5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
20 de febrero de 2021 / 17 Comentarios
Desde niña me obsesionan las palabras. Tengo instalada en el móvil la app de la Academia de la Lengua por si oigo alguna cuyo significado desconozco ya que tengo que averiguarlo rápidamente para poder quedarme tranquila. Soy una friki, lo reconozco y no me importa decirlo porque ser friki no me parece ni bueno ni malo. Por eso cuando me propuse escribir sobre justicia social para el día 20 de febrero lo primero que hice fue buscar el significado de justicia social. Esto fue lo que encontré:
El concepto de justicia social surgió a mediados del siglo diecinueve para referirse a la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales. Está orientada a la creación de las condiciones necesarias para que se desarrolle una sociedad igualitaria en términos económicos, sociales y educativos.
Es un principio fundamental para la convivencia pacífica y prospera dentro y entre los pueblos que promueve la redistribución de los recursos económicos la igualdad de género, los derechos de los pueblos indígenas y de los emigrantes y que trabaja para eliminar las barreras que separan a los ciudadanos por motivos de género, edad, raza, cultura o discapacidad entre otras. La dificultad estriba en elegir el mejor sistema social para que la distribución sea justa.
Diccionario de trabajo social. Alianza Editorial.
Los principios de la justicia social son fundamentales para el trabajo social, reza en la definición del trabajo social de la FITS. Se refiere, por lo tanto, a que para el trabajo social es importante, entre otros, un reparto equitativo de los bienes sociales y la creación de condiciones para una sociedad igualitaria. Es eso entonces lo que decimos realmente cuando proclamamos que los principios de la justicia social son importantes para el trabajo social. El problema es que justicia social se ha convertido en un significante vacío, un término buenista que en muchas ocasiones usamos para aliñar con activismo el discurso profesional. Todavía se recuerda el famoso tweet de Errejón: La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación - apertura. Un buen ejemplo de no decir nada.
Proclamar que para el trabajo social la justicia social es importante es fácil. Decir que, entre otros, la igualdad de género y el reparto equitativo de los bienes son importantes es harina de otro costal. En este país padecemos niveles de pobreza insoportables. Tuvo que venir un australiano para que los medios prestasen cierta atención a una injusticia que muchas ONG ya venían denunciando sistemáticamente durante años. La pobreza no aparece como las amapolas al borde de las carreteras: Ostentamos el honor de pertenecer al grupo de países con mayores niveles de desigualdad de Europa. Según Eurostat, en 2019 solo Letonia, Lituania y Rumanía presentaban peores datos. Paralelamente, España es el décimo país del mundo con más millonarios. España figura en octava posición de los países que más han crecido en riqueza media por adulto y en el puesto 16 entre los países con mayor número de ultrarricos.
Alston lo resume estupendamente: En España sigue habiendo situaciones de gran pobreza muy extendidas, una alta tasa de desempleo, una situación de desempleo juvenil crónico, una crisis de vivienda de enormes proporciones, programas de protección social muy insuficientes, un sistema educativo segregado y cada vez más anacrónico, políticas tributarias y de gasto que favorecen mucho más a las clases acomodadas que a las pobres, y una mentalidad burocrática que permite a las autoridades eludir su responsabilidad y valora más el formalismo que el bienestar de las personas. Resulta más que evidente que el sistema de prestación de asistencia social está roto, no se financia adecuadamente, es imposible no perderse en él y no llega a las personas que más lo necesitan.
La guinda de este pastel es la corrupción sistémica que carcome los cimientos de nuestra ¿democracia? Una democracia cuyo sistema judicial permite que el emérito pase su vejez al sol de Abu Dabi mientras Pablo Hasél se come 9 meses de cárcel por decir, DECIR, con más o menos gusto, con más o menos arte, con más o menos elegancia, la verdad sobre este individuo. Y va a prisión gracias a una ley, la Ley Mordaza, que el gobierno progresista no ha tenido la vergüenza de derogar.
Quienes culpan del estallido a grupúsculos de ultraizquierda o no quieren o no saben hacer un análisis más complejo del asunto. España ostenta la peor tasa de desempleo juvenil de toda la Unión Europea, el cuarenta por ciento, otro honor. Quienes equiparan la quema de contenedores a las cargas policiales pecan además de una equidistancia que considero indigna pues no considero moralmente aceptable equiparar quemar un contenedor con destrozar el ojo a una chica.
No seré yo quien defienda la violencia como una herramienta legítima de reivindicación. Dicho esto, los abusos policiales en España han sido denunciados en reiteradas ocasiones por organismos tales como la ONU o Amnistía Internacional. Insisto en reprobar la violencia, pero en orden, primero la de la policía, después la de quienes se manifiestan. El orden es importante aquí. Es la policía quien tiene la obligación de mantener un comportamiento ejemplar. ¿O es que acaso nosotras mandamos a freir espárragos a una persona que nos insulta en el trabajo?
Si callamos ante el abuso policial contribuimos a mantener la injusticia social. Cuando aplaudimos las donaciones de maquinaria sanitaria de Amancio Ortega, un señor que evade impuestos y explota menores contribuimos a perpetuar la injusticia social. No digamos justificar la marcha de youtubers y deportistas a paraísos fiscales. Si justificamos el ingreso en prisión de Pablo Hasél porque no nos guste su arte (a mí no me gusta nada su arte) o porque sea más o menos agresivo en sus letras somos cómplices de la injusticia social. No denunciar la implacable política fiscal de este país es contribuir a la injusticia social. Aceptar los privilegios de la iglesia católica, sin más, es contribuir a la injusticia social. No temblar de indignación ante los 20.000 millones de gasto militar en España frente a los 3.000 para el ingreso mínimo vital ni siquiera lo quiero calificar que me meten entre rejas.
