5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
10 de septiembre de 2022 / 14 Comentarios
Yo no lo conocía. Afortunadamente. Su trabajadora social me lo contó derrumbada, deshecha. Y eso que es una mujer fuerte y sensata; una profesional veterana que no suele arrugarse ante los problemas. Claro que es muy difícil no derrumbarse si una mujer a la que tratas desde hace años te cuenta en el despacho que se le ha muerto su hijo de doce años.
Tenía una enfermedad respiratoria que lo obligaba a permanecer enganchado a una máquina de oxígeno. Por si fuera poco vivía en un barrio en el que los cortes de luz son frecuentes.
Culpa de la marihuana según unos, culpa de Endesa según otros. El caso es que cada corte de luz era un suplicio para él. Al principio ni siquiera tenía una mochila de oxígeno adecuada a su edad y tamaño; tuvo que ser su anterior trabajadora social quien la peleara en el infierno burocrático en que se ha convertido la sanidad andaluza. Sus padres se habían cansado de pedirla.
No querían llevarlo al colegio porque el simple desplazamiento resultaba agotador. Tampoco tenían ni tienen coche. No hay transporte escolar en esa zona dado que hay un colegio cerca. Pero no para alguien dependiente del oxígeno para vivir.
La conclusión: el niño era absentista. Y ya sabemos que el absentismo escolar es una cosa mucho más importante para las administraciones que una mochila de oxígeno adecuada o un suministro eléctrico constante. Los niños y las niñas tienen derecho a la educación, sí, pero digo yo que antes tendrán derecho a la respiración ¿No? Pues los cortes de luz no solo le provocaban importantes crisis respiratorias sino que generaban continuas averías de la máquina por las que la familia recibía las consiguientes reprimendas del técnico.
Su enésima crisis fue peor que las anteriores. La familia pidió una ambulancia que no apareció a pesar de sus insistentes llamadas telefónicas. Buscaron un coche pero ya era tarde: Llegó muerto al centro de salud. Evitaré contar el drama posterior, no vale la pena. Lo único que importa es que murió asfixiado. Debio de ser horrible.
La trabajadora social se lamentaba conmigo llorando sin consuelo ¡Si hubiera vivido en otro barrio estaría vivo! ¡Si fuese uno de mis niños estaría vivo! Es probable. Dicen que nuestra esperanza de vida tiene mucho que ver con nuestro código postal y es cierto. Vaya si lo es.
Es una muerte injusta y cruel. Como tantas. Deja una familia rota de dolor. Como tantas. Encima es una familia pobre que ni siquiera puede permitirse contratar un abogado que le meta un puro a la administración. No le devolvería a su hijo, pero señalaría el más que probable homicidio imprudente que se cometió y supongo que les proporcionaría algo de paz, yo que sé...
Se mueren las personas dependientes sin recibir la ayuda económica que se les había concedido para que alguien cuidara de ellas, la salud de los pacientes se empeora drásticamente mientras están en listas de espera que crecen en vez de reducirse, hay numerosos enfermos que no tienen suficientes ingresos para pagar su medicación, se suicida un padre de familia en paro porque le van a quitar el piso que ya no puede pagar.
Esto es solo la punta del iceberg en el que vivimos. Los administradores y los gobernantes en vez de gobernar hacen negocios con los recursos públicos a través de la mercantilización de los servicios de salud de los recortes de las medidas de austeridad y en general de la privatización del estado de bienestar para llevar a cabo este gran robo disfrazado de democracia y para que se piense que se están ocupando de la sociedad cuando en realidad se están ocupando de sus negocios.
Utilizan lo que Michel Foucault llamaba gubernamentalidad; ese concepto se refiere a una manera de gobernar con tácticas para que los ciudadanos estén de acuerdo con las políticas de los gobernantes sin cuestionarlas. Estas tácticas, implantadas a través del lenguaje, incluyen gobernar sin gobernar, o sea, imponiendo las políticas por medio de terceros que se aseguran de que los más precarios de la sociedad no se den cuenta ni cuestionen que el mercado y los privilegiados están por encima del estado.
Todo esto lleva a la necropolitica, una política en la que la vida es objeto de cálculos, se deja morir a los no rentables y se les culpa de su propia situación, de ser una carga para la sociedad y de no ser emprendedoras.
