5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
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El blog de Belén Navarro
2 de agosto de 2020 / 85 Comentarios
Esta es la última entrada de la temporada. Todas estamos agotadas. Han sido unos meses muy duros, parece obvio recordarlo. El coronavirus ha puesto a prueba las costuras de los sistemas de protección social o más bien ha destapado sus vergüenzas, que son las nuestras. Hemos tenido que improvisar en una crisis para la que ninguna administración estaba preparada y, claro, los resultados han sido manifiestamente mejorables.
Como ya he dicho en otras entradas, no creo que la pandemia nos haya enseñado nada. Estoy convencida, en cambio, de que ha hecho aflorar las graves deficiencias de nuestro estado de medioestar. También las de muchos —demasiados— profesionales de ayuda con escasa formación tecnocientífica. Este es un término de Joan Canimas cuya reflexión abrió mi entrada anterior. Trató sobre el libro de ética que el Consejo ha publicado recientemente.
Adelanté asimismo que escribiría acerca de algunas ideas que me sugirió. Una de ellas es qué tipo de profesionales queremos ser o qué tipo de profesionales ha demostrado la COVID-19 que ya éramos. Veamos si soy capaz de hilar un buen argumento.
El trabajo social, sobre todo la perspectiva crítico radical, ha tenido que lidiar con un origen poco heroico. Teresa lo explica magistralmente en la cita del inicio. Sorprendentemente no somos las únicas. Nuestro origen tiene mucho que ver con el de otras profesiones de ayuda menos sospechosas, no obstante este tema quedará relegado a la próxima temporada.
La vida sigue igual. Los profesionales del Trabajo Social en contextos altamente burocratizados, al estar desbordados por la realización de trámites, apenas tienen tiempo para el trato personalizado. A esta presión burocrática, hay que añadirle la lógica impersonal, abstracta y excesivamente técnica y racionalista (Idareta y Ballestero, todas las cursivas son suyas).
Las instituciones de ayuda funcionan con una lógica más dirigida a la contención y al monitoreo que al cuidado y la emancipación. También porque es difícil separar control de ayuda es por lo que Canimas define el trabajo social como una profesión de alto riesgo ético.
Siguiendo a Sarah Banks, esta dinámica neoliberal de organización y provisión de ayuda potencia el discurso dominante en trabajo social (que) anima a mantener las emociones fuera de la ecuación. Estos contextos laborales, burocráticos y disciplinantes generan dos tipos de profesionales del trabajo social.
Las profesionales defensivas son las más proclives a dejar las emociones fuera de la ecuación en nombre de una supuesta objetividad profesional. Asimismo actúan conforme a las reglas por las que se rige la institución; cumplen con sus deberes y responsabilidades, definidos por la institución y la ley; no consideran necesario asumir ninguna responsabilidad extra si se han seguido las reglas y los procedimientos pertinentes. De este modo, al cumplir con su deber, satisfacen los de la institución para la que trabajan.
Por su parte, las profesionales reflexivas aprenden que están preparadas para asumir responsabilidades morales y reconocen que los valores personales y los institucionales pueden contraponerse; es así el profesional el que tiene la responsabilidad moral de tomar decisiones sobre tales conflictos.
Son conscientes de que tanto las emociones propias como las ajenas siempre juegan un importante papel en la relación de ayuda. Saben que pueden contribuir tanto a generar vínculo profesional como a dañar a quienes se pretende ayudar. Les prestan atención y además tratan de formarse para alcanzar la excelencia.
Las profesionales defensivas tienden a depositar la toma de decisiones fuera de su competencia profesional. Demandan constantemente directrices, criterios e instrucciones que les dicten como actuar. En cambio las profesionales reflexivas hacen uso de la formación tecnocientífica para valorar y decidir. Tratan de ir más allá de lo estrictamente establecido aunque acaban siendo llamados al orden por sus fallos o errores.
De este modo, toman rápidamente conciencia de que el que no cumple con lo que se le ordena, pierde. Es así como la lógica burocrática se normaliza y legitima reduciendo al profesional a simple gestor con un tiempo limitado para cumplir acrítica y obedientemente con el encargo.
Durante el confinamiento he observado con claridad meridiana como emergían las dos clases de profesionales en las redes sociales, charlas online, etc. Aunque, una vez más, se produjo un falso debate en la profesión, esta vez relativo a si la atención debía ser presencial o telemática. Se trató de un falso debate porque se sustentó sobre un pensamiento simple de buenos (quienes querían atender presencialmente) y malos (quienes se negaban).
Como siempre, se ignoró la complejidad que encierra una decisión como abrir o cerrar en plena pandemia. Se imponía introducir elementos tales como si se disponía de EPIS, si había alternativas de atención, si había población que necesitaba atención presencial, etc. Por lo tanto la cuestión no era abrir o cerrar sino ponderar, valorar y decidir poniendo (o exigiendo) los medios adecuados en cada opción.
