El griterío ensordecedor que llevamos soportando desde hace semanas oculta otros tantos sonidos que claman afónicos por ser noticia y resuenan desgraciadamente lejos, muy lejos. El sufrimiento de la gente es relegado de nuevo, sustituido ahora por la agitación de trapos rojigualdas de diferente combinación o la novedad del blanco pret a porter; algunos trapos se adornan con pájaros de mal agüero, otros son agradables a la vista. Malditas sean las banderas a veces. Benditas otras.
El caso es que la música militar nunca me supo levantar, y yo, incapaz como soy de callar la boca, cargo con una equidistante mala reputación que no me acarrea más que disgustos ¡Mira que dejarme la paz interior en el otro bolso! (Esta frase es de
Alicia en el país de los gilipollas, sin embargo no me he podido resistir a robársela, que también es tendencia).
El pasado 6 de octubre el gobierno hizo un hueco en su apretado plan en pos de la unidad de España para aprobar el nuevo
bono social eléctrico. Ya el pasado verano se publicó el borrador y la Asociación de Directoras y Gerentes
puso el grito en el cielo por el marrón que se nos viene encima a los servicios sociales. Publicaron una
nota de prensa que conviene leer, más que nada para que esto nos coja confesadas. Dejo por aquí
esta herramienta, igual es de utilidad.
Imagen vía eleconomista.es
Por otra parte,
Susana Díaz ha conseguido aprobar los presupuestos de Andalucía para 2018. Unos presupuestos mucho expansivos, mucho sociales y mucho andaluces. Para conseguirlo ha tenido que recortar unos flequillos con Ciudadanos, su socio de gobierno. Poca cosa:
la práctica eliminación del impuesto de sucesiones,
reducción de impuestos a las bolsas de plástico, y alguna que otra rebajilla fiscal más ¿Quién dijo que bajar impuestos es de izquierdas? Por lo pronto, las tasas de las escuelas infantiles han subido este curso escolar, la sanidad andaluza se resquebraja, las listas de espera de dependencia continúan siendo insoportables y el próximo decreto de salario social no presagia nada bueno. Eso sí,
los universitarios y universitarias andaluzas no pagarán matrícula si su rendimiento escolar es bueno ¡sin importar el nivel de renta! El PSOE de Andalucía, en síntesis. Aquí ya estamos acostumbradas.
Susana Díaz y Juan Marín vía elimparcial.es
Volviendo al impuesto de las bolsas de plástico, su reducción no tendría ninguna importancia si no fuese porque septiembre ha sido el mes más seco del siglo XXI. O porque en 2016 ha habido 24 millones de personas desplazadas por desastres naturales. O porque 2017 ha sido el peor año de incendios forestales del decenio. Todas ellas, noticias de esta semana.
No quiero acabar sin mencionar la pesadilla que han vivido mis vecinas de Murcia por oponerse a la construcción del muro del AVE y, sobre todo, aplaudir la lucha vecinal de estas gentes, la única buena noticia reciente que recuerdo. La próxima semana, malo, el día 16, EAPN-ES presenta el VII Informe sobre Pobreza en España. Ojalá me equivoque. Aunque, ahora que lo pienso, la próxima semana la NOTICIA es el XIII Congreso de Trabajo Social de Mérida, así que lo que me toca es ir pensando en hacer la maleta: camisetas, alguna chaqueta, zapato cómodo... ¿Dónde demonios habré puesto la paz interior?
Toumani Diabaté, Sidiki Diabaté y Fatoumata Diawara
2 Comentarios
Hola, compañero, me ha encantado tu comentario. Es verdad que hay cierto desánimo, pero no lo es menos que hay que mirar hacia adelante con paso firme y mirada larga. No conozco a Vygotski. Apuntado queda. Un abrazo de vuelta para tu tierra, una maravilla de verdor que nos ciega a los almerienses.
Buen día:
Últimamente observo un sentimiento de desánimo. Cierto es que la coyuntura actual y futura exige seguir luchando y defendiendo nuestra profesión.
Pero más allá de lo que anda mal podemos mirar atrás y ver todo lo que hemos hecho, mirar a los lados y seguir haciendolo, mirar hacia adelante e ilusionarnos con los proyectos a futuro. Vygotski defendía la zona de desarrollo proximal, ese espacio entre lo que puedo hacer y lo que puedo llegar a hacer con ayuda. Si esto lo unimos a la idea de ambito de preocupación; ámbito de influencia, teniendo claros nuestros límites y recursos, nos queda mucho por hacer.
Albergo cierto optimismo y creo que esto puede cambiar, auqnue muy despacito.
Salu2 y un fuerte abrazo