Últimamente parece ser que el voluntariado / caridad / solidaridad es la solución a todos los problemas sociales en este país. Me tiene fascinada el asunto. Telemaratones, cuestaciones, obras de caridad y donaciones ¡la cosa tiene narices! No hay más que ver la siguiente imagen.
La prueba de que es posible recortar en prevención del cáncer y pedir limosna para luchar contra el cáncer, a la vez.
Esta imagen es indignante pero no casual. No es casualidad el interés de las televisiones por emitir programas como
Tiene arreglo, ni es casualidad el auge de iniciativas de voluntariado caritativo/filantrópico, como tampoco son casualidad las apariciones del famoseo pagando operaciones a niñitos con enfermedades tan puñeteras y tan injustas que parten el corazón. Eso lo sabemos todos ¿verdad?, como también
sabemos a qué responde esta explosión de solidaridad sin precedentes.
Que quede claro. No es mi pretensión hacer un alegato contra el voluntariado ni contra la solidaridad. Ni mucho menos. La solidaridad es positiva siempre, punto. Por su parte, el voluntariado bien entendido es una magnífica vía de participación social y una valiosa herramienta para los servicios sociales; hay muchos casos individuales y familiares de servicios sociales en cuya resolución el voluntariado ha tenido un papel bien relevante. Vaya por delante mi reconocimiento hacia las personas voluntarias, pues.
Mi intención es otra muy distinta. Pretendo demostrar en esta entrada que del mismo modo que hay casos en los que el voluntariado juega un papel crucial, en otros la intervención del voluntariado es un obstáculo para su resolución. Es más, puede llegar a empeorarlo todo. Sí. Me explico: algunos casos requieren ser observados desde una exclusiva mirada profesional.
Mª Jesús Brezmes, una trabajadora social y consultora a la que me gusta prestar atención, dijo una vez en un curso que recibí: el profesional es la persona que sabe mirar más allá, que ve donde otros no miran. Me pareció una definición maravillosa. Creo, incluso, que esa mirada profesional en ciertas ocasiones es incompatible con el peligroso sentido común del voluntario-a (por voluntario-a no incluyo trabajadores sociales, psicólogas, educadores... que trabajen gratis) ¡Mira que me cuesta decir esto de peligroso sentido común, con el cariño que yo le tengo al sentido común, el menos común de los sentidos!
Para que se entienda mi argumentación, sirva de ejemplo un caso en el que venimos trabajando el psicólogo del centro y la que suscribe (la educadora entrará en breve). Se trata de X, de 53 años de edad, viudo, residente en una infra vivienda aislada en una zona rural y muy alejada del núcleo urbano del municipio. No tiene hijos. No tiene trabajo. No tiene ingresos. No tiene a nadie. Solo se dedica a beber de forma abusiva y continuada. Come sólo si una hermana suya le lleva algo.
El caso llega a servicios sociales a través de cierta ONG. La hermana de X habla con el sacerdote y éste deriva el asunto
a la tal ONG que comienza a intervenir
con X, sin éxito. Sólo han conseguido que X les pida dinero, dinero que luego emplea en bebida. Es, además, cada vez más exigente con la ONG. Ahora no saben como parar el asunto y han pensado derivarnos el asunto
a nosotros, justo cuando el asunto
está más liado que la pata de un romano, no sin antes ofrecernos
su diagnóstico
y el proyecto de intervención subsiguiente: X debe ser llevado a un centro de desintoxicación alcohólica a la mayor brevedad porque todos los problemas que tienen vienen de su consumo abusivo de alcohol y no se le puede dar dinero ni nada porque lo malgasta.
¿Qué crees que estamos haciendo?¿Está mejorando la situación de X con una intervención profesional?
Tendrás que esperar. Esta entrada forma parte de una iniciativa en la que me ha enredado Arantxa Hernández, profesora de la asignatura Sistematización de la práctica profesional
, en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Valladolid. El próximo lunes estaré con ellos en clase a través de videoconferencia, si la tecnología lo permite, y trataremos de resolver el caso con una mirada profesional. Mientras tanto, los alumnos que leáis la entrada dadle vueltas al asunto
¡nos vemos el lunes!