El trabajo social es una profesión ansiógena, qué duda cabe. Tenemos una función de regulación social que aceptamos a regañadientes y criticamos frecuentemente. Ayudar a las personas es muy costoso emocionalmente, sobre todo cuando colisiona el principio de autonomía con el de bienestar. Las instituciones, por si fuera poco, tratan de modelar nuestro rol, como explicaba más arriba. Es difícil decidir qué tipo de profesionales queremos ser cuando la institución premia sistemáticamente a las profesionales defensivas.
A veces desempeñamos funciones que no nos gustan, como todas las relacionadas con los contextos de control o certificación de pobreza, es cierto. Sin embargo esas funciones en ningún caso son incompatibles con realizar un desempeño reflexivo. Una labor ética y científica incluye manejar el encargo social. Diferenciarnos del rol impuesto por la institución cuando sea necesario es importante. Se puede.
Las profesionales defensivas sufren menos, es evidente, pero las profesionales reflexivas disfrutan más y trabajan mejor. Por supuesto están más expuestas a la vigilancia implacable de la institución. En este sentido son muy útiles las tesis de Teresa Matus y su caballo de Troya. Es un buen símil para ir introduciendo pedacillos de justicia social donde podamos, como podamos. La cuestión es evitar batallas perdidas y jugar aquellas partidas que tengamos la esperanza de ganar. Tejer alianzas con quienes se presten a ello es clave.
Estoy segura de que en muchas profesionales defensivas un día habitó una profesional reflexiva. También opino que muchas profesionales defensivas recién graduadas lo son por ignorancia. A muchas nadie les ha enseñado un adecuado desempeño. Ni en la carrera, ni durante las prácticas.
El coronavirus, como decía al principio, ha puesto de manifiesto qué tipo de profesionales ya éramos. Es verdad que ha habido profesionales del trabajo social que no han estado a la altura de la situación. Contrariamente hay otras que han demostrado lo que ya eran: grandísimas trabajadoras sociales. Qué tipo de profesionales queremos ser es fácil, basta con emular a muchas de nuestras compañeras.
Por eso quiero cerrar esta temporada recordando a las compañeras recién graduadas con sueldos precarios, turnos extenuantes y condiciones indignas. A las jóvenes que contra viento y marea dan lo mejor de sí mismas cada día y tratan de aprender con denuedo para hacer un buen trabajo social.
Quiero poner en valor el trabajo de las compañeras docentes, no siempre comprendido. Ellas también han contribuido y contribuyen a hacer del trabajo social una magnífica profesión.
Y muy especialmente quiero homenajear a miles de trabajadoras sociales veteranas. Mujeres que, agotadas por el teletrabajo y los cuidados, se han conectado a las charlas online desde las habitaciones de sus hijos adolescentes. Que, con la pila de ropa planchada detrás como decorado, se han abierto en canal para contar su sufrimiento y sus inseguridades. Mujeres con veinte años de ejercicio tiradas en la carretera o en instalaciones insalubres que siguen creyendo que lo podrían hacer mejor.
Muchas de ellas, a pesar del cansancio acumulado por semanas infernales, buscan un hueco para leer las reflexiones en el blog de esta compañera. Quien suscribe lo agradece porque además de dar sentido al blog hacen comentarios amables que me alegran la vida.
Yo os pido, profesionales reflexivas, que no permitáis que la vida o el trabajo os robe vuestra energía. Vosotras, con vuestro desempeño, sois magia. Sois las hijas y las nietas de las brujas que ningún inquisidor pudo quemar ¿Lo sabíais?
85 Comentarios
querida Belén
unos días más tarde, quiero agradecerte mucho el post i el hecho que los profes de la universidad podamos acercar reflexiones de grandes profesionales como tu a nuestro alumnado.
Pensar en la clave que propones sin duda nos facilita formar futuros profesionales valientes y que no se rindan fácilmente. Futuras colegas que saben qué es el trabajo social, lo sienten y lo viven con pasión. Así, u solo así podemos avanzar en una profesión comprometida con la sociedad.
¡¡Sigue escribiendo!!!y mil gracias por tu retorno a cada una de ellas. besos desde la Lleida de la niebla a nuestras amigas y amigos de tierras almerienses.
Es unos de los artículos más sinceros que he leído, en donde por fin se expresa el valor que tienen todos aquellos profesionales que acaban de graduarse y empiezan a trabajar. tienes toda la razón, pero también creo que a veces la situación de cada persona hace que acepte aquellos trabajos de muchas horas y que están mal pagados. También creo que hoy en día nos valoramos más y creemos ciegamente lo que valemos como profesionales.
en general ha sido una lectura interesante que nos ayuda a darnos un golpe de realidad que nos rodea y que aun falta mucho trabajo por delante para mejorar todas aquellas dificultades como trabajadores para ser valorados y respetados. muchas gracias por hacerme reflexionar.
