5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
8 de abril de 2012 / 1 Comentarios
Hola de nuevo:
Hoy es día 8 de abril, día internacional del pueblo gitano. La Fundación Secretariado Gitano ofrece cuantiosa información sobre el evento en este enlace.
La celebración de este día me ha hecho pensar en mi experiencia con la población gitana, con quiénes llevo trabajando 15 años. Y puestos a pensar, la verdad es que sé muy poco de ellos. Muy poco, es triste reconocerlo pero es así.
Sé que el vocablo gitanos proviene de "egiptanos" porque que se cree que provenían de Egipto, pero parece ser que esto no es cierto y esta etnia proviene, según la investigación del colectivo AMANI (uno de los colectivos más autorizados en nuestro país en lo que a educación intercultural se refiere) de la India; el pueblo gitano, dicen, llegó paulatinamente a la península ibérica a principios del S.XV, en grupos organizados con sus propios condes y duques y, al contrario de lo que ocurrió con otros pueblos, llegó de forma pacífica.
El conflicto comienza cuando los señores vascos, castellanos y aragoneses se percatan de que los gitanos pretendían establecerse en sus dominios ya que se trataba de un grupo que no les debía obediencia por tener su propia estructura de poder.
Todo esto desemboca en la pragmática de 1499 por la cual se decreta la expulsión de los gitanos. Esta política se mantendrá durante todo el S.XVI hasta el año 1633.
Un segundo período podría abarcar desde 1633 hasta 1783. Las pragmáticas dictadas por Felipe IV reflejan un cambio de política; ya no se quiere expulsar a los gitanos, sino que se incorporen a la corona; esto se debe, en gran parte, a que la expulsión de los moriscos ha dejado despoblada y en crisis a la corona. Se les obliga a trabajar en el campo lo que genera conflicto ya que los gitanos no eran campesinos sino obreros, artesanos y comerciantes.
El tercer período comienza en 1783 bajo el reinado de Carlos III quien, por primera vez intenta la asimilación pacífica de los gitanos; prohíbe el término “gitano”, les permite elección laboral pero les prohíbe hablar y vestirse como gitanos.
A pesar de los pesares, las medidas que puso en marcha Carlos III sirvieron para romper el cerco que tenía a los gitanos apartados del resto de la población, así, los gitanos fueron integrándose de nuevo. Esta tendencia fue prosperando hasta la Revolución Industrial, momento en que su situación volvería a empeorar ya que sus oficios se volvieron obsoletos.
Ya en la década de los 60 del pasado siglo, con la expansión económica, los gitanos encuentran su última oportunidad de acceso al empleo. Si los últimos en entrar en el mercado de trabajo habían sido los gitanos, serán estos los primeros expulsados en tiempos de crisis. El desempleo hoy día también ha llegado a las capas más desfavorecidas de la población paya, por lo que se dibuja un paisaje de lucha por los recursos, no sólo económicos sino de viviendas, prestaciones, etc.
E
ste resumen, sacado del libro "Educación Intercultural", del citado colectivo, nos ofrece una rápida panorámica de la historia de nuestros vecinos; como véis, su camino hacia la integración fue, y sigue siendo, tortuoso. No lo tienen fácil, no. El color de su piel y sus rasgos inconfundibles constituyen un marchamo del que es difícil desprenderse, es verdad. Tampoco se lo hemos puesto fácil los payos. Entre la conmiseración y el desprecio, la solidaridad mal entendida y el paternalismo, hemos contribuido a que aún hoy vivan, la mayoría, en situación de exclusion social.
¿Podemos hacer algo por ayudarlos? Yo creo que sí. En primer lugar, creo que hay que tratarlos como iguales. Y cuando digo tratarlos como iguales no me refiero a tratarlos con respeto y blablabla, me refiero a ser capaces de mirarlos a la cara. Para bien y para mal. Ahora que está tan de moda el término autonomía creo que el colectivo gitano asume conductas dependientes porque el colectivo payo se lo permite. Ya basta. Si queremos que las niñas y niños gitanos vayan al cole hay que empezar por no asumir su absentismo como un mal incurable propio de "su cultura". Si queremos que los gitanos tengan cualificación profesional, tendremos que ayudarles a formarse y si queremos que residan en viviendas dignas, en primer lugar habrá que ayudarles a que tengan una, en segundo lugar trabajar con ellos por el mantenimiento de la misma y en tercer lugar sancionar a quien no cumpla la norma.
Y sobre todo habrá que escucharlos, habrá que poner la oreja y saber qué tienen que decir. Ellos deben ser dueños de su propio destino. Porque ya lo son. Vaya sí lo son. Me viene a la cabeza María, Juan, Ramona, Ángel, Antonio, Pura, Jorge, Moisés, Mª Carmen y tantos otros gitanos con los que paso muchas horas de mi vida. A ellos hoy les envío un fuerte abrazo, en español, una pena no poder deseárselo en caló.
Hasta la semana que viene.
1 Comentarios
Hola Belén! Da gusto ver que otras personas con las que compartimos profesión están haciendo un trabajo por la red, compartiendo conocimientos, opiniones…
Queríamos agradecer que dediques un espacio en tu blog para otras blogueras como nosotras. No dudes en ponerte en contacto si quieres hacer alguna aportación en las entradas que vamos publicando, serán bienvenidas. Un fuerte abrazo desde Tenerife