Imagen vía www.asistes.es
El 47% de los oficios se encuentran en alto riesgo de ser automatizados, es decir, todo aquello que puede ser tecnológicamente resuelto ¿Será el Trabajo Social parte del 47%? ¿Y qué ocurrirá con el resto de empleos que generan los servicios sociales? ¿Es esta una entrada apocalíptica destinada a prepararnos para un futuro tan oscuro como incierto?
El dato que abre esta entrada, algo larga por imperativo argumental, no es mío. Lo da
Carl Benedikt Frey, profesor de economía en la Universidad de Oxford y autor, junto con
Michael Osborne, del estudio
The Future of Employment: How susceptible are jobs to computerisation? Este estudio se publicó hace un tiempo (2013) y ha sido muy comentado en prensa de todo el mundo. Yo lo traigo a colación ahora porque hace poco escuché a Carl Frey y sus tesis me dieron que pensar. Iñaki Gabilondo lo entrevistó en su magnífico programa
Cuando ya no esté, que emite el canal #0 de Movistar Plus. Afortunadamente también se puede ver en
youtube.
Primera parte del programa dedicado a Carl Frey
En esa entrevista, el dr. Frey explicaba que la revolución tecnológica actual se diferencia radicalmente de otras revoluciones -sobre todo de la Revolución Industrial- en que no se verá afectado un solo sector de la economía sino casi todos: Transporte, servicios legales, sanitarios, telecomunicaciones, etc., ya que se han creado algoritmos que pueden reemplazar el procesamiento cognitivo humano incluso en lo relativo a
reconocimiento de patrones, con todo lo que eso significa.
Son tantas las ocupaciones que se verán influidas -de una manera o de otra- por esta Revolución Tecnológica que, para su estudio, Frey y Osborne decidieron preguntarse lo contrario, o sea ¿En qué seguirán siendo mejores las personas? ¿Qué podremos continuar haciendo mejor que las máquinas? Los resultados fueron sorprendentes. Entre otras cosas, predicen que las personas seguiremos siendo mejores básicamente en tres esferas:
- Creatividad, que engloba el desarrollo de nuevas ideas y nuevos artefactos.
- Interacciones complejas: Ayuda, persuasión, mediación, negociación... (Este apartado excluye interacciones básicas como pedir la llave de una habitación en un hotel)
- Percepción y manipulación de objetos irregulares: Es fácil programar un robot para que, por ejemplo, sujete una botella o ponga un tapón una y otra vez, sin embargo es casi imposible programarlo para que reconozca y manipule todos los objetos que tenemos en casa, por lo que Frey afirma que, con mucha probabilidad, el robot mayordomo será la última automatización que aparezca.
Por lo tanto, concluye, los trabajos de baja cualificación serán los primeros en desaparecer, excepto (textualmente) los que incluyan interacciones complejas y manejo de objetos irregulares. Con toda esta información, estamos en condiciones de llegar a la primera conclusión: El trabajo social y por ende las profesiones de ayuda no están en riesgo de ser automatizadas, al menos por el momento. Somos, entre otras, una profesión de alta cualificación que pivota (o debería) sobre interacciones complejas; tanto es así que en intervención social
contextualizamos, es decir, ponemos nombre a los diferentes marcos en que esas interacciones se producen.
De cualquier forma, esta conclusión no es relevante. Lo verdaderamente interesante de este estudio, a mi juicio, es el cambio de perspectiva en cuanto al trabajo que realizan las auxiliares de ayuda a domicilio. En primer lugar, las auxiliares de ayuda a domicilio realizan un amplísimo repertorio de tareas, por lo que se encuadran en el grupo de manipulación de objetos irregulares. Un apunte para la tranquilidad. Manipulación de objetos irregulares y empleo no deslocalizable son dos aspectos a tener en cuenta a la hora de optar por esta ocupación. Pero hay algo más.
En segundo lugar, las auxiliares de ayuda a domicilio se implican en interacciones complejas: Persuaden, negocian, ayudan, median, tranquilizan, orientan... un catálogo igualmente amplio el que manejan en cuanto a interacciones complejas. Aparte de ser otro apunte para la tranquilidad en cuanto a su sustitución por máquinas, tendría que servir para preguntarse si es justo seguir considerando este empleo como de baja cualificación. En este sentido, es la prueba del terrible error que supone incluir esta ocupación en la propuesta de trabajo garantizado que algunos economistas de izquierdas enarbolan como la solución, porque es todo un paso atrás en la lucha por el reconocimiento de esta ocupación cualificada.