Para el resto, el próximo martes, el desenlace.
Entrada dedicada a las alumnas y alumnos de cuarto de trabajo social de la Universidad de Valladolid y en especial a Javier Fernández Martín, fiel seguidor de este blog. ¡Menuda época os ha tocado para salir al mundo laboral!
¡A brindar por el aguante!
19 Comentarios
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Totalmente de acuerdo, es muy diferente hablar de un caso cuando tú eres el responsable que cuando lo ves desde fuera. Es interesante que los compañeros den su opinión porque a veces estamos tan metidos de lleno en los casos que se nos escapan cosas pero la injerencia es HORRIBLE. ¡Gracias por comentar!
Sobre el voluntariado no me voy a pronunciar porque no voy a descubrir nada que ya no se haya dicho en los comentarios anteriores y que respeto totalmente.
Yo me quiero centrar en el voluntariado o voluntarismo entre compañeros de trabajo. El/la tipico/a compañero/a que con el objeto de serte de ayuda es más un handicap en el trabajo diario. La típica persona que se mete en todo, a todas luces con objeto de servirte de ayuda, pero que acaba por desmoronarte el plan de intervención que tenías trazado de antemano con tus usuarios. Es muy fácil opinar y trazar planes desde la barrera ¿No crees?
Suscribo tus palabras. Buenísimo cierre ¡gracias por comentar!
Me parece una buena crítica sobre las situaciones que vivimos hoy en día, exponiendo ese ejemplo concreto como referencia, y sabiendo que hay otros tantos que no salen a la luz.
Según observo en los medios, parece ser que están de moda los programas de caridad, dónde vemos lo buenos que son los presentadores y su equipo, que aportan cierta cantidad de dinero a personas que "supuestamente lo necesitan", cerrándonos a los profesionales del Trabajo Social las puertas a la verdadera intervención, y como bien señalas, es, en un momento extremo cuando esas personas son derivadas a los Servicios Sociales.
Es muy sencillo para una gran empresa repartir dinero en momentos como los que estamos atravesando, pero la realidad es mucho más dura, ya que a esos programas lo único que les importa es la audiencia,¿ Y que mejor tema a tratar que las miles de familias desfavorecidas que hay en nuestro País?, ¿ Qué mejor que atribuir a un canal televisivo la etiqueta de que "todavía queda gente buena en este mundo"?
Con todo esto solamente me queda una conclusión: Zapatero a sus zapatos.
La verdad es que tengo pendiente escribir sobre el trabajo en equipo, pero, entre tú y yo ¡me da pánico! Gracias a tí por leernos. Otro abrazo para ti
Muy interesante, me ha encantado, yo he tenido esas experiencias, no con voluntariado sino con miembros del equipo de trabajo, esa es otra, cuando otros/as profesionales, se creen que saben lo mismo que tú…Gracias Belen, es un placer profesional leeros a todos los que escribis en los bloggs,me ayudais continuamente con vuestros conocimientos y perspectivas..Un abrazo
Las puntualizaciones son de lo más oportunas Rocío, no puedo más que estar plenamente de acuerdo, y, es verdad, el voluntariado es un colectivo muy maltratado, por desgracia ¡gracias por comentar
Superinteresante!! El tema me toca, y es que habría que diferenciar tanto… Me gustaría aclarar varias dos cosas:
1. Hay que tener en cuenta la clase de entidad sin animo de lucro que es. Hay muchas entidades que tienen profesionales cualificado que son capaces de intervenir en el caso, derivar a los distintos recursos y dar un servicio profesional y de calidad. (En la mayoría de los casos de "emergencia social o desamparo" se deriva a los Servicios Sociales y se trabaja en conjunto, que sería lo ideal).
2. El voluntariado, JAMAS JAMAS JAMAS debe atender un caso como el que se presenta. Pero ¿Que ocurre en muchos casos con el voluntariado? Que no está formado para saber cuando deben entrar profesionales y como se debe de hacer. Este voluntario podría ser un complemento en la ayuda por ejemplo cuando la persona X salga del centro de atención al alcohólico que le han propuesto, o en la ayuda de la búsqueda de empleo…
Creo que el voluntariado es un colectivo muy maltratado. Está maltratado porque se abusa de él. Es muy fácil tener a una persona gratuita (prometiendo en algunos casos un puesto de trabajo) en una entidad sin animo de lucro. Con esto se desconoce mucho la labor real del voluntario, que por cierto, ejecutando planes de voluntariado reales y que cumplan con la Ley puede ser una experiencia preciosa (a mi hacer un voluntariado me descubrió mi vocación del Trabajo Social).
