Tengo que confesar que soy bastante escéptica con respecto al boom de la
innovación que estamos viviendo de un tiempo a esta parte en el mundillo de la intervención social. Lo soy, en primer lugar, porque observo que muchas iniciativas sociales que lucen el marchamo de la innovación no significan, en la práctica, nada nuevo bajo el sol, y, en segundo lugar, porque muchas de esas iniciativas me parecen mucho ruido y pocas nueces. Afortunadamente hay iniciativas en el ámbito de la intervención social, como la que traigo hoy al blog, que desmontan mi prejuicio; precisamente eso es lo que persigue
Stop Rumores, de la
Federación Andalucía Acoge. Se trata de la creación de una
Agencia Antirumor, cuyo objetivo es combatir los rumores negativos e inciertos sobre la población inmigrante que dificultan la convivencia en la diversidad en nuestros entornos más cercanos. Con la financiación del
Ministerio de Empleo y Seguridad Social y del
Fondo Europeo para la Integración, Andalucía Acoge busca con este proyecto promover una ciudadanía activa formada e informada para combatir rumores.¿Quién no ha escuchado alguna vez que los chinos no pagan impuestos?¿que a los marroquíes les dan pisos?¿que colapsan las urgencias hospitalarias? Seguro que más de una vez nos hemos visto envueltos en una conversación salpicada de algún que otro despropósito hacia la población inmigrante; sin ir más lejos, el otro día tuve que emplearme a fondo para convencer a mi madre de que las tiendas de chinos de mi pueblo no están exentas de pagar impuestos en el ayuntamiento ¡me costó lo mío! Pues resulta que, sin saberlo, estaba actuando como agente anti rumor, que es, según la agencia una figura llamada a adoptar una actitud activa para combatir rumores en tres dimensiones diferenciadas: la sensibilización a través del dialogo interpersonal, la sensibilización en su propio entorno y el trabajo en red.Si hay un colectivo que tiene que soportar diariamente estos prejuicios es el colectivo de trabajadores sociales. No solo en el marco del desempeño profesional, donde se nos suele acusar de favorecer a la población extranjera, sino en la calle. En más de una ocasión, me he arrepentido de decir que soy trabajadora social ya que algunas personas poco informadas y cero sensibilizadas hacia la población inmigrante o gitana suelen aprovechar la cerveza o el café para denunciar este supuesto trato de favor, como ejemplo valga
esta entrada del compañero José Ignacio Santás, en su blog Pasión por el Trabajo Social.A pesar de lo tedioso que pueda resultar el ejercicio de desmontar un rumor, en mi opinión, los trabajadores sociales tenemos el deber ético de desmontar estos rumores dentro y fuera del trabajo, y para ello los consejos que da la agencia son muy útiles. Si además, quieres adherirte a la Agencia Anti Rumor, como yo, visita la página
Stop Rumores y ahí encontrarás toda la información.La iniciativa, como explicaba al principio de la entrada, es de la Federación Andalucía Acoge; los andaluces, ya se sabe: gente vaga, fiestera, subvencionada, mentirosa y mucho más... Rumores, rumores, rumores...
(Madonna ¡no le llegas a Raffaela ni al tacón!)
¿Tú que opinas?