5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
6 de diciembre de 2019 / 2 Comentarios
Confieso que estoy enganchada a la 2. Entre los muchos programas de la 2 que me trago hay uno que me encanta. Se llama El cazador de cerebros y lo conduce un muchachico muy simpático de impronunciable nombre de Despeñaperros hacia abajo: Pere Estupinyà, escritor y divulgador científico. También soy asidua de Página 2, de la 2 noticias, del documental del mediodía y por supuesto de Saber y Ganar, al que mi cuñado Quique ha rebautizado como Saber y Roncar.
El 25 de noviembre emitieron en El cazador de cerebros una edición titulada Combatir el sexismo. Ese no lo he visto aún y no es del que vengo a hablar, lo menciono por las feministas que andáis delante de la pantalla. Quiero comentar el capítulo titulado Ser feliz en Dinamarca porque me dio mucho en que pensar, no solo en lo profesional sino también en lo personal debido a que me encuentro en una fase, digamos, de transición. Vayamos a lo importante, es decir, a las cuestiones que me interesaron relacionadas con el asunto de los servicios sociales, el trabajo social y esas cosas.
El título del programa responde al ránking que ha ocupado Dinamarca en el informe mundial de la felicidad que la ONU elabora cada año. Se trata de una lista que mide la felicidad colectiva. Aunque en 2019 ha ganado Finlandia Dinamarca es el país que más veces lo ha encabezado, por esa razón Pere Estupinyà se marchó allí a investigar el secreto de los daneses. Descubrió cosas bien interesantes, la primera en la frente: eso de que España es un país feliz gracias al sol, la playa, las tapas y la fiesta es un mito. Si bien nos encontramos en el primer tercio de la lista, ocupamos el último lugar de los países de Europa.
Ello se debe a dos factores, uno, que el sol, las fiestas, las tapas, etc. no son por sí mismos factores relevantes para ser felices. Para que, por ejemplo, el sol proporcione felicidad hay que experimentar lo que se denomina felicidad por contraste, es decir, no tener sol todos los días para apreciarlo cuando aparece y nos regala su luz y calor. Nosotras en cambio estamos acostumbradas a vivir con él. Llamadme conspiranoica, pero pensaba viendo el programa que propagar esta idea de la marca España como país feliz con nuestra idiosincrasia sin igual en el fondo responde más a taparnos las vergüenzas que a atraer turismo, no sé si me explico.
El otro factor que explica nuestro discreto trigésimo puesto en el mundo es que España a pesar de su color especial padece problemas que nos restan felicidad, uno de ellos lo señalaré más adelante; antes cabría preguntarse: Si nuestra manera de vivir es tan particular como supongo lo será la del resto de países del mundo ¿Tiene sentido hacer una lista mundial?
Va a ser que sí. Según la evidencia científica, las personas somos sorprendentemente iguales en lo que nos hace felices, razón por la que se puede medir la felicidad colectiva y elaborar este tipo de listas. Sostiene Terry Eagleton que los individuos somos todos especiales por eso en realidad nadie lo es. Debo señalar que esto ya lo dijo una visionaria como Eva Santamaría en Eurovisión 1993 ¡Todos los hombres son tan especiales que han conseguido ser todos iguales! (Mi carrera hacia la viejunez es meteórica)
La pregunta es ¿Qué factores pueden contribuir a la felicidad colectiva de un país? En el instituto danés de la felicidad (alucina vecina con el organismo) determinan seis:
REM & B´52
Shiny happy people
2 Comentarios
Bueno, amiga, buscar la felicidad en lo banal es algo que nos ocurre absolutamente a todo el mundo. La sociedad nos empuja a eso, creo que es algo que todas compartimos. Por otra parte, sí, creo que hay que buscar la felicidad en lo importante (la salud, etc.) y también pienso que deberíamos tener más en cuenta lo de la felicidad por contraste. Desde que trabajo lejos de mis amigas disfruto con mucha más intensidad los momentos en los que estoy con ellas (vosotras). Creo que disfrutar de la vida depende mucho de saber valorar esos momentos. Un abrazo enorme.
Aquí aprovechando como bien dices los días de descanso. Déjame decirte que después de leerte y haciendo autocritica mañanera me siento un poquito también buscadora de una felicidad algo banal, quiero decir, que yo misma (por no hacerlo tan global) debería pararme a analizar que es lo que determina mi felicidad. Me siento muy identificada cuando me paro y me doy cuenta de que lo que ellos consideran fundamental, es lo que luego se traslada en felicidad. Conclusión para Rocío:hay que quedarse con lo realmente importante, eso que no produce felicidad inmediata, pero que a la larga… Será genial. A veces pienso que debería ser algo menos superficial y nadar al núcleo. Gracias Belén por hacerme pensar…por hacerme sentir.