La narrativa de los gobernantes neoliberales y de su prensa tiene como objetivo despolitizar, vaciar de contenido político a los problemas sociales y decir que son problemas individuales; los problemas socioeconómicos son fruto de la mala suerte y de la responsabilidad individual, por lo que hay que autoayudarse para solucionarlos. El Estado y su prensa no escatiman en producir material para intentar culpabilizar y despolitizar la pobreza.
Este es un fragmento del libro de Clara Valverde Gefaell De la necropolítica neoliberal a la empatía radical. Un libro imprescindible para profesionales reflexivas y reivindicativas como nuestro compañero Manuel, defensor del ciudadano de Granada. Precisamente ha ido al parlamento europeo para solicitar amparo ante los cortes de luz en la Zona Norte. Al menos allí no le han dicho que la culpa es de la marihuana. Creo...
14 Comentarios
[…] la semana pasada escribí una entrada sobre necropolítica ¡Toma tres tazas! Decía en esa entrada que la necropolítica es una política en la que […]
LO DURO DE ESTA SOCIEDAD.
Es triste ver todos los días la comercialización que existe en este sector. En cuanto a leyes muchas cuantitativamente hablando…pero la calidad de estas es nefasta.
Calidad, cualidad…
valoración…Ojo!, no valor, que lo etiquetan como un número…que es lo que en esta sociedad somos, Números.
«Estoy cansada de ver a personas mayores que realmente están desatendidas por este sistema, y otras que obtienen ayudas sin llegar a estar realmente necesitadas».
Sin embargo, es bueno saber que estamos aquí para intentar cambiar esta realidad. Gracias Belén.
Es un gusto leerte, y disfrutar de tu tenacidad poniendo palabras a las cosas importantes.
La lectura de tu nueva entrada me ha hecho releer un párrafo de Bernardo Secchi: «Rica es también la persona, la familia o el grupo que dispone de un adecuado capital espacial, es decir, vive en una parte de la ciudad y del territorio dotados de requisitos que le facilitan tanto la inserción en la vida social, cultural, profesional y política como en las actividades que le son acordes».
Utilizare tu escrito en clase, me parece magnífico.
Muchas gracias Belen
¡Capital espacial, capital relacional, qué importantes son!
Muchas gracias, Luis. Me alegro mucho que sea de utilidad para el alumnado, es uno de mis propósitos.
Un abrazo.
Grande!
😉
No dejes nunca de escribir en este blog o donde sea que podamos leerte. Haz el favó!!!!! Fantástica entrada, no se puede explicar mejor. Mucha gente necesita ejemplos claros para entender la criminalidad que esconde este sistema abocado cada vez más a la privatización.
Gracias, preciosa, me miras con buenos ojos.
Gracias, gracias y gracias Belén, por escribir este tipo de artículos. Son necesarios. La externalizacion de los servicios, su privatización, la mercantilización de los recursos y programas, se traduce sin duda en un sistema rector (en masculino a posta…) deshumanizado, no igualitario ni equitativo. No existe el concepto de prosperidad compartida ni de distribución de riqueza, solo sirve el sálvese quien pueda y hacer más (capital) con menos (inversión y recursos)… Como dice Zamanillo hay una clara tendencia a la desresponsabilización (será la marihuana…). Estoy completamente de acuerdo con usted, leamos más y luchemos con la palabra y nuestra alianza profesional. Si no ha rebelión no hay posibilidad de cambio hacia un mundo más justo. Gracias nuevamente. Abrazos colegas y compañeras.
Me alegra mucho que compartamos opiniones. Muchas gracias por comentar, Iván. Un abrazo
Fantástico, Belén. Felicidades, amiga.
NO PARES.
Gracias, maestra, nos queda la palabra.
La comercialización de los cuidados es el camino de la deshumanización.
Lo vivo personalmente, con un familiar mayor, y laboralmente cada dia. La esperanza las/los profesionales que, como la que nos señalas, sufrimos, lloramos, peleamos, nos rebelamos e intervenimos desde el respeto y la ética! Gracias, como siempre, Belén!
Sí, sí, o los profesionales nos rebelamos contra esta deshumanización de los cuidados o esto acaba de irse al garete. Como siempre, muchas gracias por comentar, que es lo mejor del blog. Un abrazo.