5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
5 de diciembre de 2021 / 13 Comentarios
Estaban siendo atendidos por servicios sociales es un titular recurrente en la prensa. Suele encabezar noticias sobre desahucios, suicidios, muertes por el frío, asesinatos machistas y algún suceso más que se me olvidará mencionar. Este titular es digno de análisis, que es lo que me propongo hacer en esta entrada. Viene a colación del trágica muerte ocurrida en Barcelona hace unas semanas: Una familia entera calcinada. Qué horror. Qué pena.
Es sintomática la obsesión de los medios de comunicación por conocer y señalar el dato. Por una parte todo apunta a que la atención por parte de los servicios sociales supone un descargo de responsabilidad para la sociedad. Una expiación del pecado colectivo de la pobreza y la exclusión: estaban siendo atendidos por los servicios sociales y de ellos (nosotras) es la responsabilidad de lo que pueda ocurrir. Por otra parte, no pasa lo mismo con otros sectores de protección social. Pondré un ejemplo de entre muchos posibles: Si una persona sin hogar muere a causa de las patologías asociadas a la permanencia en la calle ningún titular dirá: Estaba atendida por la sanidad pública.
Estaban siendo atendidos por los servicios sociales nos envía un potente mensaje al sector: Vuestra es la responsabilidad de acabar con la exclusión social. La exclusión es una problemática multidimensional producto de contradicciones sistémicas. Excede, con mucho, nuestras competencias. La solución requeriría, por encima del concurso de todos los sectores de protección social, un cambio del modelo económico. El asunto es que, lamento decirlo así, estas afirmaciones no las comparte ni el propio sector. En la práctica seguimos asumiendo todo lo relacionado con la pobreza.
Por lo pronto las compañeras de Barcelona han denunciado las deplorables condiciones de vida en la que vivían estas personas. Han puesto de manifiesto, también, las dificultades en materia de recursos humanos y económicos que tenían para dar soluciones medio aceptables a estas familias. Eso no les devolverá la vida al matrimonio y a sus pequeños, pero al menos permitirá a las compañeras dormir con algo más de sosiego. Nuestro es el pecado y nuestra la obligación de expiarlo. Recibid, compañeras de Barcelona, un abrazo cálido desde el sur.
13 Comentarios
Pasan tantas cosas que me enmudecen y me producen tanta impotencia, como esta, que solo me queda admiraros mucho a las ts comprometidas como vosotras.
Hola compañera:
Muchisimas gracias por recordarnos todo lo que está pasando a nuestro lado y mas lejos, que es muy serio. Yo muchas veces tengo la sensación de hacer muy poco.
Un fuerte abrazo.
Seguro que no es así, gracias a ti por comentar ¡Un abrazo!
Gracias Belén por tu artículo, quita un gran peso de encima de los hombros. Ese análisis sistémico es muy importante y también las soluciones sistémicas a los problemas sociales con causas multidimensionales. Aún queda mucho que evolucionar para entender las relaciones, pero esto por ejemplo, escribirlo y expresarlo ayuda. Un saludo.
Efectivamente, María, estamos sometidas a contradicciones sistémicas que exceden con mucho nuestras capacidades. Un abrazo y gracias por comentar.
Me enciende la sangre, no los titulares de la prensa, ni cosas parecidas que son producto típico del sistema en el que vivimos, y sirven a su amo. Sino que las trabajadoras sociales nos establezcamos en la queja y asumamos el papel de victimas y no nos liemos la manta a la cabeza y nos lancemos a una verdadera revolución ( no nos cabe otra, si queremos seguir ejerciendo de Trabajadoras Sociales) planteando una visión relacional de la intervención social, que plantea tan sabiamente Silvia Navarro.
Somos las propias profesionales de trabajo social y nuestras organizaciones profesionales el primer escollo a salvar.
Hola, compañera. Alguna responsabilidad tenemos en todo esto, es verdad. Yo m conformaría con que nos negásemos a atender ciertas cosas y a denunciar los atropellos. Un abrazo.
Este papel de chivo expiatorio, que como bien dices, gran parte del sector se presta a desarrollar sin más, es una de las grandes causas de la homeostasis en la que nos encontramos. Un abrazo.
Eso da para una entrada, Pedro… Ahí lo dejo. Un abrazo.
En esa visión integral de situaciones tan impactantes y dramáticas, todos somos, de alguna forma «responsables» y el NO analizarlo es una forma de evadir responsabilidades.
Los medios de comunicación, deberían, mejorar, y mucho, la visión que hacen de la pobreza, la exclusión, la violencia de género…
Cuando hablamos de la importancia del lenguaje y el impacto que produce el mismo, los medios más que nadie, deberían hacer análisis del buen y mal uso del lenguaje…y las consecuencias de una «mala utilización».
Gracias Belén por ponernos a reflexionar sobre el día a día y como ,a veces, somos las primeras que nos «maltratamos» hablando…o al menos es lo que se me ha venido a la cabeza. NOS HACE FALTA SORORIDAD!
Ánimos a las compañeras/os!
Somos las primeras que nos «maltratamos», gran verdad… ¡Un fuerte abrazo!
En Argentina, especialmente dónde vivo, la provincia de Tucumán también ha pasado que murieron niñas a causa del maltrato y la justicia ha acusado y procesado a trabajadoras sociales. Las condiciones de trabajo son pésimas y si se denuncia se pierde la fuente de ingresos, que son pocas. Es un mal que se extiende hasta este continente hasta este «tercer mundo». Sin embargo, siempre hay un mundo diferente para los que están fuera de las pobrezas y exclusiones. En Argentina, este 10 de Diciembre celebramos el día del Trabajo Social, en conmemoración del día de los derechos humanos. Un abrazo a les colegues de Barcelona, también fuerza y a continuar con el compromiso ético y moral con los derechos humanos.
Hola, Myriam. Es tremendo lo que cuentas, tremendo. Vaya desde aquí mi admiración y reconocimiento hacia las colegas latinoamericanas por vuestra valentía y buen hacer en esas condiciones, labor que es un ejemplo para quienes ejercemos con mayores privilegios. Un abrazo desde España.