¿Para qué un ministerio de servicios sociales?

Comienzo 2020 con mudanza. Después de casi diez años de aventura bloguera me apetecía cambiar de década migrando a una nueva página web. Además quería incluir mis publicaciones, que van aumentando poco a poco. Eso sí, los temas continuan siendo los mismos: los servicios sociales actuales y sobre todo el trabajo social desde la perspectiva crítica.

He encargado el trabajo a la empresa ejidense Lokreo, que también ha diseñado la imagen de marca personal. El protagonista es el paréntesis, un signo ortográfico que me encanta. Estoy satisfecha con el resultado, espero que te guste. Si quieres estar al día de mis entradas puedes suscribirte en el formulario. Si estabas suscrita, por favor, hazlo de nuevo, es de lo poco que no hemos conseguido trasladar a la nueva página. Reciban mis disculpas, fieles lectoras.

Ya me fastidia abrir mi nueva página con una mala noticia. Imagino que estarás al tanto de que, una vez más, nos hemos quedado esperando un ministerio de servicios sociales. En la pasada legislatura los servicios sociales ostentaban rango de secretaría de estado con Ana Lima a la cabeza. Debo confesar que, gracias a mi pasada implicación política, tenía claro que el nuevo gobierno de coalición no supondría una revolución para el sector. El desinterés tanto del PSOE como de PODEMOS e IU hacia los servicios sociales es público y notorio. Hace poco apunté las causas de esa desidia en un premonitorio artículo de la columna El efecto Mateo, que escribo en El Común.

El Consejo General del Trabajo Social ha emitido un comunicado en el que pide al nuevo gobierno la creación del ministerio. Ha recordado el compromiso que firmó el propio Pedro Sánchez y que puedes ver abajo. En realidad el PSOE no se comprometió a crear un ministerio, sin embargo sí se comprometió a defender la denominación "servicios sociales". Denominar a la secretaría de estado "de derechos sociales" incumple el compromiso de manera flagrante.

Si solo se hubiera tratado de un asunto de denominación la cosa no tendría mayor importancia. El asunto adquiere un serio cariz al leer las competencias de la secretaría, publicadas en el BOE de hoy.

El consejo también ha lanzado una campaña en twitter con las almohadillas #serviciosocialesporsunombre y también #los4pilaresbienestarsocial. Puedes apoyarla explicando para qué queremos un ministerio de servicios sociales. Nunca se me habría ocurrido pensar que en el cajón de sastre que son los servicios sociales actuales cupiese la protección animal. Un ministerio para este potaje competencial tampoco vale la pena. Lo digo con tristeza y convencimiento.

El trabajo del consejo acerca del modelo, la existencia de bastantes personas autorizadas cercanas al gobierno y la "agenda social" de los partidos de izquierda me proporcionaban un rayo de esperanza. Mis esperanzas no estaban depositadas en la creación de un ministerio sin más, sino en el comienzo de una cierta reflexión y redefinición de este "no sistema". Aunque viniese desde la secretaría de estado, daba igual. Qué ingenuidad la mía. Y qué obsesión, sobre todo de Unidas Podemos, por los "derechos sociales". De eso hablaré en la próxima entrada.

Tras esta noticia toca recomponerse y actuar. Como hemos visto, es difícil lograr que la clase política tome en serio al sector. Ni siquiera hay acuerdo sobre el objeto y las competencias entre las profesionales de las distintas disciplinas que lo conformamos. Lamento ser tan taxativa. O se realiza una reflexión teórica conjunta y se presiona en bloque a la clase política o terminaremos esterilizando gatitos, mejor dicho, gatetes.

Qué cansancio.