De vez en cuando me gusta escribir sobre Renta Básica. Es un tema que me obsesiona; imagino que las mujeres y hombres ¡hombres, insólito hasta hace unos años! que me visitan a diario con caras de cansancio, ojos enrojecidos, dientes apretados, nudo en la garganta para contener el llanto y carpeta en mano repleta de recibos impagados, amenazas del banco, providencias de apremio, facturas de la farmacia, órdenes de corte de luz, de agua, de aire... algo tendrán que ver con esta obsesión.En las elecciones europeas por fin la Renta Básica ha entrado en la agenda de campaña. Hay que felicitarse por ello, aunque pocos partidos han incluido la propuesta en sus programas electorales (puedes consultar un artículo al respecto
aquí); este avance político contrasta con las opiniones técnicas de algunas compañeras y compañeros, aún reticentes a la instauración de una renta de ciudadanía. Quiero creer que las reticencias son fruto más de la desinformación que de un rechazo ideológico porque los prejuicios que existen son fácilmente desmontables a poco que uno lea posicionamientos científicos sobre el particular.Esta vez la excusa para escribir sobre Renta Básica es también desarrollar el artículo de Manuel Aguilar Hendrickson
Los servicios sociales en la tormenta, que abordé la semana pasada en la entrada del mismo título. En ese artículo su autor proponía tres líneas para redefinir los servicios sociales, una de ellas consiste en garantizar un sistema de rentas que garantice la supervivencia, de la misma manera que se garantiza la salud o la educación, es decir, propone la puesta en marcha de una genuina Renta Básica de Ciudadanía. Con esta medida se aseguraría un sustento mínimo y los servicios sociales no tendrían la función de dar de comer al hambriento, lo que abre un interesante panorama para los servicios sociales del que hablaré en mi próxima entrada.Si hay alguien que sabe de qué va esto de la Renta Básica es
Daniel Raventós. Daniel Raventós es, entre muchas otras cosas, presidente de la
Red Renta Básica. Imagino que habrás leído artículos suyos en prensa o lo habrás escuchado en algún foro. De lo contrario, te recomiendo que lo sigas, es uno de los expertos mundiales. Ha publicado un librito en 2012 titulado
¿Qué es la Renta Básica? Preguntas y respuestas más frecuentes, que puedes comprar por la friolera de ocho euros. También hay infinidad de artículos suyos en
dialnet (al pulsar, te aparece un listado), en los que explica qué es la renta básica (no todo el mundo entiende lo mismo), cómo se podría financiar y demás cuestiones.Para quienes estén interesados en acercarse a la renta básica de una forma menos sesuda, aquí enlazo una de las entrevistas más recientes a Daniel Raventós. Se la hizo el
Diario Público, es cortita y en ella desmonta los mitos y reticencias de los que hablaba antes: que si no es viable económicamente, que si desincentiva la búsqueda de empleo, etc.Como profesional del trabajo social, me parece importante realizar una profunda reflexión sobre la redistribución de la riqueza, la división social del trabajo y cómo nuestras actitudes profesionales provienen a veces de la tensión dialéctica a la que el sistema somete a la ciudadanía. Me explico: hemos contribuido al mantenimiento de una sociedad en la que la identidad personal se construye cuasi exclusivamente en torno al trabajo y el empleo (que no son lo mismo). Se diría que del homo sapiens hemos ido derivando en una especie de homo laboris, que se define y es definido por los demás en relación con la posición que ocupa en el mercado laboral.El problema es que, paralelamente, el mercado laboral genera una dinámica expulsiva que desemboca en que cada vez hay menos personas empleables: o se es demasiado joven o demasiado viejo (pero no tanto como para cobrar una pensión) o eres mujer y puedes quedarte embarazada o te falta cualificación o tienes una discapacidad o, o, o... En definitiva, lanzamos mensajes dirigidos a la búsqueda activa de empleo, a la inserción laboral, en una sociedad en la que el empleo es privilegio.No quiero decir con esto que no haya que animar a la gente a buscar trabajo, sólo que desde servicios sociales no podemos intervenir partiendo de esta visión homo laboris, idea que también desarrollaré en la próxima entrada; termino el argumento citando a Albert Einstein: "t
odos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil"La renta básica rompe este bucle perverso. Luchar por la renta básica es luchar por una sociedad más justa, es perseguir el derecho a vivir libremente y es decir no a este capitalismo de botellas de agua a trescientos euros y colas en los contenedores de los supermercados.Para terminar, te animo a firmar la ILP por la renta básica y, si te apetece, a hacerte fedatario ¿No reivindicamos un trabajo social menos asistencialista y más transformador? Empoderar a la ciudadanía desde nuestros despachos poniendo el debate sobre la mesa y pedirles que apoyen la iniciativa es, a mi entender, una buena manera de atacar la ley de la gravedad, el orden de las cosas.
Ojos de Brujo
"Ley de Gravedad"
4 Comentarios
Si entras en el apartado "sobre mí" aparece mi dirección de email, que es bnavarrollobre@gmail.com
Belén por favor, me gustaría escribirte un correo electrónico, haber si puedes ayudarme. No doy con tu correo, al revés que tú, las tecnologías y yo no somos muy buenos amigos, jejejje.
Mi correo es jonay.igualdad@gmail.com Mil gracias de antemano.
¡Gracias por comentar! efectivamente, el mercado de trabajo es un circo romano…
De acuerdo en todo, Belén, sobre todo en el análisis que has hecho del mercado de trabajo, si es que se le puede llamar mercado.
Saludos 🙂