Llevo un tiempo enfadada conmigo. Siempre he tratado de ser muy cuidadosa con las personas a las que atiendo y últimamente me encuentro en un estado, digamos, de cierta
laxitud y apatía. Esto que escribo no pretende ser una disertación sobre mí, así que puedes seguir leyendo sin temor a recibir una dosis de autobombo de esta que te escribe.
Como trabajadora social, opino que
hay detalles que son eso, detalles, pero
que otorgan calidez a la relación de ayuda. Uno de ellos es cerrar la puerta al iniciar la intervención si la propia persona atendida no lo hace. Otro es levantarse al terminar la entrevista y acompañar a la persona a la puerta. A mí me gusta acabar así, sobre todo si ha sido una entrevista tensa. Estas maneras y alguna más han formado parte de mi estilo profesional desde siempre.
Hace unas semanas me he percatado de que estoy comenzando a no cerrar la puerta. También he observado que comienzo la entrevista con personas con las que tengo confianza con la frase "qué quieres". Me cuesta salir a hacer visitas domiciliarias y me agotan las reuniones. En definitiva,
me desagrada la trabajadora social que en estos momentos habita mi cuerpo.
Quiero creer que no soy la única trabajadora social que se encuentra así. El contexto social que nos ha tocado vivir es demoledor y la actitud de lucha, o en su defecto, de resistencia, agota, eso es evidente. La cuestión que yo quiero tratar, en cambio, no es analizar las causas del queme profesional que algunos podamos estar padeciendo, sino como
detectar, en la medida de lo posible, este queme profesional (burn out me suena a ¡te da aaalaas!)
Para detectar nuestros errores y evitar llegar a la quemazón profesional total, creo que los trabajadores sociales deberíamos pasar una
ITV anual, esto es: cada año que nos manden una carta y nosotros vamos a un taller habilitado al efecto, en el que vamos pasando por unas máquinas que nos traquetean, nos inflan, desinflan, nos piden que gritemos, que abramos y cerremos los ojos, nos miran los bajos y si todo está correcto, nos pegan un post it en la frente que dice "hasta 2014".
Por desgracia, estos talleres aún no están en funcionamiento hasta que a algún amigo del PP se le ocurra montar una empresa del ramo (de las secciones de riesgos laborales de nuestras empresas no espero noticias) así que considero que
nosotros mismos deberíamos someternos a nuestra propia ITV anual, o si me apuras, semestral, en la que evaluemos nuestra acción profesional.
¿Cómo crees que deberíamos pasarnos esta ITV? ¿Qué aspectos de nuestra acción profesional deberían ser revisados? Yo voy a pensar en ello durante esta semana y la próxima trataré de ofrecer algunas pistas. Si se te ocurre algo, no dudes en comentar y lo incorporo.
Hasta la semana que viene.
M-Clan, siempre recomendable, el título de la canción me ha atrapado: "Roto por dentro"
12 Comentarios
Hola Belen, te acabo de leer por primera vez, te he descubierto a través de #CongresoTS, me alegra haberte encontrado porque hoy lo he estado comentando a una compañera como me sentía y la sensación tan mala, que tengo conmigo misma y lo mal que estoy comportándome profesionalmente en estos últimos meses. Me ha gustado leer tu entrada, me he dado cuenta que hace un par de años que no tengo a nadie en practicas y si que es verdad que es un esfuerzo pero también el entusiasmo que transmitimos cuando somos alumnos en practicas ventila mucho, un saludo
Comparto sensaciones, costumbres y el mal momento actual. Y es una idea genial poder contar con una ITV especial para este nuestro trabajo tan social.
Hasta la próxima semana!
La próxima semana trataré de ofrecer algunas aportaciones sobre qué aspectos de nuestro interior debemos observar. Gracias por tu comentario…
Belén, desde luego parece que me estas leyendo el pensamiento porque llevo unas semanas sintiéndome así tal cual describes, las razones…bueno creo que tod@s las tenemos más o menos claras, y lo que pasa es que llegan temporadas que sientes que no puedes más. Fundamental por supuesto ser consciente de lo que te está pasando, que te importe y que tengas la capacidad de cambiarlo de nuevo. Es un trabajo interior pero que necesita del entorno para crecer; formación, planificación, supervisión, apoyo, profesionalidad…
La planificación es importante y rodearte de gente buena también, compañero. Los alumnos en prácticas ofrecen una visión fresca e importantísima, aunque en momentos de "queme total" hay que tener cuidado porque podemos ofrecer una enseñanza un tanto "distorsionada". Un abrazo y gracias por comentar, ¡nos vemos prontísimo!
Para mí es fundamental, aparte de lo dicho ya , el hacer y evaluar una planificación anual y el tener alumnas de prácticas. Y relacionarte con gente "buena"… esto es… ilusionada ( hay mucha). Besos!!
Pues Ana, tengo que decir que suscribo lo que dices y me da ideas para la próxima semana… Lo de la revisión anual es cierto, en fin, que me ha aportado mucho tu comentario y voy a darle vueltas. Muchas gracias por comentar.
Hola Belén: Como casi siempre que leo tu blog me veo reflejada en muchos detalles que compartes con nosotros.
Me encanta el símil de la ITV. Estoy de acuerdo aunque (debe ser porque la ITV ya esta privatizadas y el sello lo compras) me resulta peligroso plantearlo como una revisión anual. Me creo más lo del mantenimiento diario, la revisión de los neumáticos y niveles de forma habitual (reuniones de equipo de las de verdad) , reposición de piezas rotas o desgastadas (formación), una visita periódica al taller (supervisión quizá) y cuando algún ruidillo extraño surge de nuestro interior (algo así como chequear que seguimos haciendo lo que debemos de acuerdo a nuestros valores). ¿Por qué cuidamos más de nuestro coche que de nosotros mismos?
Efectivamente, Carolina, la entrada lleva por título "ITV interior" para saber qué nos pasa y parar ese proceso de quemazon…Muchas gracias por comentar.
Yo estoy haciendo supervisión externa y es estupendo… La idea es saber analizar (nos) para detectar cuando la praxis comienza a "torcerse…"
Yo creo que cuando estamos quemados tenemos que ser nosotros mismos quienes sepamos por qué. Quizás haya quien no encuentre razón aparente, pero creo que es lo primero que hay que plantearse.
Un saludo
Buena reflexión Belén. Dos aportaciones, imprescindibles para evitar los síntomas que describes: el trabajo en equipo y la supervisión.
Saludos.