5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
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El blog de Belén Navarro
11 de febrero de 2021 / 20 Comentarios
Sus investigaciones sobre el ADN serían tan importantes que conducirían a Wilkins, James Watson y Francis Crick a obtener el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962; ellos, no obstante, no hicieron ningún esfuerzo por reconocer las aportaciones de Rosalind. Sólo muchos años después y gracias a otros científicos y amigos de ella, se ha sabido que una buena parte de los datos sobre los que se basa la estructura molecular del ADN que describieron los premiados provenían de las investigaciones que desarrolló la científica durante sus años en el King’s College (Fragmento extraído del CSIC)
En la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid, en el año 1841, un alumno al que nadie recuerda acude cada día puntual a clase. Su aspecto resulta peculiar, incluso para los estándares de una ciudad tan grande. Pelo corto, levita, capa y sombrero de copa. Un excéntrico, señalan sus compañeros. Un proviciano, aseguran otros. Es un alumno silencioso. Toma notas, concentrado. Presta toda la atención posible. Es consciente de que asume riesgos. Su identidad no debe ser revelada. Se llama Concepción Arenal y las leyes no le permiten asistir a la universidad. Ninguna mujer puede hacerlo (fragmento extraído de eldiario.es)
Podría seguir citando a muchas mujeres que aportaron grandes cosas a la ciencia. Una larga lista de mujeres que, remando contracorriente, promovieron revoluciones tecnológicas, sociales, económicas, culturales... Mujeres ocultas bajo el polvo de una historia escrita por hombres. El día 11 de febrero es un buen momento para recordarlo.
Detrás de las grandes investigadoras que han construido la profesión del trabajo social también se esconden historias de zancadillas varoniles, de duro y riguroso trabajo compatibilizado a trompicones con el desempeño de los cuidados de la progenie. Crianzas marcadas en su mayoría por permanentes sentimientos de culpa por no estar demasiado, por no estar lo suficiente o por estar aquí cuando tendrían que estar allí. Algunas de esas historias podría contarlas porque las conozco, sin embargo son propiedad de sus protagonistas y punto.
También sé de muchas trabajadoras sociales anónimas que hacen su trabajo con pasión, rigurosidad científica y ética con mayúsculas. Mujeres que atesoran saberes de incalculable valor. Hacedoras de aquellas pequeñas cosas grandes para muchas familias. Esas compañeras a las que llamas por teléfono para preguntarles sobre un caso que te angustia. Mujeres harto conocidas por el corrillo profesional que, sin la más mínima intención, se convierten en referentes. Profesionales cuyas intervenciones épicas son rememoradas después de su jubilación ¡Se levantó en la reunión y le dijo las verdades del barquero al delegado! ¡Se negó a participar en aquella indignidad! ¡Consiguió que se reabriera ese centro o evitar aquel cierre! Cosas pequeñas que hacen del mundo un sitio grande. Me estás leyendo y te están viniendo unas cuantas a la cabeza ¿Verdad? Son esas mujeres que dejan un vacío infinito en la profesión cuando se marchan.
Esas mujeres no suelen dejar por escrito aquellas pequeñas cosas que han logrado. Se llevan el conocimiento consigo y eso me produce una inmensa tristeza. Por eso me ha alegrado leer el artículo que una de esas mujeres, la Jabalera, ha escrito, junto con otra compañera, Adela López Bernabéu en la revista del consejo. Aprovecho para felicitar a la revista por su iniciativa: Se tendrá que incluir el nombre completo del autor/a con el objeto de no invisibilizar la producción científica de la mujer. Además, la utilización del lenguaje inclusivo será un parámetro evaluable en los artículos que se reciban, penalizando a los textos que no se adecuen a este cambio trascendental. Algún día hablaré sobre esta cuestión...
El artículo de las compañeras describe una experiencia de trabajo social grupal con mujeres gitanas en Almería, en un sano ejercicio de trabajo conjunto entre servicios sociales y salud. Una iniciativa que intenta trascender la prestación, que persigue la emancipación y cuyo marco teórico demuestra la rigurosidad de sus autoras. Como ambas son jóvenes, espero que sigan escribiendo. He querido traer el artículo al blog como homenaje a sus autoras y porque es un ejemplo de lo que pretendo trasmitir hoy, que no es otra cosa que animar, animarte a investigar y a escribir.