Diana, muchas gracias. Es importante hacer estos ejercicios, con las personas que atendemos, también: Cuando nos equivocamos, cuando sufrimos, cuando no podemos hacer más. Si son genuinos, los agradecen ¡Un abrazo!
Hola Belén, soy alumno de tercero de trabajo social de la Universidad de Lleida.
Bonitas y sabias palabras que me han dado para reflexionar y plantearme que tipo de trabajador social me gustaría ser el día de mañana.
La conclusión que saco como bien has dicho es que las profesionales defensivas sufren menos pero las profesionales reflexivas disfrutan más y trabajan mejor. Personalmente me siento mas identificado con el profesional reflexivo ya que creo que tienes el valor de asumir más responsabilidades morales que para mi son primordiales y terminas decidiendo según tu propia opinión sin tener que contentar a nadie, evidentemente siempre que la opinión este contrarrestada i bien justificada.
Espero algun dia poder llevarlo a la práctica!
¡Muchas gracias Belén!
Me da, David, que lo vas a hacer genial ¡Un abrazo desde el sur del sur!
Buenas tardes Belen,
En primer lugar, darte las gracias por tu aportación , estoy muy de acuerdo con tu escrito, y des mi punto de vista quiero compartir mi opinión en primer lugar con la pregunta que nos haces que dice «¿Qué tipo de profesionales queremos y podemos ser?» esta és una muy buena cuestíon y yo pienso que el tipo de professionales que queremos ser y podemos ser és en el entorno/ámbito en el que trabajamos y con las personas que interactuamos.
Hola, Sandra, gracias por comentar, el problema es que a veces el entorno (institucional) pide una cosa y las personas que atendemos, otra. El truco es saber manejar ambas cosas. Recibe un fuerte abrazo de esta trabajadora social encantada de que la haya leído.
Buenas tardes Belen,
En primer lugar, darte las gracias por tu aportación , estoy muy de acuerdo con tu escrito, y des mi punto de vista quiero compartir mi opinión en primer lugar con la pregunta que nos haces que dice «¿Qué tipo de profesionales queremos y podemos ser?» esta és una muy buena cuestíon y yo pienso que el tipo de professionales que queremos ser y podemos ser és en el entorno/ámbito en el que trabajamos y con las personas que interactuamos.
Buenas tardes Belén
primero de todo darte las gracias por escribir este post ya que considero que es muy importante reflexionar acerca la essencia de nuestro trabajo, del camino que queremos tomar y qué tipo de profesional queremos ser. respecto al articulo comparto totalmente tu opinión. al fin y al cabo como trabajadores sociales tenemos como función principal prevenir
y actuar ante las carencias y necesidaes sociales tanto individuales como colectivas.
Me gustaría ser un professional reflexivo, puesto que creo que ayuda más alhora de saber empatizar y crear vínculo con el usuario. també creo que hay un problema de burocràcia en nuestra tasca y qué nuestra intervenció deberia de ser más directa como profesionales.
Hola, Laurel, sí tenemos un problema con la burocracia, sí, tendremos que «torear» de la manera más favorable a las personas ¡Muchas gracias por comentar!
Buenas tardes Belén! Soy alumna de tercer grado de la UDL. Primeramente agradecerte esta magnífica reflexión que me ha parecido muy interesante. Como una futura trabajadora social considero que es importante saber gestionar emociones y saber intervenir en todo tipo de conflictos de una manera adecuada y empatica. Des de mi punto de vista me decantaría por la postura de trabajadora reflexiva ya que considero que a parte de ser más profesional son las que mas disfrutan haciendo su trabajo y interviniendo de una forma mas empatica.
Gracias!
¡Bravo, Sonia! Has tocado un tema fundamental, la gestión de las emociones y disfrutar con el desempeño profesional ¿Sabes, Sonia? Si no se disfruta del desempeño, al menos un día a la semana, mejor dejarlo. Alba es un magnífico ejemplo de eso (tenéis una grandísima profesora, os envidio)
Buenas tardes Belén! Soy alumna de segundo año de carrera de Trabajo Social de la UDL.
Encuentro muy acertado tu post con los tiempos que corren y conjugarlo con la manera de ser y de hacer ante el trabajado social.
Considero que, si quieres ejercer esta profesión lo debes hacer porque eres una persona con sangre en las venas, porque llega el momento de afrontar situaciones complejas y acompañar a personas que realmente te buscan porque quieren y necesitan un apoyo para librar su batalla, vamos apañados. Estoy totalmente de acuerdo que debemos ser profesionales reflexivos añadiendo la autogestión de las emociones para que no nos influya en el momento de afrontar nuestro acompañamiento y no deteriorar nuestro vínculo con el usuario.
¡Olé, Karla! ¡SANGRE EN LAS VENAS, CLARO QUE SÍ!
Me ha encantado. Valiente, ahí… Es fundamental, el miedo y las medias tintas no nos llevan a ningún sitio.
Un fuerte abrazo.
