5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
1 de mayo de 2023 / 9 Comentarios
Los domingos y festivos constituyen un quebradero de cabeza para la gestión del servicio de ayuda a domicilio. Al menos en la Diputación de Almería, donde yo trabajo. Conjugar la atención a la ciudadanía con el derecho al descanso de las auxiliares es complicado a veces. Tratamos de que las auxiliares alcancen el total de horas para cobrar un sueldo digno. Paralelamente hemos de evitar que no se excedan en tiempo de jornada para garantizar su derecho al descanso.
Se podrían contratar a más auxiliares, el problema es que no hay, especialmente en municipios muy pequeños. Si la empresa concesionaria pagase mejor posiblemente encontraríamos más mujeres dispuestas a trabajar. Ya que no podemos incidir directamente sobre sus salarios, tratemos de contribuir a que sus condiciones de trabajo sean las mejores dentro de nuestras posibilidades. Desde luego deberíamos apoyarlas en sus reivindicaciones.
Por eso solo prestamos el servicio los domingos y festivos en aquellos casos en que es necesario. Hay una instrucción provincial que ofrece criterios para prescribir los domingos y festivos. Lo malo es que no todo el mundo lo entiende igual. Hay centros, como el mío, estrictos en cuanto al criterio. Otros en los que las trabajadoras sociales ignoran la instrucción y prescriben domingos y festivos con una frecuencia, digamos, excesiva. A pesar de existir apoyo familiar, a pesar de incumplir el criterio y a pesar de los continuos ruegos de las propias auxiliares. Porque hacer que una auxiliar trabaje un domingo perjudica a la empresa, pero mucho más a las auxiliares.
Las auxiliares de ayuda a domicilio (auxiliares SAD en adelante) son en su mayoría mujeres. Muchas de ellas con una mochila pesada a sus espaldas. Mujeres con importantes cargas familiares, económicas, emocionales, que están realizando un trabajo muy complicado y mal pagado. Recuerdo mi indignación cuando Eduardo Garzón propuso la peregrina idea del trabajo garantizado. Estoy en contra de la propuesta por muchas razones y una de ellas es su consideración del empleo de auxiliar SAD como no cualificado.
Yo escribía por aquellos entonces que el empleo como auxiliar SAD exige titulación. En aquellos casos de trabajadoras antiguas que no tenían formación, se les obligó a realizar un proceso de acreditación de competencias. Y se exigen esos requisitos porque el trabajo como auxiliar de ayuda a domicilio incluye un complejo catálogo de competencias, habilidades y destrezas.
Por ejemplo, movilizacion de personas en situación de gran dependencia que están encamadas, cambios posturales, preparación de alimentos a personas con patologías específicas, supervisión de la toma de medicación. También acompañamiento y gestión de conflictos, apoyo en tareas educativas como mejora de hábitos higiénicos en personas que padecen trastornos tipo diógenes, apoyo a la alimentación adecuada, a la administración económica en familias desestructuradas y un largo etcétera que sobrepasa el cuidado que una persona no cualificada pueda realizar.
Su derecho a la cualificación como trabajadoras es, por una parte, la mejor forma de crear vínculos con las familias que atienden. Por otra, la única manera de que desde servicios sociales consigamos que desempeñen su labor de acuerdo con los objetivos de la intervención y con la calidad que la atención requiere. La exigencia ética es otro aspecto que considero fundamental y solo después de un largo trabajo con las auxiliares conseguimos alcanzar resultados.
Después de toda esta argumentación ¿Por qué prescribir domingos y festivos simplemente si la familia lo pide? Y no solo se trata de domingos y festivos ¿Por qué a algunas profesionales les cuesta tanto suspender un servicio por incumplimiento de deberes? Más de la mitad de auxiliares de ayuda a domicilio han sido víctimas de algún tipo de violencia en su trabajo. Por si no había bastante con la precariedad laboral, también violencia. Ellas son mujeres que realizan un trabajo feminizado supervisado por nosotras, mujeres que realizamos un trabajo feminizado. Defendámoslas.
La semana que viene intentaré responder a los por qués...
9 Comentarios
Por lo que voy conociendo, siento que en la provincia de Albacete disfrutamos de una especie de privilegio en cuanto al SAD. Es la única de las 5 provincias de Castilla-La Mancha donde el SAD lo presta una empresa pública: el Consorcio de Servicios Sociales, dependiente de la diputación. El servicio es más caro que privatizado, por supuesto, pero el servicio es mucho mejor: hay gran estabilidad en general (con lo que no hay constantes cambios de auxiliar) y las condiciones de trabajo son buenas para las profesionales, que gozan de apoyo y supervisión, así como se cubren todas las bajas y vacaciones (incluso días sueltos). La prestación en domingos y festivos si que depende de que el ayuntamiento en cuestión quiera firmar o no un convenio especial, pero estas horas (y las de los sábados) suelen prestarlas profesionales diferentes a las que lo hacen de lunes a viernes.