Después de todo, albergar esperanza en que las grandes multinacionales asuman estas tesis es mucho esperar, teniendo en cuenta que gestionan un servicio con pingües beneficios a cambio de empleos feminizados con salarios miserables, precisamente gracias a la tesis de que se trata de un empleo no cualificado. Por otra parte, que muchos hombres de izquierda entiendan que ciertos trabajos en el ámbito doméstico exigen cualificación, y que algunas de sus propuestas hacen un favor al capital quizá también sea mucho esperar.
El empleo feminizado es igual a empleo de baja cualificación, esta idea es ampliamente compartida por el patriarcado, independientemente de la adscripción ideológica. Opino que las mujeres debemos deconstruir este estereotipo fruto del total desconocimiento de algunas ocupaciones feminizadas. Por mi parte, espero que esta entrada contribuya a ello y sirva como modesto reconocimiento del impresionante trabajo de las auxiliares de ayuda a domicilio por cuatro míseros euros la hora.
8 Comentarios
¡Muchas gracias! Efectivamente, todo esto está muy relacionado con la RBU y sí, yo soy también firme defensora del SAD ¡Y eso que es un programa que da muchos quebraderos de cabeza! ¡Anda, se me ha ocurrido una entrada-reto! ¿Has hecho alguna cápsula sobre el SAD? Si no la has hecho te la propongo y yo escribo una entrada colgando tu vídeo ¿Qué te parece?
Gracias a tí por tu amable comentario ¡Espero que podamos vernos en Mérida!
Querida compañera, hoy por fin he podido leer con calma tu artículo. Desde que empecé a idear eSocialy, no paro de seguirle la pista a los artículos sobre IA (Inteligencia Artificial), que es el tema con el que comienzas tu artículo. Es largo de explicar por aquí, pero llevo tiempo preocupada por este tema y cómo nos afectará a las profesiones de lo social. Ojalá podamos generar un encuentro profesional donde sacar este tema a debate que va muy unido con la RBU. Por último, soy muy fan del SAD y defiendo públicamente esta profesión como una de las mejores actualmente en mi campo de actuación profesional. Por ello, me ha encantado la defensa que haces de la misma como trabajo altamente cualificado y en esa línea de tu artículo seguiré apostando. Gracias por la reflexión. Me ha encantado por estar alineada con mis inquietudes actuales como profesional empeñada en crear un Marketplace de lo social. Abrazo
Belén, una entrada impecable, más allá del análisis del futuro de las trabajadoras sociales y los Servicios Sociales con la revolución tecnológica, me parece un cambio de paradigma para poner en valor trabajos no reconocidos. Qué poco valorado está el Servicio de Ayuda a domicilio, y qué poco valoradas las profesionales que lo realizan. Mil gracias!!
No puedo añadir nada más. Totalmente de acuerdo. Gracias mil por comentar, Gema.
Es lo que tiene la externalización de los servicios públicos. Y no sólo en el sector de Servicios Sociales… Educación, Sanidad…
Me sumo al reconocimiento, la labor que hacen las auxiliares de ayuda a domicilio es encomiable, tanto en atención personal como en atención al domicilio. Y apunto: también reciben abusos de las familias, claramente se exceden en exigirles trabajos que no le corresponden y la Administración Pública NO sanciona en la inmensa mayoría de los casos, con lo cual están entre la espada y la pared.
El servicio de ayuda a domicilio, en mi opinión, está desvirtuado. Y sufren las consecuencias ambas partes, las auxiliares y las/los usuarios.
Urge una revisión.
Un buen libro el de Doris Lessing. Gracias por comentar Tita Esther ???
Comparto tu opinion. Es importante que se reconozca el trabajo de estas mujeres, algun hombre tambien, heroinas anonimas.
En Diario de una buena vecina de Doris Leesing ya se veia el trabajo tan dificil que hacen, y tan duro.
Ojala el tiempo las coloque donde merecen, aunque algo habra que hacer tambien desde los Servicios Sociales
Enhorabuena como siempre por tu articulo, amiga