Sé que el tiempo es escaso. Que tienes que buscar un hueco que no existe. Que es difícil ponerse. Sé bien que los conocimientos que se requieren hay que aprenderlos. Y sé que las revistas científicas no lo ponen nada fácil. De hecho pareciese que más de un revisor o revisora disfruta machacando el texto que tiene entre manos. Jamás entenderé la hipocresia de cierto sector de la academia al animar a las profesionales a que escriban y paralelamente corregir con saña (a más de un revisor implacable lo quisiera yo ver atendiendo a una familia). Soy consciente de todo eso, lo he vivido, pero necesitamos de tus saberes, compañera. Anímate. Escribe. Construye profesión. Construye ciencia. Aquellas pequeñas cosas que crees que haces son grandes cosas, te lo aseguro.
Quiero dedicar esta entrada a mi amiga Noa Martin Cófreces, investigadora bioquímica en Madrid y mujer luchadora donde las haya. También a las treinta mujeres andaluzas que han hecho el hueco que no tienen para acudir al taller de escritura que estamos impartiendo Amanda Salazar y yo, organizado por la revista TS Difusión.
20 Comentarios
Aquellas pequeñas grandes cosas… Grandes mujeres en la sombra… Visibilización… Sentido crítico… Mucho por construir y todos los ánimos para hacerlo.
Muchas gracias, Belén, por visibilizar y poner en valor lo que importa. Un abrazo.
Precisamente me he acordado de una compañera canaria que os dejó hace poco. Una gran pérdida, tengo entendido. Que la tierra le sea leve. Un abrazo.
Muchas gracias Belén por dar visibilidad a esta experiencia de trabajo que he compartido con la jabalera y que tantas cosas buenas nos ha regalado. No te conozco personalmente pero alguna vez me he asomado a tu blog, aprovecho para felicitarte por tu mirada tan personal del trabajo social en particular y la vida misma en general.
Cada entrada de tu blog es una clase magistral de trabajo social aplicado y COMPROMETIDO. Una magnífica oportunidad para pensar e ir construyendo un diálogo crítico, -que desde la práctica profesional conjuntamente con la academia- hemos de mantener TODAS y todos. A través de la narrativa, el trabajo social dice su vida, su cotidianidad, cuenta sus luchas… Como decía Ortega y Gasset, “la única verdadera rebelión es la creación”.
Una vez más, gracias Belen por tu trabajo social comprometido.
Gracias a ti, Manuel, por tus amables palabras. En estos tiempos solo nos queda el poder de la palabra, tú lo sabes bien. Me gusta evocar la frase con la que Teresa Zamanillo cierra su último libro:
Y si fuésemos más conscientes del poder de la palabra no diríamos muchas cosas, pero sí diríamos algunas…
Y de esto se trata ¿Verdad?
Mil Gracias Belen por tu mención en esta entrada, que creo no merezco. Cuando te enviamos el trabajo solo pretendíamos tu experta y sincera opinión, como siempre tu generosidad me emociona, de nuevo Gracias.
Eran «Malos tiempos para la lírica……» como dice esa canción de Golpes Bajos y nosotras solo pretendíamos con este proyecto aportar valor añadido a la mera gestión de ayudas económicas con una intervención grupal y compartida…. Estaba por llegar la crisis sanitaria que ha vuelto a reforzar nuestro trabajo como gestores de ayudas en un maremágnum de acciones benefico asistenciales que tanto gustan a muchos de nuestros gobernante, bueno y a los que no lo son….
Muchas de nosotras tuvimos el privilegio de comenzar nuestro trabajo en unos servicios sociales comunitarios que justo comenzaban a caminar y tenemos la esperanza de que este sistema publico «de hecho» ocupe el lugar que le «por derecho» le corresponde y eso será gracias al trabajo la mayoría de las veces silencioso de miles de nosotras, pero tampoco importa, en música el silencio es su fundamento.
Otra vez Gracias, esta canción tambien dice:
…… Contra las rocas se estrellan mis enojos
Y así toda esperanza me devuelve, eh
Pocas profesionales he conocido con tu pasión, tu profesionalidad y tu ética, así que tú que eres tan guapa y tan lista, tú que te mereces ser notaria o dentista y te quedaste en el trabajo social, tenías, junto con Adela, que recibir este microscópico reconocimiento.
PD. Golpes Bajos es uno de mis grupos fetiche. Suelo ponérmelos en spotify cuando bajo de Berja.
