5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
12 de abril de 2020 / 10 Comentarios
¿Por qué salir del armario? Porque creo, francamente, que en muchos casos existen diferencias entre lo que se dice en los corrillos profesionales y el proceder ¡Incluso con lo que se escribe para los congresos! No necesariamente hay intención, puntualizo. Por eso, ahora que el confinamiento ofrece un privilegiado espacio para la reflexión invito a pensar, permíteme el atrevimiento. Lo poco que tiene de positivo este encierro es la magnífica oportunidad que nos brinda a algunos para hacerlo. Otros solo pueden pensar en su propia supervivencia, razón de más.
Estoy segura de que no todo el mundo se agarra a la gestión de ayudas económicas y hay muchas compañeras que realmente agradecerían que desapereciera la certificación de la pobreza de su desempeño profesional en servicios sociales. Vayan mis disculpas por delante y mi apoyo para que continúen empujando en esta dirección.
Agrupo en tres grandes bloques las resistencias a abandonar el protagonismo en la tramitación de la garantía de ingresos. Pretendo abordarlos en tres entradas —parece el cuento de Ricitos de oro y los tres osos, con sus tres camitas y sus tres cuencos de comida—. A lo que voy. El primer bloque lo constituyen las resistencias expresadas hacia la implantación de una renta incondicional, o sea, la renta básica universal (RBU). Las segundas y más importantes están relacionadas con nuestras creencias (que no suelen expresarse con claridad). Las terceras, por su parte, se asocian al papel del sistema público de servicios sociales si se nos exime de la gestión de ayudas económicas.
Voy a dedicar esta entrada, muy brevemente, a la primera de las resistencias, la referida a la RBU. Como sabemos, las rentas pueden clasificarse con distintos criterios, entre otros, en condicionadas (a algún requisito) o no condicionadas, es decir incondicionadas. Dentro de las rentas condicionadas, el requisito puede ser únicamente los ingresos, como el IVM puente, o pueden estar condicionadas al seguimiento de un programa de inserción, como es el caso de las rentas mínimas ampliamente conocidas.
Las reticencias hacia la RBU son cada vez menores. Lógico si atendemos al hecho incontestable de que el empleo, tal y como lo conocemos, llega a su fin. Las transformaciones tecnológicas están provocando una desigualdad con un crecimiento exponencial, esto es casi obvio. No hay empleo para todos, o al menos para las personas que carecen de cualificación en este mundo supertecnificado.
Por otra parte, si no hay ingresos, no hay consumo. Zygmunt Bauman ya nos contó aquello de los consumidores fallidos en su libro Vidas desperdiciadas. A ver si van a ser demasiados consumidores fallidos y es por eso que personajes tan poco sospechosos de izquierdismo como Luis de Guindos ya están abogando por la renta básica. Bien es cierto que, como dice el autor de este artículo, el diablo está en los detalles, y hay sustanciales diferencias entre los planteamientos de la izquierda y de la derecha, pero ¡ojo! no en lo que concierne a la renta básica, sino en el papel del estado de bienestar tras la implantación de esa supuesta RBU.
Otros autores y autoras opinan que si Europa ha comenzado a perder el miedo a la RBU es porque el mayor mayor que se está instaurando entre los poderosos, también del resto de occidente es a las insurrecciones de las masas, cada vez más empobrecidas. Ahí está, sin ir más lejos, Chile, por citar algún ejemplo. De cualquier forma la RBU está cada vez más cerca. Otra muestra: El mejor artículo para entender la RBU de un tirón que he encontrado está ¡en el Observatorio Social de La Caixa! ¿Por qué entonces no aprovechar la sinergia? ¿Qué tememos? Trabajadores sociales ¡Salgamos del armario! Digamos la verdad.
Para quienes tienen dudas concretas sobre algunos aspectos de la RBU, el periódico digital La Marea ha lanzado un consultorio de urgencia con respuestas a cargo por David Casassas, un experto en la materia, miembro de la Red Renta Básica y autor de este libro, que por cierto estoy leyendo.
De todas las críticas que recibe la RBU más bien pocas se refieren a la medida en sí. El otro día vi un debate organizado por el Instituto de la Mujer que me dejó de plástico: Todas las (sorprendentes) críticas que la RBU recibió por parte de las ponentes, representantes de un sector del feminismo se refirieron a su incapacidad para subvertir el orden patriarcal ¡Como si la RBU por si sola pudiera subvertir el patriarcado. O el capitalismo! Tan sano y robusto lo uno como lo otro.
