Si los muertos permanecen entre nosotros, hoy deben de soportar un día muy extraño. Los cementerios, lugares de silencio, cada uno de noviembre son invadidos por ruidosas hordas de vivos que limpian y acicalan las tumbas de sus seres queridos; opino que en algunos casos lo que se limpia en realidad es la conciencia por aquello que hicimos o dejamos de hacer en vida del finado ¡Las cosas, en vida! dicen en mi pueblo las personas mayores, y no les falta razón, al menos que yo sepa.
Quizá los cementerios sean los únicos lugares civilizados donde reina el silencio y es que los seres humanos no sabemos vivir sin ruido ¡hemos inventado hasta máquinas de
ruido blanco! de hecho escribo esta entrada mientras escucho con mis cascos a Bach. Si estamos solos en casa, encendemos la TV o ponemos música, si convivimos con alguien solemos hablar la mayoría del tiempo de cualquier cosa y si alguien se queda callado lo usual es pensar "algo le ocurre", cuando lo más lógico sería suponer que a lo mejor no hay nada que decir.
No siempre es malo estar en silencio, al contrario, a veces una simplemente se encuentra bien o apetece no hablar, sobre todo a quienes nos pasamos el día haciéndolo. A mí me ocurre.
Paul Watzlawick en su ya clásica Teoría de la comunicación humana planteaba que es imposible no comunicar. Desde esta perspectiva el silencio también es comunicación. En intervención social quedarse callada y manejar los silencios es una de las primeras cosas que hay que aprender y sin embargo son cuestiones muy dificultosas para las profesionales y más al principio de nuestra vida laboral. Además de que la mayoría de nosotras hemos padecido una ruidosa socialización (no digamos en España) nuestro trabajo nos obliga a escuchar historias que pueden llegar a resultarnos muy dolorosas y encima estamos entrenadas para actuar. Queremos curar la tristeza. Queremos decir algo que obre la magia. Queremos que la gente nos escuche y siga nuestros consejos. Actuar para transformar.
Hoy, uno de noviembre, hago un alegato por un trabajo social menos charlatán y más Fujitsu.
Silencio.
Jorge Drexler
Silencio
6 Comentarios
Me encanta que la música te guste, yo no puedo vivir sin ella. Muchas gracias por tu reflexión…
Muchas gracias Belén. Me has hecho reflexionar. A veces necesitamos pensar, escuchar más sin decir tanto y sin actuar. ¡ igual pensamos que con nuestra "charlataneria actuante" vamos a cambiar de repente al de enfrente. ¡Qué ilusas ¡¡.
Habrá que romper la socialización interiorizada tan en el fondo.
Comparto tu entrada y de nuevo te agradezco compartas tus ideas.
La música precisa y preciosa
¡Gracias!
¡Claro que sí! y con respecto a acompañar, me has dado una idea…
Bravo! (Bajito y no digo más)
Magnífica entrada Belén! Compartir el silencio es tan reconfortante, tambien es acompañar…