5 diferencias entre el trabajo social y los servicios sociales
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
15 de octubre de 2016 / 15 Comentarios
El blog de Belén Navarro
No se hasta que punto puede ser verdad, puede ser una hipotesis, pero tal vez ahora sintamos menos el nosotros y más el yo. Es una característica de la cultura "post", que no es necesariamente negativa pero es así. Los grandes himnos del pasado son himnos "nosotros", canciones que ayudan a sentir lo que de colectivo y común tiene la lucha y el objetivo. En las nuevas letras abunda el "yo" (...)
Una canción "yo" nos inspira, nos gusta, apoya nuestra posición personal, pero es difícil que acabe convirtiéndose en un himno que aglutina emociones y pensamientos colectivos (...) El relato creado es personal, no colectivo, no común.
(...) La pelea "yo" es muy cansada. Se produce bajo el signo del mito de Sísifo. Ese personaje mitológico castigado por los dioses a tener que levantar continuamente una piedra hasta la cima de una colina y que justo antes de llegar vuelve a rodar hacia abajo. Dicen los estudiosos de la mitología griega que no está claro la causa del castigo de Sísifo. Tampoco nosotros tenemos clara la causa de nuestro castigo. Tal vez sea que tenemos un exceso de yo incluso en la pelea colectiva.
(Fragmento de la entrada "Hoy ha sido un día duro" del blog de Joaquín Santos. Puedes leerla aquí)
Hola de nuevo:
Decía John Lennon en una de sus canciones que "la vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes". Qué razón tenía. Nadie podía imaginar, tan sólo hace cinco o seis años, que nos íbamos a ver
los españolitos
envueltos en este lodazal generado por lo que parecía una democracia y ha resultado
ser
a la postre una oligarquía cañí style.
La ciudadanía está hastiada y cabreada. Normal, las grandes organizaciones tradicionales, leáse partidos políticos, sindicatos, oenegés, colegios profesionales y suma y sigue han sido el escenario perfecto, en demasiadas ocasiones, para el despegue de carreras meteóricas individuales, bien planificadas en calculadísimas agendas ocultas plagadas de cafés, reuniones, comidas y otras prebendas. ¡Ojo, que no estoy en contra de las agendas, de lo que estoy en contra es estén ocultas!
En este punto siempre me acuerdo de mi amiga Mª Ángeles Gómez y las uvas del Lazarillo de Tormes; un libro de lo mejor que se ha escrito en lengua española (no atrasando al Quijote y sus followers los gerentes) y un fantástico ejemplo de la idiosincrasia española:
Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almorox, al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo dellas en limosna.
Acordó de hacer un banquete, así por no poderlo llevar como por contentarme: que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes. Sentámonos en una valladar y dijo:
-Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad,y es que ambos comamos deste racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partirlo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva. Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba adelante: dos a dos y tres a tres y como podía las comía. Acabado el racimo, sostuvo un poco el escobajo en la mano, y, meneando la cabeza, dijo:
-Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has comido las uvas de tres a tres.
-No comí -dije yo-; mas, ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres?
-En que comía yo dos a dos y callabas.
Es necesario hablar claro sobre estas prácticas que carcomen los cimientos de este país, reconocer asimismo que algo hemos tenido que ver los ciudadanos en el mantenimiento del sarao y dejarnos de mamandurrias para poder avanzar en la construcción de algo distinto.
Dicho esto, prosigo. La sensación de rechazo hacia los partidos políticos y el descrédito ganado a pulso que sufre la democracia representativa en general provoca reacciones de distinta clase en las personas con las que me voy encontrando en esto de la vida. Decía Joaquín en el párrafo anterior que en esta etapa sentimos menos el "nosotros" y más el "yo". Me parece muy acertado el razonamiento y opino que esta visión individual de la vida está muy relacionada con el rechazo hacia la democracia representativa.
Fuente: http://lavieestalamorte.blogspot.com.es
Planteaba también Joaquín que las personas tendemos, cada vez más, a movilizarnos desde posicionamientos individuales. Si mezclamos (y no agitamos) esta actitud con el descontento hacia los agentes sociales tradicionales obtenemos:
La gente no quiere ni oir hablar de partidos políticos ni sindicatos de clase ni nada por el estilo, mucho menos relacionarse con ellos.