Y bueno no me quiero enredar mucho más, espero con impaciencia el desenlace!
Un beso!!!!!!
Gracias a tí por comentar!
Me parece muy interesante y acertado el tema que has tratado, y más teniendo en cuenta las ofertas de trabajo que se están comenzado a lanzar , en las que requieren de profesionales cualificados como los trabajadores sociales para realizar su trabajo de manera voluntaria… Por otra parte el caso práctico, en el que se refleja perfectamente la necesidad de atender a las personas desde una perspectiva profesional, me ha llamado bastante la atención,incluso antes de leer que los alumnos y alumnas de cuarto de trabajo social debían reflexionar sobre el mismo. Empezaré a reflexionar y lo compartiré con mis compañeros ya que soy una de las alumnas de la clase en concreto. Gracias por dedicarnos una parte de tu blog y por tus aportaciones.
Has dado en el clavo al usar la palabra complementariedad. ¡Bravo!
Gracias por comentar
La foto….muy buena, ilustra perfectísimamente la defachatez, por decirlo suave, que padecemos en este país.
En cuanto al voluntariado…. necesariamente la búsqueda de la complementariedad.
Suerte con los alumnos y alumnas
Me ha gustado mucho que comentes en un tono tan conciliador. Cuando escribía la entrada tenía mucho temor a que hubiese personas que creyesen que mi intención era atacar a las personas voluntarias, cuando la realidad es que hacéis una labor maravillosa, el problema es precisamente el que tú apuntas. Suscribo tus palabras. Muchas gracias por comentar.
Interesantísimo lo que comentas, creo que tienes toda la razón. El problema es que un voluntario puede creer que tiene los medios necesarios porque muchas organizaciones deciden prescindir de profesionales, que cuestan dinero, a cambio de usar a los voluntarios de forma gratuita. ¿Y ahora quién se responsabiliza de la metedura de pata con este hombre?¿y del resto de meteduras de pata de los voluntarios? Pues nadie, porque no hay ningún responsable al que buscar, porque cuando se busca que se trabaje gratis se obtienen buenas intenciones (buenismo, como decís aquí), pero no profesionalidad.
Amen.
Muy interesante. Voluntarios y profesionales deberían poder coexistir sin problemas, pero eso sería si ambos entendieran claramente su papel. Un voluntario no debe sustituir a un profesional, ni viceversa. Pero el voluntariado mal entendido, unido al deseo de desmantelamiento del tercer sector, es lo que está provocando esta exaltación del buenismo y de que los espacios propios y de derecho de sus profesionales queden en manos del voluntariado, como si éste pudiera realizar lo que sólo puede hacer un profesional. Y en algunos casos, aún peor, casi "criminalizando" al profesional porque realiza algo que debería ser "gratis".
Ánimo a todos los trabajadores sociales y a todos aquellos voluntarios/as que dignifican este espacio desde la promoción de la justicia y solidaridad. Los servicios sociales no son cuestión de "buenismo" es una cuestión de derechos.
Me apunto lo del "buenismo" porque me ha encantado. He dejado la entrada a medias para que los alumnos le den vueltas al caso. Otro abrazo para tí y gracias por comentar ¡a brindar por el aguante con el buenismo!
Qué interesante lo que planteas Belén. Anda que no he visto destrozos ni nada en casos en los que se ha intervenido desde esa solidaridad (o "buenismo", como yo lo defino). Y tienes razón, cuando intentan sacar la pata del pozo en la que la han metido, pretenden además decirnos a los profesionales qué y cómo tenemos que solucionar el problema que, en gran parte, han ayudado a generar. Por lo demás, ya me voy acostumbrando a que nos dejes a medias… Espero, paciente, el desenlace. Un abrazo, este de verdad, solidario.