimos mujeres de mediana edad y con sobrepeso, para qué engañarnos. Hay un rollo sororo muy bonito pero, de un tiempo a esta parte, un tío se mete con nosotras en la piscina con la excusa de hacer no sé qué ejercicios de rehabilitación. Qué va, en realidad se dedica a mirarnos durante la clase. Mientras bailábamos al ritmo de Natti Natasha y Becky G me entraron unas ganas irreprimibles de abalanzarme al infraser y hundirle con todas mis fuerzas su cabeza de Mr. Potato bajo el agua.
Pensé entonces que igual es el marido de alguna compañera, así que antes de ahogarlo con sincera satisfacción me propuse investigar el asunto. ¿Alguien se imagina a una mujer haciendo estiramientos dentro de un campo de fútbol durante un partido de hombres?
De vuelta a casa ciega de indignación con Mr Potato, me vino a la cabeza el día mundial del trabajo social. Al igual que con el #8M, no se me había ocurrido nada sobre lo que escribir ni algo qué hacer para celebrarlo. Traté de inspirarme.
Pensé entonces en mis compañeras trabajadoras sociales, completamente sobrepasadas, agotadas, hastiadas de la carga de trabajo absurdo al que viven encadenadas y me dí cuenta de que este año no iba a poder escribir ni hacer nada proactivo. Muy al contrario, solo me venían a la cabeza mil maneras de despotricar sobre la cutrez de trabajo que se ven obligadas a realizar en servicios sociales.
Valoré la posibilidad de dejar la semana en blanco, total, las lectoras y lectores no leen este blog para deleitarse con mis improperios... Pensé entonces que después de once años de blog mis lectoras y lectores me perdonarán si por una vez en lugar de disertar sobre el 8 de marzo o sobre el día mundial del trabajo social vomito esta perorata y me despido haciendo mías las sabias palabras de José Antonio Labordeta.
12 Comentarios
¡A la mierda!
¡Hombre ya!
Jo, Belen, y lo peor es que tienes razón. Un abrazo, guapa, vamos a echar el jueves…
¡Vamos a por el vierneeehh! Jjajajajaja
A la mierda!
¡Y punto!
Si, no se a que esperamos para dignificar el Trabajo Social. Recordemos: si no soy parte de la solución, soy parte del problema.
¡¡¡Ánimo, que de momento no hay nazis en la profesión (o eso quiero creer!!!
Un abrazo
Sabias palabras. Ay, esperemos que todavía no haya nazis jjajajaja. Muchas gracias por comentar.
Hoy me decía una compañera que la gente está de muy mal humor, la guerra, los precios, y lo absurdo de nuestros gobernantes y jefes, en Oviedo está todo abierto, menos los servicios sociales que seguimos cerrados a cal y canto, con el 50% de la atención debido a la porquería de despachos que no tienen ventana ni espacio suficiente, así que el mal humor de todos está bien justificado, y el desaliento de las trabajadoras sociales entre las que me cuento. Esperemos ir mejorando a lo largo de abril, como la primavera. Ánimo
A merda!
Galicia calidade 😉
Gracias, tocaya.
PD. Vaya tela lo vuestro, aún cerrados… pfff