Buenas tardes,
Soy alumna de Trabajo Social de la UdL, y estoy de acuerdo con lo de que los trabajadores sociales nos podemos dividir en profesionales defensivos o reflexivos. Si me pongo a pensar de `por qué he decidido ser trabajadora social es des de una perspectiva como profesional reflexiva, por su manera de querer cambiar las situaciones y mejor la calidad de vida de los usuarios, de como podría disfrutar mucho más del trabajo que podría ejercer y me pudiese llenar mi vida profesional.
Sin embargo, también creo que es necesario una parte defensiva para dejar un poco a parte las emociones propias, pensar de manera más objetiva según cada caso y seguir unas directrices de la institución correspondiente.
Es importante tener las dos partes para crecer como profesional.
Dicho esto, muchas gracias por tu reflexión!
Hola, Anna. El asunto es desempeñar un ejercicio ético y riguroso, desde la reflexión es posible.
¡Un fuerte abrazo desde Almería!
Buenas tardes Belén, soy alumna de tercero de trabajo social de la Universidad de Lleida.
En primer lugar, me gustaría decirle que me han gustado mucho las reflexiones y las ideas que has expuesto.
En segundo lugar, me ha parecido muy interesante la diferenciación entre profesional reflexivo y profesional defensivo. Por un lado, creo que ser un trabajador social reflexivo (a largo plazo) implica un agotamiento emocional importante. No obstante, creo que también es la mejor opción como profesional. Creo que habría que encontrar un equilibrio entre lo reflexivo y lo defensivo, ya que existen muchos profesionales y todos son muy distintos entre sí.
En definitiva, cada profesional tiene que decidir como quiere ejercer su profesión de la mejor forma posible.
¡Muchas gracias!
Hola, Núria. Habitualmente las profesionales defensivas sufren más el burn out o queme profesional que las profesionales reflexivas. Otra cosa es el estilo profesional, que, como bien dices, es diferente en cada caso.
¡Gracias por comentar!
Buenas tarde Belén,
En primer lugar me gustaría felicitarte por esta cierta y real reflexión sobre nuestra profesión (o futura profesión).
Me has hecho reflexionar, en el aspecto de que cada uno vive su profesión a su manera, aunque no siempre sea la correcta. Algunos aún creemos en una forma de hacer trabajo social más allá de la burocracia, los protocolos y todo lo que eso conlleva.
La aparición de esta pandemia, no solo nos ha aportado cosas negativas, sino que también nos ha permitido ver de que madera está hecha cada profesional.
También me has recordado algo clave para los profesionales del trabajo social. La importancia del vínculo entre profesional y usuario. La importancia de saber escuchar, acompañar y entender a nuestros usuarios. Aunque, aún no haya podido tener la oportunidad de trabajar en el mundo del trabajo social, no tenga la experiencia que algunos de vosotros tenéis, me he dado cuenta que el día que lo haga entraré con mucha ilusión, ganas y energía, para hacerlo de la mejor forma posible.
Muchas gracias!
¡Ilusión, ganas, energía, claro que sí! Súmale autoevaluación constante y formación sistemática y serás la súper trabajadora social del mundo mundial ¡Un abrazo!
¡Buenas tardes Belén! Soy alumna de cuarto curso del grado en trabajo social en la Universitat de Lleida.
En primer lugar, darte las gracias por tus magníficas palabras y por haberme hecho reflexionar tanto sobre el tema. Ya que estoy en plena formación y el hecho de ver esta diferencia entre profesionales, me hace ratificar más mi pensamiento sobre qué tipo de profesional quiero ser el día de mañana y cuál no.
Y en segundo lugar, desde mi punto de vista, no concibo un/a profesional del trabajo social que únicamente se limite a seguir directrices. Creo que es una profesión, la cual sin quererlo, nos remueve los sentimientos y hace que nos impliquemos, poniendo un granito de nuestras emociones en cada intervención. Pero supongo que luego, en la práctica, todo esto cambia y no todos actuamos de la misma manera.
Muchas gracias de nuevo.
«No concibo un/a profesional del trabajo social que únicamente se limite a seguir directrices». Estoy por enmarcar la frase. Has dado en la clave. Enhorabuena, Mar.
Buenas tardes, soy alumna de la UDL. Me parece muy interesante esta la reflexión. En primer lugar, creo que el coronavirus ha dejado en evidencia muchas de las deficiencias del sistema, pero a la vez nos ha enseñado aquellos aspectos a mejorar. Como futura trabajadora social me decantaría por la postura reflexiva, aunque sea las más castigada, son las que más disfrutan del trabajo siguiendo sus pensamientos y moral. Des de mi opinión creo que es muy importante crear un vínculo y empatizar con el usuario. Gracias!
El vínculo, Mireia, es la llave que abre la puerta de la relación de ayuda, así que vas muy encaminada ¡Muy bien!