Al ser estas organizaciones vistas como meras plataformas para trepar en la escala social, cualquier persona que tenga la desgracia de implicarse en alguna será percibida automáticamente por el resto de sus semejantes como alguien con intereses espurios.
Si a esta persona (sindicalista, militante de base de un partido...), además, se le ocurre participar en movimientos sociales 2.0. tendrá que convivir con la desconfianza del resto de sus miembros, que estarán al acecho permanente para desenmascarar cualquier intento de "politizar". Porque, como todos sabemos, dentro de los movimientos sociales 2.0. no hay ningún miembro con intereses oscuros ni agenda oculta a excepción de los "topos" de los partidos o sindicatos, claro.
Por otra parte, esta enfermedad posmoderna que bien podría llamarse inflamación del yo provoca que en los movimientos sociales cada uno de sus miembros estemos más preocupados por salirnos con la nuestra y/o subrayar la diferencia que por lograr puntos de encuentro en aquello en que estamos de acuerdo, o si no, me enfurruño y me voy.
¡Mucho cuidado con la inflamación del yo! Se han visto casos de extrema gravedad en los que el enfermo no se convierte en Sísifo, sino en Diógenes y me parece a mí que poco se arregla el mundo dentro de un barril o su equivalente posmoderno: en el sillón del escritorio vociferando contra el mundo desde las redes sociales.
En mi caso, dado que ya estaba harta de armarios de todo tipo, salí del armario político, y opté por mostrar a las claras mi militancia en IU y alternarla con mi pertenencia anterior a colectivos sociales. Algunas personas, de las habituadas a subrayar la diferencia y alcanzar el purismo ideológico, me preguntaban que cómo era posible que me afiliase a un partido que juega dentro del sistema. Yo contestaba dos cosas: una, que prefiero mojarme aún a riesgo de resfriarme y dos, que ni siquiera nuestra pareja es perfecta a nuestros ojos ¿cómo podría serlo una organización?
Esta salida del armario político me está costando no pocos quebraderos de cabeza, pero no importa porque es creo que es necesario contribuir con mi grano de arena a que los partidos cambien de una vez, a la vista está; los movimientos 2.0. no tienen la respuesta a todas las preguntas, aunque son más necesarios que nunca. En mi opinión son tiempos de conexión, de establecimiento de alianzas en aquello en que estamos de acuerdo y de confrontación dialéctica en aquello que nos separa. Mientras aquellos que queremos una verdadera democracia gastamos nuestras energías en enfrentarnos, el poder se frota las manos y continúa con su expolio a golpe de tijera.
Hasta la semana que viene
10 Comentarios
Me alegro de que hayas dado el salto y la salida del armario políticamente hablando para entrar en las filas del partido que sea, el caso es defender tus ideales a muerte, siempre con el respeto hacia las ideas de otros.
Mi padre (militante desde que tengo uso de razón de un partido de rojos) lo dice con otras palabras, pero el fin y el significado es el mismo: se pierde el espíritu que impregnaba España en los primeros años de la Democracia para pasar al individualismo y choricismo más absoluto. Lo triste es que tengo que darle la razón….
¡Gracias Teresa! Qué dificil es conseguirlo, pero esa es la idea ¿verdad?
Hola Belén: me ha encantado esta entrada. Una cosa: si en estos momentos de la historia podemos conjugar el yo con el nosotros, esto, la sociedad que montemos será de los mejor que ha sucedido en la historia. Bsss. Teresa
Gracias igualmente por comentar, la idea, como dices, es abrir el debate…
Gracias por la felicitación, Maru. El objetivo de mi blog es hablar sobre trabajo social y temas afines en un tono que invite a la lectura y el debate aunque ello vaya en detrimento de parecer académica, creo que el objetivo de las redes debe ser más profano. Difundiré tu vídeo y te seguiré por twitter. Un ciber abrazo desde la esquina de la península…
Igualmente muchas gracias por opinar en este blog. Suelo intentar mostrar mis opiniones de una manera muy clara e intento tratar asuntos espinosos con la intención de generar debate, por eso mismo soy consciente de que mis opiniones no tienen por qué ser compartidas. Esa es la riqueza del "diálogo". Como te decía, gracias igualmente por mostrar tu opinión, Begondina.
