El defensor del pueblo andaluz ha presentado este martes 24 de mayo su
Informe Anual 2015, en el que se refleja todo el trabajo realizado y le brinda la ocasión de tirar de las orejas a las administraciones públicas, es decir, a quienes las formamos, que nos lo merecemos más de lo que nos gusta reconocer ¿Cierto?
El informe contiene datos bien interesantes sobre servicios sociales y dependencia (que manía separar ambos conceptos), pero voy a centrarme en el epígrafe relativo al
Programa de Solidaridad de los Andaluces o salario social, que es como lo conocemos. Bien, el salario social es la renta mínima de inserción que padecemos en Andalucía. Al margen de consideraciones académicas sobre las rentas condicionadas o no, el modelo sobre el que se sustenta nuestro salario social es cutre-pero-cutre porque no se sabe si es una renta condicionada exclusivamente a ingresos o una renta de inserción. Su pilar jurídico es además un decreto de chichinabo, el
Decreto 2/1999, de 12 de enero, que regula tan poco que convierte la prestación en algo cuasi alegal.
Es el salario una prestación de mierda verdaderamente insuficiente en una comunidad, Andalucía, con la mayor tasa de riesgo de pobreza de España (un 37%), donde el 55,0% de la población no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos en 2015, solo por detrás de Canarias y en la que somos campeones en pobreza infantil, datos para la vergüenza todos ellos, recién sacados de la
Encuesta de Condiciones de Vida del
INE.
Si será Andalucía una comunidad pobre que los profesionales de servicios sociales no conocíamos el
índice AROPE y cuando hemos empezado a usarlo hemos comentado que no nos sirve para hacernos una idea porque la inmensa mayoría de las familias a las que atendemos son, según este índice, pobres de solemnidad.
La verdad es que no sé por qué me preocupo, Susana Díaz, nuestra presidentísima, es una mujer de recursos y ¡Alehop! saca de la chistera
soluciones creativas que ya ha aplicado en sanidad y está preparando con cariño para servicios sociales a través del proyecto de ley, esa otra joya legislativa de nuestra Andalucía y olé ¡Ay qué coraje más grande!
¿Por qué es, en definitiva, tan malo el salario social? Porque tarda una media de 9 meses en ser aprobado, con retrasos que han llegado hasta el año, porque su regulación deja fuera a una importante masa de población, porque solo puede percibirse 6 meses al año, porque su regulación y tramitación es de una complejidad sospechosa y en definitiva, por las
palabras del defensor del pueblo andaluz que lo dicen todo:
"El Ingreso Mínimo de Solidaridad o Salario Social no responde a las necesidades de la población demandante. Los retrasos en el pago, los recursos destinados, a todas luces insuficientes, el nivel de cobertura y los cambios producidos en la población no cubren las expectativas que existían sobre este Programa. Es por ello que se considera un programa obsoleto que no da respuesta a las necesidades de la población y escasamente cubre los objetivos con los que se concibió, por lo que se considera agotado en estos momentos y necesaria su sustitución".
Una prestación indigna es el salario, nada extraño en estos tiempos de indignidad, por ello quiero finalizar esta entrada haciendo un modesto llamamiento a salir a las calles el sábado con las
Marchas de la Dignidad a luchar por todo lo que nos han robado.
PD. Todo mi respeto y apoyo a los / las profesionales que tramitan el salario social. No tienen ninguna culpa de gestionar miseria y lo hacen con la mejor de las disposiciones. Me consta.
En comunidades pobres como Andalucía y Castilla la Mancha
afortunadamente tenemos talentos como estos dos músicos:
El Kanka (Málaga) con Rozalén (Albacete)
Volar
¿Tú que opinas?