Buenas tardes, soy alumna de la universidad de Lleida y estoy cursando Trabajo Social. En primer lugar me gustaría darte las gracias por escribir este post, creo que es muy importante reflexionar sobre que tipo de profesional queremos ser y cual somos en realidad. Me gustaría aclarar que yo aun no estoy ejerciendo pero cada cual se conoce como para saber que tipo de trabajador social es. Dicho esto, estoy de acuerdo con lo que dices respecto a que la misma institución es quien marca el ritmo y dicta un poco como deben actuar sus profesionales, pero también es verdad que cada una decide como quiere actuar dentro del límite. En mi caso me gusta y prefiero pensar que seria una trabajadora social reflexiva, para mi es más importante la atención que se da a los usuarios, y no tanto seguir extremadamente lo que dicte la entidad y hacer más caso a la moralidad; pero se que me identifico más con el tipo de profesional defensivo aunque no me guste tanto. Espero que cuando ejerza de trabajadora social tenga el valor y sea capaz de ser del tipo reflexivo.
Muchas gracias por tus palabras y felices fiestas!
Dèlia, es de una gran madurez y honestidad tu comentario. Te lo agradezco y te envío un fuerte abrazo.
Buenas tardes Belén
Soy estudiante del tercer curso de trabajo social en la UDL (Universitat de Lleida) y pienso exactamente igual que tu.
Al fin y al cabo, los trabajadores sociales son profesionales que tienen como funciones prevenir y actuar ante las carencias sociales que sufren no solo personas individuales, sino familias y colectivos especialmente vulnerables.. En definitiva, analizan la situación en concreto y de acuerdo con los medios disponibles, establecen un plan de acción. Es por eso, que necesitamos que los futuros trabajadores sociales (me incluyo) seamos profesionales reflexivos, puesto que como dices, son profesionales conscientes de que tanto las emociones propias como las ajenas siempre juegan un importante papel en la relación de ayuda, y lo que tenemos que tener claro es que estamos tratando con personas, no con objetos.
El problema, desde mi punto de vista es que el trabajador social dedica demasiadas horas a la burocracia y es por eso, que pienso que tenemos que revertir esta situación reservando la intervención directa para los profesionales, mientras que el trabajo más burocrático y administrativo, se podría asumir con Soportes Administrativos para que los trabajadores sociales nos centremos en aquello que es realmente importante, la intervención
¡Ay, Alex, en esas estamos, tienes mucha razón! Un fuerte abrazo.
Alumna UDL
Gracias por esta gran reflexión, como futura trabajadora social considero que hay que conseguir saber gestionar las emociones, empatizar con el usuario y que la burocracia no llegue a predominar por encima, estas ideas, des de una perspectiva de una alumna que aun no tiene ninguna experiencia, suenan bien, pero me gustaría convertirme en una profesional reflexiva, aprender de los errores y seguir avanzando.
Gracias!!
Laura, estoy segura de que serás una gran profesional (tienes buenos docentes y buena actitud) ¡Un abrazo!
Ser trabajadora social es una profesión de alto riesgo no solo ético y moral. Las emociones, tanto propias como ajenas, juegan un importante papel en la relación de ayuda.
Es cierto que apenas tenemos tiempo para el trato personalizado pero es que las instituciones no piensan en el cuidado a la persona, de echo hemos improvisado en una crisis de la cual ninguna administración estaba preparada.
A mi parecer, creo que una buena profesional es aquella que trata de ir mas allá de lo estrictamente establecido. La burocrática tiende a ser quien no cumple con lo que se le ordena, pierde ya que la administración nos ve como robots que solo gestionan las demandas.
Por mi experiencia profesional, puedo decir que ayudar a las personas es un sacrificio muy costo, aunque personalmente creo que es más gratificante el estar a la altura de una buena trabajadora social (porqué si quieres tener un trabajo administrativo, este no es tu trabajo.).
Luchar contra aquello o aquellas personas que tu crees (bajo tu criterio) que no consideres buenas profesionales, tiene que darte más fuerza para llegar a tu objetivo de ser como realmente quieres ser en tu profesión.
Amén, Alba ¡Un abrazo!
Buenas tardes, soy una alumna de la UDL, primero de todo quería agradecerle por tus palabras y las grandes reflexiones sobre las diferentes ideas expuestas.
En mi opinión me ha parecido muy interesante la cuestión de ¿qué tipo de profesionales queremos y podemos ser?, ya que como futura profesional me parece un tema interesante del cual tratar, sí que es verdad que considero que cada persona tiene su manera de pensar y actuar y que aún nos queda mucho que descubrir sobre nuestra futura profesión, pero si tuviera que escoger un tipo de profesional en el cual me gustaría ser me quedaría en el profesional reflexivo, ya que como muy bien has expuesto aunque sean los más castigados también son los que disfrutan más con todo lo que hacen y los que profundizan más en su trabajo y en generar grandes cambios.
Pues Iris, con eso que dices ya me ha valido la pena escribir la entrada ¡Gracias por comentar!