Hola,
Acabo de descubrir tu blog y me ha sorprendido gratamente como lo tratas. Justo estoy ayudando a difundir un vídeo que fomenta las vocaciones (una de ellas, Trabajo Social), ya que tanto se está hablando últimamente sobre que si hay que estudiar solo carreras con salidas, o con menos paro…cosas que no comparto ya que carreras vocacionales no deben ser truncadas por creencias como esa. Por ello me ha parecido interesante enseñarte este vídeo que te invito a compartir en tus plataformas para apoyar a los estudiantes que quieren estudiar ciertas carreras pero que a veces se les hace difícil porque las notas de corte que exigen son demasiado altas, y que además no se pierda la ilusión de llegar a ser lo que verdaderamente a cada persona le gusta.
Para cualquier cosa te invito a contactarme en mi twitter @Maru42.
El link al vídeo es: http://www.youtube.com/watch?v=hh-agBbx_qk
Un abrazo y enhorabuena por tu blog, lo recomendaré 😉
Es cierto, puede observarse cada vez más un avance del "yo" frente al "nosotros". Lo veo en las políticas que están llevándose a cabo en los últimos años, lo público (colectivo, "nosotros") retrocede y lo privado (individual, "yo") avanza a pasos agigantados. Lo vemos, por ejemplo, en Sanidad, Educación, Servicios Sociales… empieza a pasar, pero el futuro que se dibuja es que quien tenga dinero (individual) podrá decidirse por opciones mejor dotadas.
Ahora bien, también en los últimos años, las crecientes movilizaciones sociales creo que sí están retomando el "nosotros". Claro que, casi siempre, fuera de las organizaciones que conocíamos (partidos políticos, sindicatos, ONG…). No sé si se debe a un mayor individualismo de quienes se alejan/nos alejamos de ellos, o bien, de un olvido de lo colectivo por parte de esas organizaciones, muchas de las veces en favor de lo individual de quienes las han representado.
Es demoledor ver como cada día nos enteramos de un caso nuevo de enriquecimiento personal por parte de quienes deberían haber defendido y trabajado porj el bien común. Ya sé que no es cosa de ahora (recuerdo escándalos similares en otras épocas desde hace muchos años), sin embargo, creo que la sensación de abatimiento que vivimos, amplifica las consecuencias del despropósito.
No sé si, como el Lazarillo, lo hemos consentido, quizá no hayamos exigido suficientes explicaciones, o bien seamos "almas cándidas" que hemos creido en quienes nos representaban en diferentes ámbitos.
¿También hemos "vivido por encima de nuestras posibilidades" respecto a esto?
No sé, en esta ocasión no comparto todo lo que expones. Eso sí, me ha servido para reflexionar, como siempre.Gracias.
Begondina
Siempre ha habido gente que se identifica con distintas ideologías políticas, al igual que siempre han existido los que se han mofado de ese "seguidismo". Quizás ahora, las voces críticas se oigan más fuerte, fruto creo yo, de que a los primeros nos dejan constantemente en evidencia los políticos que defendemos en la calle. Si fue antes el huevo o la gallina, no lo sé, lo importante es que , como Organizaciones, comiencen a dar ejemplo democratizando sus sistemas de elección interna y mostrando cohererencia entre sus discursos, sus Estatutos y sus acciones. Creo que no es positivo refugiarse en el "todos son iguales", pero igual de peligroso me parece seguir viviendo de las rentas. Aunque esta vez haya cosas que no comparta, felicidades a ambos por vuestras respectivas entradas porque siempre abrís debates interesantes.
Belén. Te seguiré el hilo de la reflexión en otra entrada mía. Siempre he admirado tu valentía para afrontar los temas de frente. Lo curioso es que haya que hablar de valor por identificarse políticamente en una determinada opción política, sindical o social organizada. Son estas organizaciones las que han ayudado a construir lo que se destruye. ¿Por qué tienen que esconderse ahora? ¿Dónde estaban los que ahora las critican?