¿¿Y que me dices Belén de las mujeres que son referentes en sus profesiones y como son altamente feminizadas las consideran esas profesiones de menor categoria????
Y tambien creo que no hay que animar a las mujeres a que sean cientificas, exploradoras, doctoras,…hay que dejarlas que lo sean porque ¡ya quieren serlo! y si no lo son es porque se encuentran todo tipo de obtáculos!
Efectivamente, las profesionales feminizadas vivimos en una permanente subalternidad, suscribo tus palabras.
Con respecto a lo de animar a las niñas a que sean científicas, exploradoras y demás, yo creo que como bien dices la cuestión no es animarlas, la cuestión es remover los obstáculos que se lo impiden. Algunos de ellos de una gravedad tremenda, mira… https://www.bbc.com/mundo/media-40999708
Muchas gracias por comentar
Cada entrada que leo de tu blog me acerca mas a ese fin, lo sé, llegara el día que escribiré sobre todo lo aprendido, sobre el como, el porque y el para qué, sobre como esta profesion forma parte de las ciencias sociales que contribuyen a mejorar las personas, las familias y muchas comunidades… Llegara ese día, no sé cuando sera, no me preocupa porque esta ahí, cerca… Gracias siempre por compartir y motivar. Por implicar.
¡Bien, Meritxell! Te esperaremos.
Escribir y dar a conocer el conocimiento que se genera, tanto en y para tu campo de especialización como en materia de divulgación es necesario. Porque lo contrario es condenar al ostracismo tu propio trabajo.
Y no dar la oportunidad de que se pueda compartir, discutir, mejorar, establecer como metodología…Hay que hacer el esfuerzo.
P.S.: Me has hecho llorar. Gracias!!
Tu mérito es añadido pues además de todo lo dicho valoras las ciencias sociales, cosa que agradezco mucho. Un beso.
Ay Belén!!
Cuanta razón tienes!!
Mi enhorabuena
También a Ángeles y Adela a las que quiero y admiro mucho.
Hacen faltan muchas mujeres como vosotras. Ánimo y a seguir emocionando asi
Gracias Ana Cristina. Un placer verte por aquí y recordar aquellos tiempos de trabajo que compartimos. Un beso.
Ángeles y Adela, Anacris y Toñi… y tantas y tantas…
Belén!!
Que entrada tan bonita y llena de razón. Muchas veces andamos metidas en el día a día y se nos olvida lo importante de transcribir o de dar a esos conocimientos y experiencias un marco más reflexivo que puede llevar a generar modelos o metodología y generar investigación, teoría y ciencia.
Además que percibo, que bravo por ellos, pero que de nuevo los hombres que están en nuestra profesión, se visibilizan más en este sentido -aparte de casi no tener existir desempleo pues los equipos si los precisan para dar una visión multidisciplinar y de género (espero que pronto pase en otros sectores que están desde hace años con una sola perspectiva o casi sin presencia femenina)- y me pregunto porque nos cuesta tanto (ya sé, ya sé el sistema patriarcal que nos ha modelado así) animarnos hacerlo.
Así que muy bien por ponerlo encima de la mesa. Es importantísimo lo que transmites y el que como tú dices nos animemos a investigar y a transmitir todos esos conocimientos que nos refuerzan como profesión.
«Los hombres que están en nuestra profesión, se visibilizan más en este sentido», ocho colegios profesionales en Andalucía: Cuatro presidentes hombres. No hay más preguntas, señoría…
Cuánto hemos hablado de esto algunas colegas-amigas, a lo largo de nuestra vida y al mismo tiempo hemos visto un adelantamiento por la izquierda de chicos que escribían y escribían. No sé si hay o no culpables, el constructo social del género tendrá mucho que ver, nosotras priorizamos la intervención directa y ellos sin dejar de hacerla, han tenido el tiempo de escribir, por lo que sea, por tener la intendencia hecha en casa o por otras circunstancias, una pena, sobre todo para la disciplina, ya que la academia no puede decir lo que nosotras hemos trabajado, vivido, debatido, con la emoción con que lo hemos hecho…pero no compensa mirar atrás. Miles de gracias por tu blog, siempre es muy alentador y certeras tus opiniones.
«la academia no puede decir lo que nosotras hemos trabajado, vivido, debatido, con la emoción con que lo hemos hecho», efectivamente… Muchas gracias por comentar, compañera.