Encuentro muy acertada está reflexión, como futura trabajadora social, me gustaría ser una profesional reflexiva, dado que considero que es una postura mucho más profesional y te ayuda a empatizar más con las personas a la hora de realizar una intervención, sin dejar de lado la profesionalidad ni sobrepasar barreras, ya que una cosa no quita la otra.
¡Olé, Carla! EXACTO: Una cosa no quita la otra.
Alba Pirla, esta chica, como el resto, lo ha pillado jjajajjajaja…
Buenas tardes Belén, soy alumna de la udl y he realizado las prácticas en servicios sociales, y no puedo estar más de acuerdo con tus palabras.
Que razón tienes, el coronavirus ha puesto a prueba los sistemas de protección social, pero sigues creyendo que no nos ha enseñado nada como sistema? Yo pienso que es cierto que ha demostrado que hay muchas deficiencias pero también, ha aportado conocimiento sobre todo lo que tenemos que mejorar, que puede que antes no tuvieramos tan claro el que, como y porque.
En referencia a que las instituciones de ayuda funcionan con una lógica dirigida a la contención estoy totalmente de acuerdo. Se estan poniendo parches pero da la impresión que en algún momento ya no servirán. Además, así se intensifica más la función dominante.
Mi opinión sobre lo que escribes sobre el tipo de profesional, pienso exactamente como tu, que las reflexivas son las más castigadas por el sistema, cuando en realidad, són las que más canvios quieren provocar y finalmente, acabamos siendo algo que no queremos ser, y acabamos fallando a nuestros propios principios. Pero, como expones y he podido observar, las profesionales reflexivas disfrutan mucho más de lo que hacen y pienso que és porque llegan a lo más profundo y el cambio que generan és más valioso como profesional, ya que también generas más vinculo y relación con el usuario.
Mi objetivo, sin duda, es llegar a ser una profesional reflexiva, y espero conseguirlo.
Tengo que admitir que me he emocionado con tus palabras, porque creo que las trabajadoras sociales en servicios sociales, que es lo que yo he podido observar, hacen un trabajo increíble y más con la situación actual, y aún así intentan seguir siendo trabajadoras sociales reflexivas…es admirable.
«¿Sigues creyendo que no nos ha enseñado nada como sistema? Yo pienso que es cierto que ha demostrado que hay muchas deficiencias pero también, ha aportado conocimiento sobre todo lo que tenemos que mejorar, que puede que antes no tuvieramos tan claro el que, como y porque»
Me estás haciendo pensar, demonios…
Un fuerte abrazo.
Alumna UdL.
Gracias por tus palabras y hacer reflexionar tanto sobre este tema. En mi opinión, me ha parecido muy interesante la denominación de profesional reflexivo o defensivo. Creo que cada profesional tiene su manera de actuar y para ser bueno tiene que tener un poquito de todo para ser crítico y sabio. Saber que se puede hacer dentro de los límites de la profesión y la ley, eso sí, sin nunca perder la esencia de uno mismo ni sus ideales. A veces nos encontramos entre la espada y la pared, entre lo moral/reflexivo y lo que quiere la institución/defensivo, es aquí, en un intermedio, dónde me gustaría llegar.
De nuevo, gracias!
No perder la esencia de una misma es clave, Laura. Sí, señora…
Buenas tardes, soy Jorge Fernández, un estudiante del segundo curso de Trabajo Social de la UDL.
Creo que no hay un ningún de profesional que sea perfecto, ya que todo tienen virtudes y defectos. Debido a esto, creo que lo que debemos hacer como futuros trabajadores sociales, es conocer los tipos más importantes de profesionales que existen y crear nuestro propio tipo basándonos en aquello que nos parezca más positivo de cada uno de los tipos, teniendo en cuenta que estos factores sean compatibles, de manera que cada profesional tenga su propia manera característica, individual y única, a la vez que efectiva. En mi caso, creo que hasta cierto punto, podría identificarme como un profesional defensivo, pero en ciertos casos, me gustaría poder ser capaz de moldear mis esquemas y ser capaz de tomar decisiones basándome en mi propia moral y pensamiento de lo que es correcto, o mejor para el usuario en cuestión. Creo que lo mejor (al menos pensando en mi bienestar a largo plazo), sería tomar la actitud defensiva, ya que la carga emocional que tendría que soportar sería menor, sin embargo, no creo que apartar las emociones completamente de una intervención sea lo mejor, sino que pienso que lo ideal sería saber gestionarlas adecuadamente en un punto de equilibrio en el que la persona sienta que está tratando con alguien a quien le importa su situación, pero siendo suficientemente precavido de no ser afectado en exceso por los casos.
El problema, Jorge, de los profesionales defensivos es que a la larga se queman más y además por el camino se pierden muchas cosas preciosas, te lo aseguro…
Un abrazo.
