La lucha contra la violencia en la infancia es un imperativo de derechos humanos. Para promover los derechos de los niños, niñas y adolescentes consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño es esencial asegurar y promover el respeto de su dignidad humana e integridad física y psicológica, mediante la prevención de toda forma de violencia.
Preámbulo de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia
Gabriel y Daniel fueron arrancados de los brazos de su madre en 2017. Gabriel tenía once años y Daniel tenía tres. Un juzgado decidió que tenían que vivir con su padre, condenado por violencia machista. Su hermano mayor, Gabriel, pudo volver con su madre al cumplir dieciséis años, pero Daniel sigue viviendo con su padre.
Su hermano Gabriel ha difundido un video en el que denuncia la violencia que su padre inflige a su hermano Daniel, ahora de diez años de edad, con la esperanza de que alguien, por fin, pueda actuar con algo de cordura y de justicia con su hermano. Ellos, Gabriel y Daniel, son los hijos de Juana Rivas.
El calvario infinito al que la justicia ha sometido a Juan Rivas tiene un nombre: Manuel Piñar. Manuel Piñar ha reproducido la violencia a la que Francesco Arcuri sometió a Juana Rivas a base de sentencias machistas y retrógradas. No voy a detenerme en explicar ese calvario al que la justicia española e italiana ha sometido a Juana Rivas porque es de sobra conocido. Es tal la injusticia y la saña hacia Juana Rivas que se da la paradoja de que Francesco Arcuri no ha pisado la cárcel y Juana Rivas sí, y allí estaría si el gobierno no la hubiese indultado.
Mañana será otra nochebuena amarga para Juana Rivas y su hijo Gabriel. También para Daniel. Al menos les queda la esperanza de que la justicia italiana va a reabrir el caso al apreciar indicios de violencia hacia el menor.
4 Comentarios
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