5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
17 de marzo de 2022 / 8 Comentarios
Es significativa la frecuencia con la que catalogamos a las personas atendidas como incompetentes. Atribuimos sus supuestas incompetencias a una crianza inadecuada, a una personalidad compulsiva, malas elecciones, relaciones tóxicas... en fin, a una larga lista de problemas, déficits o adversidades que, mezcladas y no agitadas, dan lugar a lo que hemos acordado denominar usuarios o usuarias de servicios sociales.
Aunque no es mi propósito profundizar en este punto, he colgado al respecto un video del psicoterapeuta Félix Castillo que me dio qué pensar. Se titula El comportamiento no se puede cambiar ¡Toma ya!
Muchas de las personas que atendemos tienen asuntos internos que resolver, cierto. Como cierto es que muchas y muchos de nuestros usuarios supuestamente incompetentes son en realidad tan competentes que se procuran el autocuidado en las condiciones más adversas. Peor aún, a pesar de las incompetencias de las instituciones que tienen, que tenemos la misión de protegerles.
Porque, sinceramente, los sistemas de protección social no siempre protegemos. En este momento estamos desatendiendo —sí, desatendiendo— a una chica sometida a tres incompetencias institucionales a la vez. Veamos cuales son estas incompetencias, cuyo nombre científico me acabo de inventar:
La incompetencia modelo frontón es clásica en los servicios de protección de menores. Por más que desde atención primaria se intente que intervengan, devolverán, devolverán y devolverán el caso pidiendo informes, haciendo preguntas y convocando reuniones hasta la mayoría de edad del niño o niña en cuestión. Acaban ganando por agotamiento.
El modelo embudo es diferente. Aquí el desafío consiste en atravesar el embudo. El trastorno mental grave es un ejemplo paradigmático, al menos en Andalucía. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que una persona que ve ángeles y dice que la TV le habla sea catalogada con TMG, cosa imprescindible para entrar en el proceso asistencial y acceder, por ende, a ciertos apoyos.
Estoy convencida de que la Convención de Nueva York y la Ley 8/2021 fracasarán sin paliativos. Un régimen de provisión de apoyos digno requiere una inversión que, francamente, dudo que asuma ninguna administración. Ojalá me equivoque. Lo digo con profundo dolor.
Por último, pero no menos importante, se encuentra el modelo fantasma, consistente en quitarse de enmedio directamente. Unas veces a través de la simple incomparecencia y otras con esta práctica tan española de pasapelota, pongamos por caso las políticas de activación laboral, que han pasado a servicios sociales en un abrir y cerrar de ojos. Políticas que son, por otra parte, una pérdida de tiempo y dinero para todos los actores amén de un martirio para quienes las padecen. De ello he hablado muchas veces en este blog.
El modelo fantasma puede derivar en peloteos tenísticos interminables a los que dedicaré una entrada. Mi favorito es el famosísimo es un caso social, sobre el que también escribiré más adelante. Con esta chica nosotras hemos optado por el modelo fantasma ante la impotencia de no poder ayudarla sin el concurso ¡qué digo concurso! sin el liderazgo de salud mental.
Con un evidente trastorno mental, sin diagnóstico, medicación ni apoyo psicosocial ¿Me puede explicar alguien qué podemos hacer desde servicios sociales, más allá de generar vínculo? Eso intentamos cuando ella decide venir a visitarnos y tras cinco minutos sale corriendo a toda velocidad.
Todo el mundo en el pueblo espera que nosotros hagamos algo. Hemos intentado mil historias, tantas que a esta directora de servicios sociales ya solo se le ocurre coger una sábana y hacer ¡Buuuuuu, buuuuu!
Continuará...
8 Comentarios
Modelo Frontón es la Fiscalía de Menores en la Comunidad de Madrid. Notificas una situación de riesgo y negligencia acompañada de una propuesta concreta, por ejemplo, cambio de medidas en cuanta a las visitas con un progenitor, y te responden que lo han recibido y que, vuelvas a informar dentro de 6 meses, así te puedes tirar años sin que nada cambie y como bien dices, recayendo la responsabilidad y la mirada del entorno en los Servicios Sociales.
Un abrazo
Que gran verdad y reflejo real de lo que ocurre tanto a nivel de competencias como de políticas. Descoordinación sobre todo en los casos complejos, porque para qué intentar valorar y buscar alternativas, coordinación real y efectiva. Pero lo que pasa demasiadas veces es que para qué si en servicios sociales cabe todo… Y así van los y las usuarias perdidas, agotadas y a la rebote a rebote de un lado a otro. Y si hablamos de menores y salud mental…es otra realidad paralela que encima cambia solo porque la persona ya cumple 18 años, como si por arte de magia por obra de Disney la persona ya fuera otra. Gran reflexión Belén.
Hola compañera,
Podemos empezar por trabajar bien, hacer lo nuestro y esperar con paciencia que los demás también lo hagan. Otra cuestión importante es no votar a los que nos desprecian (a usuarios y profesionales).
Gracias por el blog,
Hola, Raúl. Precisamente la segunda parte de esta entrada trata sobre lo que sabiamente apuntas, llevará por título «Competencias». Con respecto a lo de la paciencia a veces es difícil porque, sobre todo en el medio rural, la expectativa de solución a cualquier problema «social» recae sobre los servicios sociales. Esto, teniendo una connotación positiva, nos genera una presión que es a veces insoportable. Y por último, lo de no votar a quienes nos desprecian se merece el mayor de los aplausos.
Muchas gracias por comentar.
Tocas temas cruciales, Belén, gracias por hacerlo. Comparto tus reflexiones. En cuanto a la incompetencia, llevo tiempo intentando aplicarle un antídoto que descubrí: mi estupidez. Y a veces funciona. Un abrazo.
Tomo nota, Pedro, jjajaja. Gracias por comentar. Un abrazo.
Que acertados los modelos y concuerdo con el frontón y el ejemplo de servicios de protección…
Cuántas veces esa frase «para q comunicar a fiscalía si no nos van hacer ni caso» o el » para q luego llegue el juez y nos lo tire todo abajo…»
Holaaaaaa y nuestra responsabilidad!
Que buena entrada👏👏👏👏
Muy cierto, compañera. A veces dan ganas de tirar la toalla. Gracias por comentar.