Buenas tardes Belén, como alumna de la UDL, después de leer tus palabras y reflexionar sobre las diferentes ideas que las docentes nos han ido exponiendo, espero poder conseguir ser una trabajadora social reflexiva. Para mí, es importante tener en cuenta que muchas veces todas nos encontraremos con muchos pasos de burocratización, pero espero recordar siempre (aunque opino que una lo lleva dentro, la pasión que sientes por tu profesión) lo importante que es acercarse a los usuarios, escucharlos y darles todas las herramientas necesarias. La reflexión después de leer el texto, me recuerda a la ilusión que tengo por poder aportar un granito de arena en nuestra sociedad, pero recordando cumplir con el deber de todos y no únicamente de la institución, que en muchas ocasiones no se encamina en lo correcto hacía unos servicios sociales de calidad.
Gracias por tus palabras y reflexión!
«Lo importante es acercarse a los usuarios, escucharlos…» EXACTO, sin prejuicios y con curiosidad. ¡Un abrazo desde el sur del sur! En días claros podemos vislumbrar África desde la sierra de G´ador.
Muy grato volver a tu blog Belén y en especial en esta última entrega. Feliz verano!!
¡Hola, Paco! Muy grato encontrarte. Espero verte por aquí en septiembre. Un fuerte abrazo y feliz verano para ti también.
Me ha encantado tus reflexiones Belén, muy buenas y oportunas, te las agradezco mucho y lad voy a compartir. Siempre he pensado que no trabajo para una institución, por el contrario “mis jef@s” son las usuarias que están fuera de ella. Esto me ha permitido seguir animada a trabsaar, a formar y a formarme, despues de mas de 35 años, pero no ha sido fácil y sigue sin serlo. Otros ss sociales son posibles!!! Besos
¡Olé y olé por las veteranas comprometidas! Y sí, la ciudadanía son nuestros jefes pues en realidad pagan nuestra nómina, sí señora. Un abrazo.
Muchas gracias Belén por tus reflexiones y por ejercer de Faro que resitua social y éticamente cuando el mar está revuelto.
Gracias, Mila, por tus amables e inmerecidas palabras ¡Feliz verano!
Buenas tardes Belén… no tengo el gusto de conocerte personalmente, pero agradezco que compartas reflexión ideas y creo que vida desde el trabajo social… eso, sin duda, dinamiza y enriquece nuestro hacer.
Creo que enfrentas un tema medular que daría para mucho….
¿Qué profesionales queremos-podemos-debemos ser?… mirarnos con autocrítica y honestidad, no escondernos detrás de respuestas fáciles…
Un pero… en mi opinión y experiencia las cosas no suelen ser blancas o negras… más bien grises… no se si somos defensivas o reflexivas…. me pregunto más bien ¿qué hay en mi hacer de defensivo?… ¿qué hay de reflexivo?… encontraré de ambas… me guste más o menos…
Gracias por ayudarme a pensar… buen descanso
Hola, José Luis, gracias. Es interesantísima tu reflexión. Opino lo mismo, de hecho considero que en el debate atención presencial vs teletrabajo han faltado grises. El asunto es que en el blog, sobre todo si se pretende ofrecer un tono pedagógico a veces hay que simplificar, pero sí, las cosas no son blancas ni negras. Muchas gracias por comentar. Prometo entrada al hilo de tu reflexión. Un abrazo.
Belén! Te leo por primera vez. Gracias por expresar un sentimiento compartido y por visibilizar a un gran número de profesionales entre las que me incluyo que creemos en una forma de hacer trabajo social más allá de burocracia, el papeleo y los procedimientos….está pandemic creo que ha permitido ver la “ madera de la que cada persona está hecha”…..espero poder seguir leyéndote a menudo. Feliz verano!
Es muy agradable encontrar trabajadoras sociales comprometidas como tú. Espero verte también por aquí… Un abrazo.
Buenos días Belen,
Disfruta de las vacaciones y te vuelvo a leer en septiembre.
En general quiero pensar que somos, más las reflexivas, pero cuanto ruido hacen las otras-otros y que poco pudor tienen para hablar en alto…y como enturbian las relaciones y las organizaciones.
Un abrazo y buenas vacaciones. Cheli
Sabias, muy sabias palabras, Cheli. Yo lo vivo a diario. Buenas vacaciones para ti también. Un abrazo.
Belén, realmente acertada tu reflexión seguro que sirve para ello. Es una cuestión recurrente en nuestro ámbito.
Un abrazo
Fantastica descripción de las profesionales y sus contextos. Feliz descanso, Belén.
Gracias, maestra. Un beso…
Eso espero, Ana María. Muchas gracias por comentar….
Buf…genial haber encontrado tu blog y genial el post, me ha gustado mucho…aunque descubrir que ya soy veterana cuando tengo la misma ilusión, ganas y energía que hace 21 años se me ha hecho raro, cómo pasa el tiempo, tanto aprendido, tanto por aprender y tanto que compartir. Gracias
María del Mar, llevas exactamente los mismos años que yo en esta profesión. Bueno, somos veteranas, sí, en experiencia y sabiduría pero jóvenes en energía e ilusión. Por eso lo hacemos estupendamente ¿A que sí?
