5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
12 de marzo de 2023 / 6 Comentarios
El párrafo que abre esta entrada pertenece a Cartas desde la cárcel, de Rosa Luxemburgo. Describe una escena que vivió durante su condena, ordenada por el gobierno alemán. Fue encarcelada debido a su oposición al nacionalismo y sobre todo a la guerra que desgarraba Europa, la Primera guerra mundial. Mi hogar está en cualquier sitio donde haya nubes y pájaros y lágrimas humanas, escribió también. Qué maravilla...
Rosa Luxemburgo será una de las primeras revolucionarias pacifistas de la historia. Me introduje en el pensamiento de esta intelectual gracias al ensayo Un cambio de rumbo, Rosa Luxemburgo y Hanna Arendt. Compré este librito por dos razones, en primer lugar, porque es pequeño: Tengo una rara predilección por los libros chiquitillos, no sé por qué.
Me interesaba, en segundo lugar, conocer el pensamiento de estas pensadoras para documentar el capítulo de un libro colectivo en el que he participado. Estoy deseosa de verlo publicado para comentarlo aquí.
La protagonista de esta entrada no es, con todo, Rosa Luxemburgo, sino la publicación Pacifistas en acción: Desmilitarizar, desarmar, pacificar. Se trata de un libro colectivo que coordina, entre otras, nuestra compañera Koldobi Velasco Vázquez. El ensayo, perteneciente a la colección Más madera, es un análisis único e imprescindible del pacifismo en el estado español.
No es un tratado teórico, al contrario. Siguiendo la línea editorial de la colección, Pacifistas en acción es un recorrido por las iniciativas y luchas por la paz en España, iniciativas que pretenden desmilitarizar la vida, desarmar países y territorios y promover la cultura de paz.
Sobre desmilitarizar, creo que a nadie le pasa desapercibida la alarmante militarización de nuestra sociedad. En Almería tenemos una importante base militar de la legión y la introducción de los legionarios en la vida civil es un hecho. No solo aparecen en procesiones y actos religiosos, también en charlas a escolares, actos culturales, etc. Encontrar una rotonda decorada con un tanque o un helicóptero militar no es raro y escuchar en los medios de comunicación alabanzas hacia el ejército es habitual. Una deriva, en mi opinión, muy preocupante. Al menos a mí me pone los pelos de punta.
En desarmar se explica con lujo de detalle el negocio de las armas en nuestro país. Empresas que se lucran con la muerte dirigidas por ex políticos, beneficiarios de puertas giratorias, cuyos intereses están muy lejos de las soluciones diplomáticas a los conflictos. Me hace gracia el argumento europeo y yanqui de armar a Ucrania porque se está defendiendo de Rusia. Yo soy una completa ignorante en materia de geopolítica, pero el pueblo palestino lleva años y años defendiéndose de la invasión israelí y ahí están, abandonados a su suerte. Claro que estamos hablando de Israel...
El otro día escuché a Borrell decir que China le había asegurado que no estaba pasándole armas a Rusia ni tenía intención de hacerlo. Es más, China ha pedido un plan de paz, pero Europa se muestra escéptica. Como digo, no sé que está pasando exactamente en Ucrania. Dicho esto, Putin no es un santo (tampoco creo que lo sea Zelenski) pero lo que observo como evidente es que la solución a esta guerra no puede ser proporcionar armas a una de las partes.
La tercera parte del libro está dedicada a Pacificar. La militancia en la promoción de la cultura de paz es una de las mejores aportaciones al sostenimiento de la vida, junto con la renta básica porque nos atañe a todas y cada una de nosotras. Las iniciativas que se cuentan en el libro son un magnífico ejemplo. Y es que perseguir la paz es contribuir a la justicia social. Este es uno de los principios del trabajo social, tal y como dice el artículo 7 de nuestro código deontológico.
Los valores del trabajo social van de la mano de la cultura de paz. Manifiestos como el del colegio de Madrid sobre la guerra de Ucrania son una pequeña muestra del posicionamiento de la profesión a lo largo de nuestra historia. Si te apetece profundizar acerca de la relación entre el trabajo social y la cultura de paz te recomiendo leer a nuestra compañera Koldobi y también a Edurne Aranguren Vigo. Su tesis doctoral trata precisamente de esto. Yo no la he podido encontrar colgada, pero he dado con un artículo suyo en la revista del consejo.
Hago un breve paréntesis. Me toca preparar mis dos participaciones en el Día mundial del trabajo social. El 23 en la Universidad de Almería junto con Carolina, más conocida como trabajadora social de pueblo, y Juan Carlos Muñoz Riesco debatiendo sobre trabajo social rural.
Y el 27 en el Ayuntamiento de Barakaldo con Fernando Fantova, Izaskun Ormaetxea y Miren Ariño para hablar sobre trabajo social y reconfiguración de los servicios sociales de atención primaria.
A la vuelta te lo cuento todo ¡Hasta entonces!
6 Comentarios
Gracias, Belén, por tratar este tema. En Albacete tenemos algunas de esas fábricas de artefactos para destruir y matar, así como la escuela de pilotos de la OTAN. Desde mi casa los veo y oigo despegar y volar por encima de nuestras cabezas y me sobrecoge pensar lo que debe ser un avión con el ruido de las bombas alrededor.
La tendencia a relativizar la gravedad del aumento del gasto militar es tremendamente preocupante en general, pero desde el trabajo social no debemos olvidar lo que el objetivo de la paz (y la justicia social) está en nuestro código deontológico y debemos hacer algo de manera activa para lograrlo.
Gracias también a Koldobi por su inmenso trabajo.
Nos vemos en unos días en Almería. Buena forma de celebrar el Día mundial del trabajo social.
Un abrazo.
Efectivamente, promover la paz es promover la justicia social ¡Nos vemos muy pronto! Hasta entonces…
Nos veremos el 27 en Barakaldo. Besos.
¡Me alegro!
Muchas gracias Belén por dar visibilidad a las diferentes grietas al sistema militarizado en el que vivimos. Ver luz y escuchar ruiseñores…un abrazo
Gracias a ti por poner cuerpo y alma en esta y otras luchas. Un abrazo.