Recibir algo a cambio de nada no es nuevo: Que se lo digan a todos aquellos que viven exclusivamente de las herencias que reciben. A la aristocracia. A los hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de Amancio Ortega, Bill Gates, Jeff Bezos, etc. Y de otros no tan ricos, pero lo suficientemente adinerados para tener una prole de ociosos que ocupan las portadas del cuore ¿O a qué se dedican los Martínez Bordiú? Me ahorraré otros ejemplos regios. Que la RBU se traduzca en recibir algo a cambio de nada tampoco es exacto pues todos, repito, todos pagamos impuestos.
La RBU no es la solución a todos los problemas relacionados con la exclusión social, es verdad, ni tampoco se pretende que así sea. Como ya he dicho, no creo que sea la palanca para subvertir el capitalismo ni el patriarcado, pero es a día de hoy la mejor herramienta para garantizar la supervivencia material y promover cierto margen de libertad para la mayoría social. No se trata de recibir algo a cambio de nada —como en el caso de las herencias— se trata de garantizar nuestra existencia por el mero hecho de ser personas. No se me ocurre ninguna iniciativa mejor para ser peleada.
Analizaré la frase lapidaria de recibir algo a cambio de nada y otras muchas creencias en la próxima entrada. Saldrá el miércoles. La tercera, el viernes. Espero que te aporten ideas para la reflexión. Esa es mi intención. Y si por lo pronto te puedo convencer para que al menos te plantees la RBU aún mejor. He venido a rondarte, como dice la canción. Hasta el miércoles.
PD. Sigo publicitando mi nuevo canal de telegram. Interesantísimo, oiga.
10 Comentarios
Buenos días Belen, te conocí ayer en la charla del COTS «Garantía de ingresos». Un verdadero placer, de veras.
Como bien dijiste, una de nuestras principales labores como TS es hacer pedagogía sobre la ciudadanía, tarea verdaderamente complicada en mentalidades prehistóricas donde el «recibir algo a cambio de nada» es intolerable.
Adoro mi pequeña población (5000 habitantes) y a mi gente, donde vivo y ejerzo como TS, por ello confío en la consecución de la equidad en todos sus niveles. Espero con ansias la segunda entrada. Saludos
¡Hola, Inma! Es un placer conocerte (virtualmente). Después de esta entrada escribí dos más que conforman la trilogía. La segunda es «Vivir con la gorra» y la tercera «Como Billy Elliot», las tienes después de esta. Muchas gracias por tu interés.
PD. Me encanta el trabajo social rural. Volveré a él…
Gracias, Belen, aunque sabemos que no es una apuesta-milagro, es una apuesta por la libertad y la redistribución justa…, es una manera de reclamar Elo derecho a una vida digna algo más libre de sometimientos.
Me encanta tu blog, me encantas tu….
¡Gracias, salerosa! Me alegras el día.
Gracias Belén por tu aportación y por el acierto en plantearlo de esta manera estructurada y original que estimula el debate abierto y la reflexión como dice Teresa. Fundamental la siguiente entrega referida a «recibir algo a cambio de nada», que subyace en algunos postulados.
Que tengamos salud!
Uno de los aspectos a tener en cuenta de la RBU es que evita la estigmacion de los colectivos más vulnerables, necesario y previo a la dignificacion y empoderamiento de esas personas.
Os imagináis realizando una intervención social sin la presión de tener que garantizar lo más básico? Un sueño
Besos guapísima
Qué razón tienes, sería fantástico. Un beso…
Gracias por comentar, Paco. Sí, las creencias son a mi juicio las culpables de esta especie de rueda de hámster en la que parece ser que nos encanta encerrar a la gente empobrecida. Un abrazo desde Almería.
Muy buen planteamiento, Belén, claro y conciso. Ojalá estimule la necesaria reflexión sobre este tema tan importante. Porque la RBU no solo va a liberar y dignificar a las personas que no tendrán que declarar su situación de carencia económica, sino también liberará y dignificará a las trabajadoras sociales que ya podrán dedicarse a los cometidos de su profesión que, entre otras, está la de ayudar a las personas a acceder y aprovechar sus oportunidades y ligaduras o vínculos.
Gracias, Teresa, esa es la intención. Sobre todo me interesará explicarme muy bien en la segunda entrada, espero conseguirlo. Un abrazo.