Un fuerte abrazo.
Compañera.espero en mi correo,que se produzca el milagro semanal de tu entrada.tus reflexiones me son un placer y un aliciente en la soledad del trabajo diario.DESCANSA Y DISFRUTA,
Miguel Ángel, solo tu comentario hace que valga la pena sentarse a escribir todas las semanas. Te lo agradezco muchísimo y espero seguir siendo una agradable compañía. Un fuerte, fuerte abrazo.
Excelente Belen, esto que escribes, junto con la convivencia en el sistema de modalidades de atención aparentemente superadas como la caridad y la beneficencia, con muchísima más presencia de lo que en principio pudiese parecer, conforman un grave problema y es muy grave porque lo tenemos dentro. Que buen artículo Belén, muchas gracias. Te animo a que escribas más sobre esto.
Belén, que pasada de entrada… Y que final. Somos las brujas que un día no pudieron quemar!!!!! 💜💜
Muchas gracias, brujilla…
Hola, Eladio, en realidad he escrito mucho sobre el asunto, pero te prometo seguir haciéndolo. Muchas gracias por comentar ¡Espero que nos sigamos leyendo en septiembre! Un abrazo.
…no te olvides del Trabajador Social, compañero, hombre, profesor ….
…Falso debate se sustenta sobre un pensamiento simple,el contundente contenido del articulo excede un tema de brujas o faunos.sin acritud y lo femenino, esta correctamente contextualizado,…en ningun aquelarre cayeron …machos.
No me olvido, compañero, uso el genérico ‘personas’ en todas mis entradas. Personas profesionales, personas atendidas… De hecho al final me refiero a mujeres en concreto porque quise señalar la sobrecarga que las mujeres veteranas han padecido. Un abrazo.
Gracias Belén por esta guinda en el suculento pastel que es este blog, y gracias a las compañeras y compañero por los comentarios. Me encanta tu forma de presentar, proponer e invitar a la reflexión. Para algunas compañeras y algunos compañeros eres un estímulo , como el abono para las plantas, para otros y otras, un potente revulsivo, para todos y todas, semillas. Puede que tu veas, con esas capacidades que tienes, el jardín, la huerta o el bosque del futuro de la profesión. Nosotros y nosotras vemos que algunas flores, verdura fresca o árboles incipientes, tienen y tendrán, en tu apoyo, su origen.
Disfruto al verte citar a compañeras y compañeras de mismo modo que me gusta citarte, hablar de ti. Mi trabajo mejora solamente con leerte.
Muchísimas gracias, Carlos. Opino que efectivamente brotan plantas verdes maravillosas que harán crecer la profesión…
Gracias Belén . Un aire fresco que remueve y pone los puntos sobre las ies, dando siempre en la diana.
¡¡¡¡¡¡ Miedo me da, que te cargues todavía más de energía, porque no voy a poder seguirte!!!!!!
Mucha alegría y diversión.
Un abrazo fuerte
Gracias a ti, compañera, por comentar. A mi se me agotan las pilas, te lo juro, pero prometo volverrrrrr fuerte. Muacks!
Gracias Belén por tu reflexión compartida.
Para mi refuerza algo que ya muchas voces autorizadas de nuestra profesión están señalando.
¿No sería apasionante que lideremos la transformación del sistema de servicios sociales?
¿Hay vida más allá del sistema público de servicios sociales actual?
Yo creo que sí.
Felices vacaciones
No sabes la ilusión que me hace que pienses que otros servicios sociales son posibles. Sobre liderar la transformación habrá sorpresas, ya os contaré… Un abrazo.
Belén, me ha encantado. Magnífica reflexión. Es un lujo enorme tenerte de compañera de camino…
Gracias por tus aportaciones tan necesarias como creativas y oportunas.
Un abrazo con el corazón.
Ya sabes, Manuel, que te admiro por lo que mi agradecimiento es mucho. Un fuerte abrazo y gracias por leerme.
Ohhhhh 😍😍 qué bonito Belén, me ha emocionado el final. Muy buen cierre de temporada! Ahora toca descansar para volver con renovadas energías! Aprendo mucho de tus post y eres un lujo como trabajadora social, reflexiva, claro!! Un abrazo!
Oooh muchas gracias, me pongo colorada!!! Otro abrazo de vuelta. Nos encontramos en septiembre…
Me ha encantado la entrada Belén, quizás por estar 100% de acuerdo. Gracias a tí, también, por hacer q seamos más reflexivas. Un abrazo.
Otro abrazo de vuelta, Enma, espero que nos encontremos a la vuelta. Muacks!
¡Muchas gracias, Belén, por compartir tus sabias y oportunas reflexiones!
¡Feliz descanso! Un abrazo.
Gracias a ti. Un fuerte abrazo!!!