El problema aquí, en mi opinión, es que desde que entró en vigor la «ley de dependencia», ha ido perdiendo la parte que hizo al SAD imprescindible, que es la de la prevención. La Junta de Castilla-La Mancha no aumenta el presupuesto, lo que supone atender cada vez más sólo a las personas con mayos grado de dependencia. Eso, y el hecho de que cada persona paga más o menos dinero dependiendo del pueblo conde vivan, son los puntos negros del SAD en Albacete. Y yo que no estoy a favor del copago… pero ese es otro tema.
Gracias, Belén, por tu reflexión.
Hola, compañero. Aquí estamos a años luz de Albacete. La gestión es indirecta a través de la multinacional CLECE. En esta entrada he querido trascender los problemas evidentes que dicha modalidad de gestión generan y centrarme en aquello que sí podermos hacer para mejorar la vida de las auxiliares.
Un abrazo.
Belén muy ecertado tu punto de vista.
El cuidado personal a una persona discapacitada no tiene descanso y no es facile encontrar personas que lo quieran hacer. Hablar con esas personas auxiliares y hacer terapia con ellas para hacerlas fuertes y que ellas tengan voz con las empresas y sus servicios es una opción de los servicios sociales.
Gracias, Luis, el apoyo a las auxiliares es fundamental.
Belén me has pisado el callo !!!!!!. Hace casi 50 años un equipo de 10 personas ,todas funcionarias, con horario de ocho a tres de lunes a sábado: dos trabajadoras sociales, dos ATS, dos auxiliares de enfermería, cuatro auxiliares del SAD, fuimos a montar los primerísimos SAD a la Merindad de Tudela: 23 pueblos al sur de Navarra. Ha llovido mucho , porque entonces llovía, pero como la lluvia, los SAD han ido a menos, cuando la demanda cuantitativa y cualitativamente ha cambiado sustancialmente. Ya en aquel entonces planteábamos que para atender una persona, las 24 horas del día, los 365 días del año, hacen falta TRES TURNOS Y CORRETURNOS, lo mismo que en los hospitales, en las residencias. los pisos tutelados etc…… y que la prestación de los servicios, no deberían externalizarse, ni mercantilizarse. Ya sabes cual ha sido la deriva: Eso es muy caro, mejor residencias privadas. Haciendo caso omiso a las necesidades y la voluntad de la población y al criterio de los/las técnicas y siguiendo los criterios del mercado, incluso cobrando tasas. ¿Alguien ha visto que en un hospital, le cobren a alguien por comer, por lavarle la ropa etc…..?
Me paro.
Perdona que insista Belén. Creo que los SAD están ínfimamente dotados, para todo lo que se les encomienda y la administración está manteniendo unos servicios públicos con poco personal en unas condiciones laborales nefastas. Como solían decir en el ejército «las deficiencias se suplen con el celo». Pues no. Las trabajadoras sociales no podemos hacer milagros, por muy solidarias que nos sintamos con nuestras compañeras. Creo que hay que ir a por todas y hay que plantear otro modelo de SAD.
Me han invitado a una Webinar donde presentan un programa «Vivir mejor en casa», donde según creo se presentan alternativas para desinstitucionalizar personas residenciadas. Ya te contaré. Besos
¡Hola, Mª Antonia!
Estoy de acuerdo contigo en que las condiciones empeoran cada día más. Con respecto a prestar un servicio de ayuda a domicilio 24 horas 365 días es bastante complicado y no sé si eficaz, yo ahí optaría por soluciones intermedias tipo cohousing si la persona tiene cierta independencia, al margen del tema residencias, que es harina de otro costal. El problema no es la residencia en sí, es, al igual que sucede con el SAD, el tipo de residencia que impera.
En la entrada he dado por hecho que todos estos servicios están completamente mercantilizados y en manos de multinacionales a las que lo que menos les importa son las trabajadoras. Mi objetivo con esta entrada es poner sobre la mesa la actuación de las profesionales hacia las auxiliares en el estado actual de las cosas. Dicho de otro modo ¿Qué podemos hacer nosotras para defender sus derechos? ¿Lo estamos haciendo?
Muchas gracias, como siempre, por comentar, apañá…
Buenas, el Servicio de Ayuda a Domicilio es una prestación básica importantísima, los trabajos de cuidados son de lo más difícil y a la vez delicados. Se necesitan muchas habilidades y destrezas, además del componente humano. Sin duda sigue recayendo en la mayoría de los casos en las mujeres. Como profesionales hay que apoyar a quienes desempeñan estos trabajos y a quienes los reciben, hay que revalorizarlos mucho más tanto económicamente como socialmente. Es un trabajo que no puede ser sustituido por máquinas. Hay que coordinarse muy bien con el servicio que lo presta, buscar soluciones donde ambas partes puedan estar bien. Negociar horarios y no permitir el abuso, que hay mucho, que se callan mucho las auxiliares. La familia a veces se desentiende del cuidado de sus mayores y esto supone una carga muy grande para las auxiliares, que no pueden sustituir el apoyo familiar.
Totalmente de acuerdo, compañera. Y el silencio de las auxiliares es revelador, sí. Muchas gracias por comentar.