Y, por supuesto, entender que el feminismo no tiene cabida dentro del trabajo social ya que divide es contribuir a perpetuar una sociedad patriarcal, y por ende la injusticia social. Pues esto está pasando en nuestra profesión, amigas y amigos. Se conoce que la igualdad entre sexos no es un asunto que debiera interpelarnos a todo el colectivo a pesar de que que también es justicia social.
Defender la justicia social comienza por señalar la injusticia social, las injusticias sociales y las causas que las originan, las mantienen y las perpetúan. Apoyar la justicia social es poner negro sobre blanco lo que una cree que es injusto, sea esto, lo otro o lo de más allá. Contribuir a la justicia social es implicarse en las luchas que la promueven, en mi caso la Renta Básica. Enarbolar la justicia social es formarse una opinión y hablar claro, cada una desde su perspectiva. Lo demás es un brindis la sol. Significantes vacíos. Un núcleo irradiador, vaya.
17 Comentarios
Que bueno!
Me has dejado sin palabras, jajajaja.
Yo solo quiero añadir a tan impecable artículo, que muchas veces noticias de este tipo nos envalentonan, y perdemos el foco de lo que es realmente importante y aparta lo que es importante: feminismo, justicia social, etc.
Tienes mucha razón, Enma, no debemos perder el foco. Muchas gracias por comentar.
Impecable entrada, Belén. Has tocado un montón de temas con una coherencia digna de admiración. Me encanta.
Nuestra profesión tiene un compromiso ineludible con la justicia social.
No concibo el trabajo social sin feminismo y es urgente que lo asumamos.
Además, en ese camino hacia la justicia social hay otros imprescindibles como la lucha por la renta básica.
¡Muchas gracias por compartir! Un abrazo.
¡Gracias compañera! El trabajo social es inseparable del feminismo pero hay quien no lo quiere entender, habrá que seguir trabajando para que lo hagan.
Enorme Belén!
De las mejores entradas que te llevo leídas, enhorabuena.
«Juventud, divino tesoro» y la 0estamos dejando en manos del diablo.
Por protección de la especie debemos asegurar el cuidado y el mimo de nuestros cachorros, de no ser así, nos vamos TOD@@S A LA MIERDA, TOD@S.
Muchas gracias, Quique, pues sí, van a ser una generación perdida, pobrecicos…
Es que nos perdemos con ellos, que no se nos olvide. Se supone que pagarán nuestra «justicia social»
Estoy siendo injustamente coaccionada para poder hablar..en donde vivo…
E pedido permiso para hacerlo pero no me dan respuesta y sin embargo veo que a otros si se lo dan..a quién puedo acudir para que se me haga justicia ? Porque si los que me tienen que dar el permiso es el alcalde..a quién recurrir por encima de él?
En esa situación yo te recomendaría que acudieses al defensor del pueblo. Mucha suerte!
Hola, Belen
Totalmente de acuerdo, el día que aprueben la Renta Básica Universal convocamos una fiesta, pero está costando, mientras tanto, el día a día se está haciendo complicado para los servicios sociales de atención primaria, las prestaciones, que tenemos ahora, más que para ayudar parecen que están pensadas para “putear” y ahí, en medio, estamos nosotras, para todo hay que hacer informe y ese informe es preceptivo, pero no es vinculante…pero sigo pensando, que hay que seguir estando, denunciando el laberinto burocrático y reivindicando ratios adecuadas, de obligado cumplimiento, para poder acompañar y hacer trabajo de promoción social.
Un abrazo. Cheli.
Hay que estar, claro que sí. Esa es la clave. Un abrazo.
Felicitaciones Belén por tu entrada, estoy de acuerdo en que «Defender la justicia social comienza por señalar la injusticia social, las injusticias sociales y las causas que las originan, las mantienen y las perpetúan» Y como tu en que «contribuir a la justicia social es implicarse en las luchas que la promueven» Tambien yo me implico lo mas que puedo a la defensa de la Renta Básica, y en denunciar las actuales rentas para pobres «incluido el IMV». Por eso a tu cita de Alston (anterior Relator especial de N.Unidas) en el informe de la visita a España en 2020 añado las que dice, en la Introducción del informe: “Si se pudiera solucionar la pobreza con planes estratégicos y voluminosos informes, España estaría a la cabeza. Pero si no se actúa a conciencia para hacer realidad los derechos sociales de la ciudadanía a la vivienda, a la educación y a un nivel de vida adecuado, esos grandes propósitos seguirán siendo tan ineficaces como lo han sido en la última década. España necesita innovación en el Gobierno central, que debe contar con recursos y con el apoyo de las comunidades autónomas para realizar reformas de gran alcance. El anuncio del Gobierno de que dará prioridad a los derechos sociales, la justicia fiscal y la mejora de las condiciones materiales de las personas más vulnerables es digno de elogio, pero sus palabras deben traducirse en hechos. La pobreza existe, en definitiva, a causa de decisiones políticas, y los gobiernos pueden optar, si lo desean, por eliminarla”.
El informe de Philip Alston es como para enmarcarlo. Gracias, Berta, por comentar.
Buenas tardes Belén.
Me encanta leerte y generalmente suel estar de acuerdo con tus opiniones, aunque ya tengo más de 50 años y me dedico profesionalmente al mundo de las tecnologías, estoy estudiando Trabajo Social, y leyéndote a ti y Pedro Celiméndiz.
Un Saludo, es un placer.
¡Bueno, bueno, estudiando trabajo social! Bienvenido al mundo del masoquismo, jjajjajaja. Un abrazo.
Gracias Belén por escribir tan magnificamente lo que muchas de nosotros pensamos y sentimos.
Gracias a ti por tus amables palabras. Un abrazo.